El General Manuel Belgrano: un conductor militar extraordinario



Fue áspera la senda del camino que recorrió en la milicia, carrera para la cual no había tenido la vocación en el inicio de su vida, sin embargo, la misma no era ajena a la familia. En su árbol genealógico figuran varios militares que se cubrieron de gloria. En 1797 el Virrey Pedro José Antonio Melo de Portugal le confiere una capitanía del Regimiento de las Milicias Urbanas de Infantería, en atención al mérito y circunstancia. Manuel Belgrano llevaba en su sangre el fervor castrense.

Manuel Belgrano experimentaría su bautismo militar con las invasiones inglesas. Como consecuencia de haber presenciado la caída de la ciudad confiesa haberse sentido indignado y avergonzado por haber ignorado los rudimentos de la milicia.

Impotencia y vergüenza personal son sus reflexiones respecto de sus inicios militares, siendo fuente motivacional para empezar a transformarse en el Comandante que su Legión y su Patria le demandarían.
El 8 de octubre de 1806, cuando el Virrey extiende el despacho de los Comandantes de Batallón, nombra además a Belgrano como Sargento Mayor de la Legión de Patricios Voluntarios Urbanos de Buenos Aires, confirmando la elección que sobre su persona la habían realizado los oficiales de ese Cuerpo.

En 7 de Julio de 1810 inicia la Marcha desde Buenos Aires la Expedición Auxiliadora al Alto Perú, el primer Ejército Patrio, con Manuel Belgrano como General en Jefe. Tenía impuesta la misión inicial de sofocar la contrarrevolución de Córdoba.

Sin amilanarse, Belgrano cruzó el Paraná, y engrosando sobre la marcha su columna, en noviembre estaba en Corrientes. En la costa sur del< Alto Paraná, el 6 de diciembre, curso al Gobernador Intendente del Paraguay notas para que se unieran a la causa sostenida por la Junta de la Capital del Río de la Plata. No obtuvo respuesta favorable, comenzando así un derrotero al frente de los Regimientos 1 y 2, que eran el núcleo de su diminuto Ejército.

Sus acciones tuvieron lugar en Campichuelo, el Monte de Maracaná, las orillas del Tebicuary y finalmente fue asaltado por miles de hombres del Ejército Paraguayo del General Manuel Atanasio Cabañas el 9 de marzo de 1811. Los argentinos, pese a la inferioridad numérica cargaron audazmente, y su denuedo causa tal asombro y admiración a Cabañas, vista la resolución de combatir hasta sucumbir todos, que se mostró dispuesto a parlamentar. Belgrano había comprendido que era cuestión de tiempo el ser rodeado y aplastado, por lo cual envió a Cabañas la propuesta de cesar las hostilidades y abandonar Paraguay, puesto que había venido a auxiliar a Paraguay y no a hostilizarla. Su contrincante accedió.

El 21 de marzo de 1811 Belgrano recibió un oficio de la Junta de Gobierno que le ordenaba reunir las fuerzas a su mando y luego ingresar a la Banda Oriental para auxiliar y organizar el levantamiento de los patriotas uruguayos. Con esta orden la Junta finaliza la Expedición Auxiliadora al Paraguay y con ella al Ejército del Norte, dando origen, previa reorganización, al Ejército de la Banda Oriental del Río de la Plata.
El 13 de noviembre de 1811, a los pocos días de haber regresado, se le confiere al Belgrano el empleo de Coronel de los Regimientos que se han llamado 1 y 2 y serán adelante el Regimiento Nº 1 de Patricios. El nuevo Jefe renunció a la mitad del sueldo que le correspondía, sintiéndose sensible a no poder hacer demostración mayor, según decía al Triunvirato.

La rigidez en la disciplina de la que Belgrano había hecho una norma de conducta militar, y su abnegación Patriótica se tradujo en descontento en la tropa que mandaba. Debe tenerse en cuenta que el Regimiento 1 había perdido su antigua cohesión y sus miembros veteranos estaban dispersos en otros cuerpos. La mística de antaño no regia como factor homogéneo y distintivo.

Esto originó que la noche del 6 de diciembre de 1811, se produzca un levantamiento, con sus cabecillas fuertemente influenciados por tintes políticos. El mismo fue conocido como el "Motín de las Trenzas", ya que el Oficial de Servicio al pasar lista y ante la ausencia de varios soldados, advirtió que "al que faltare se le cortaría el pelo", como sanción disciplinaria únicamente. Esto trajo un devenir de acontecimientos que conllevo en la sublevación del regimiento, la cual fue fuertemente reprimida, con Belgrano a la cabeza.

Como consecuencia, para no disolver por completo al cuerpo se tuvo en cuenta que la Oficialidad y una considerable parte del Regimiento, lejos de intervenir en la sedición, concurrió a apagarla con todos sus esfuerzos; y por ello, según determinación superior, se le varió el número y el uniforme a la Unidad. 

Poco después, en enero de 1812, Belgrano marcho a Rosario, a cargo del Ejército Auxiliar del Alto Perú, para cubrir una batería allí emplazada. Con el Regimiento profundamente reorganizado presenciaron la solemne adopción de la flamante enseña nacional, conforme a los colores de la escarapela oficializada diez días atrás. 

Manuel Belgrano se transformó, por su propia decisión, acción y compromiso, en un conductor militar extraordinario. Y frente al Regimiento de Patricios demostró el amor a la Patria, la Fe en Dios, el ejemplo personal, la abnegación, la rectitud en el proceder, la disciplina, la capacidad de organización, siendo ellas las claves de su éxito militar.

* Teniente - Regimiento de Infantería 1 "Patricios".