De qué se habla hoy

Cuál será la razón para que nos mientan de esta manera

Nunca van a confesarlo porque seguramente detrás se esconden oscuros propósitos que poco tienen que ver de verdad con el cuidado de nuestra salud. La cuarentena ya no es una alternativa para protegernos del covid19 sino una excusa para seguir controlando lo más posible el ánimo ciudadano.

De lo contrario mal pueden explicarse algunas `normativas´ que habrían recibido los médicos de muchos hospitales de la provincia de Buenos Aires sobre cómo manipular los certificados de defunción de aquellos pacientes que fallecen en sus centros de salud.

El mecanismo es el siguiente, si un enfermo muere de cáncer, por poner un ejemplo bastante frecuente, su certificado dice que la causa del deceso es "covid19". En el caso que algún familiar advierta este voluntario error, el nuevo documento dirá al final "posible covid19" y se sumará su caso a la lista de fallecidos por el coronavirus.

Lo mismo ocurre con los ingresos de los enfermos que sea cual fuere el cuadro que presenten, su ficha dirá "Sintomatología: covid19", aunque sea apendicitis y su caso ingresará a las estadísticas de infectados. Hay médicos que han hecho pública esta maniobra con sus números de matrículas incluidos. Hay más, en una excelente entrevista que la periodista de este diario Agustina Sucri, le hiciera a la inmunóloga Roxana Bruno (pueden buscarla en el sitio de La Prensa con el título: "Pandemia: un 98 % de los positivos apenas cursa un resfrío"), en un análisis de la situación muy claro, la profesional asegura que la enfermedad ya no reviste riesgo y que se manejan las estadísticas para justificar la cuarentena de sanos.

Entre los expertos que asesoran al presidente, hay algunos que deberían dejar claros sus vínculos o los de algunos de sus familiares más cercanos, con algunos de los laboratorios que preparan la vacuna en nuestro país, algunas de ellas ya comenzaron con los ensayos en humanos como en el Hospital Militar, por ejemplo, algo que se sabe, propone un negocio varias veces millonario en dólares. En todo caso este sería el costado económico de la continuidad de la cuarentena, pero qué pasa con las intenciones políticas de extenderla hasta el infinito. Es curioso que un gobernador no oficialista, Horacio Rodríguez Larreta, quien se haya cansado de este juego y busque abrir la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires lo antes posible, tal vez ya presionado por su coalición para que deje de hacerle el juego al Gobierno.

El ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán y su vice, Nicolás Kreplak, se han convertido en los voceros del drama. Sin dudas siguiendo instrucciones muy precisas ambos funcionarios son los encargados de anunciar apocalipsis cotidianos para meter más y más miedo en la población. Además de manejar cifras inexactas o estadísticas sesgadas, cumplen a rajatablas con mantener vivo el ataque sistemático a los clásicos enemigos del kirchnerismo, como los medios de comunicación, a quienes achacan hacer campaña "anticuarentena".

El titular de la cartera de Salud bonaerense pasó de anunciar pilas de cadáveres víctimas del covid19 a advertir que será inimaginable una temporada de vacaciones en la costa atlántica, con el consabido desprecio de quienes viven del turismo en esta zona del país y que ante el anuncio reaccionaron asegurando que sí o sí va a haber turismo, aunque le pese al señor ministro.

Ayer Gollán volvió a mentir asegurando que en la Ciudad hay cada vez más casos y que los contagios van de CABA hacia el conurbano, haciendo clara referencia a esta nueva guerra ordenada por la vicepresidenta que consiste en la agresión a Rodríguez Larreta, hasta hace tan solo unos días un "amigo" de Alberto Fernández.

La pregunta es por qué quieren mentirnos con la cantidad de contagios y muertes por el covid19. La respuesta parece obvia: para seguir manteniendo la cuarentena. Está claro que este "ensayo de Venezuela" satisface al oficialismo que busca mantener contenida la protesta social. A los K no les gustan las calles tomadas por el disconformismo de la clase media; las protestas que dejen claro las promesas no cumplidas y mucho menos que hagan la mínima referencia a la corrupción.

No quieren gente exigiendo seguridad y justicia con carteles en los que se ven los rostros de los ciudadanos asesinados por los delincuentes. Con no encontrar a Facundo Astudillo ya tienen bastante. Por todo esto prefieren que, aunque sea a regañadientes, los ciudadanos se queden en casa por miedo al coronavirus, miedo potenciado desde el propio Gobierno.

No quieren reconocer algunas soluciones alternativas como la propuesta por un bioquímico cordobés que, a través de la nebulización de un ibuprofeno modificado, detiene la acción del virus en las fases 1 y 2. Ya se probó y ahora lo hacen en Jujuy, pero mejor que el invento no siga, a ver si se fastidia el negocio de la vacuna y algunos infectólogos "prestigiosos" deberán volver a firmar análisis de sangre y orina. Basta de farsa, digan la verdad, no nos sigan castigando porque sí, no se olviden que la paciencia del ciudadano también tiene un límite y ya se agotó en 2001, no sea cosa que vuelva a agotarse, cansados de ser los conejillos de india de una detestable maniobra política.

V. CORDERO