A propósito de un retrato de San Martín

Hace pocos días la Junta de Estudios Históricos de Mendoza que preside el doctor Raúl Romero Day en íntima ceremonia recibió una reproducción de un estudio de la cabeza del general San Martín de Fidel Roig Matons, que conservará en su sede del Museo del Pasado Cuyano en la capital de la provincia.

En esta fecha en que se conmemora el 200 aniversario del desembarco de la Expedición al Perú en la bahía de Paracas, este cuadro simboliza de algún modo el fin de esa gesta cuando nuestro Libertador y el Protector de los peruanos cierra el ciclo de casi una década elaborando y desarrollando su plan continental, al encontrarse en su tierra con un compatriota.

Manuel de Olazábal que lo admiraba salió a su encuentro en el Portillo, San Martín lo llamó “hijo” lo conocía desde hacía una década cuando con apenas 13 años había ingresado al Regimiento de Granaderos, después conversaron largo y tendido. Era un tres de febrero, habían pasado 10 años, allí seguramente el general recordó ese tiempo hasta ese momento, aquella gesta, sus triunfos y fracasos, eso que alguien definió alguna vez como “la agonía interior”. Seguramente muchas de estas cosas Olazábal las guardó en su memoria uniéndolas en ese misterioso fichero que es el cerebro con sus propias vivencias, que años más tarde fueron su libro sobre los Episodio, como los tituló.

Ese cuadro de Roig Matons como lo recordaba Romero Day “es una imagen muy americana del general ya que luce sobrero de paja de Guayaquil y poncho chileno”. El autor era un catalán que llegó a comienzos del siglo pasado y ganó sus primeros pesos como violinista, y ya instalado en Mendoza (donde vivió hasta 1977 en que falleció a los 92 años) ejerció la docencia. Atraído por la pintura, en un momento determinado se dedicó a la temática sanmartiniana.

Adriana Micale reconocida historiadora local me recordó que presentó un libro que editó la Municipalidad de Mendoza vinculado a sus obras sobre la gesta sanmartiniana. Roig Matons se nutrió fundamentalmente de algunas obras para imaginar a San Martín y poder recrearlo en Cuyo. Mitre, José Pacífico Otero, Gerónimo Espejo y el ya mencionado Olazábal.

“Producto de muchas horas de lectura, de dibujos en lápiz o carbonillas y bocetos, supo trasladarse hasta la precordillera y ambientar sus cuadros en esas inmensidades. Uno de los viajes más representativos fue le que hizo para recrear el paso de Los Patos. Para esto se fue hasta San Juan y subió a lomo de mula caballete, paletas, pinceles y pinturas hasta la Pampa del Espinancito, por donde cruzó San Martín. La serie que hizo es realmente significativa. Supo llevar con él a sus hijos, y en plena montaña, los hacía buscar ramitas para atar el caballete cuando los fuertes vientos se lo rompían”.

Ese cuadro emblemático me escribió Jaime Correas, forma parte de la colección de la municipalidad de la capital provincial, estuvo alguna vez en el despacho del gobernador Roberto Iglesias y luego pasó al despacho del intendente Rodolfo Suárez, el actual gobernador y hoy sigue en la casa de gobierno de la ciudad en el despacho de Ulpiano Suárez a cargo de la comuna.

Roig Matons se dedicó a retratar a San Martín con poncho, algunos de sus dibujos tuvieron amplia difusión entre destacados historiadores, entre ellos el joven salteño aunque afincado en Buenos Aires profesor Carlos Gregorio Romero Sosa, que lo vinculó al Instituto Sanmartiniano en los primeros años de la institución e incluso le presentó al presidente Farrell, que admiraba la obra del artista. La gentileza de su hijo Carlos María Romero Sosa nos permite dar a conocer una de aquellas imágenes del Libertador que se hicieron populares y que le dedicara a su padre.

Bien está en este bicentenario del desembarco de San Martín en Paracas, comienzo de una etapa en el Perú que el año próximo celebrará los dos siglos de su Independencia con este retrato, recordarlo como lo vio Olazábal, en ese sencillo traje de hombre de campo, como algunos mendocinos que lo acompañaron en su campaña y la siguieron después. Homenaje que une a Mendoza punto inicial de la epopeya americana con el Perú, como hace poco lo hiciera la Junta de Estudios Históricos de la provincia, que rescata y como en el caso del retrato preserva y difunde la tradición.


*Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación. Miembro correspondiente en CABA de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza.