El gran día de San Telmo

El baúl de los recuerdos. El Candombero jugó un año en Primera. En ese histórico 1976 vivió una jornada inolvidable el 25 de mayo, cuando le ganó nada más y nada menos que a Boca, que terminó siendo el campeón del Metropolitano.

Enrique Rodríguez era un redactor de La Prensa que nos dejó demasiado joven. Una de las tantas injusticias que nos impone el destino. Quique era hincha de Independiente, pero tenía el corazón partido. Por sus venas corría también sangre azul y celeste, consecuencia directa de su profundo amor por San Telmo. Siempre hablaba del día que el Candombero le ganó a Boca. Para él era casi una fecha patria. En realidad no se equivocaba: fue el 25 de mayo de 1976. Y no sólo se trataba de un aniversario de la Revolución de 1810, sino que ese día el equipo de la Isla Maciel disfrutó la mayor alegría de su paso por el fútbol de Primera División.

San Telmo tocó el cielo con las manos con el histórico ascenso conseguido en 1975. Casi con el mismo plantel que dio el salto desde la B afrontó el desafío de jugar en Primera. Se reforzó sin derrochar. No podía tirar la casa por la ventana. Sus rivales tenían figuras excepcionales, pero el Candombero salía a la cancha convencido de sus fuerzas, que no eran otras que el fútbol bien jugado y la personalidad de sus jugadores. Si hasta se dio el gusto de debutar ganándole 1-0 a Colón en el Cementerio de los elefantes

El 21 de marzo, tres días antes del Golpe de Estado, pisó por primera vez la Bombonera. Perdió ajustadamente 2-1 con una formación alternativa de los xeneizes. Fue por la 8ª fecha de la Zona A. Dos meses más tarde, por la 19ª jornada, jugó la revancha contra el equipo de Juan Carlos Lorenzo. Nadie lo sabía, ni siquiera lo imaginaba, pero el conjunto que dirigía Eduardo Janín se desquitaría de esa derrota con un triunfo inolvidable.

El partido se disputó en la cancha de Huracán, donde San Telmo ejercía la localía. La simpática canchita de la Isla Maciel no estaba preparada para albergar a los equipos más grandes del país.

A diferencia del choque anterior, Boca salió a escena con sus titulares. Entre otros estaban el Loco Gatti, el Conejo Tarantini, Roberto Mouzo, Marcelo Trobbiani, el Chapa Suñé, Toti Veglio, Héber Mastrángelo, el goleador Juan Alberto Taverna, el mendocino Darío Felman… Un equipazo. El Candombero jugó con los de siempre: el Polaco Wenner; Sarmiento, el Mariscal Minutti, Sandoval (ese día faltó Mochila Saraví), Regueira; el Perro Camejo, Rilo, Cloquel; Quico Pisapia, Patti y el Mago Coronel.

Veglio abrió la cuenta apenas pasado el cuarto de hora inicial. El resultado adverso pudo haber derrumbado a los de Janín. Pero no. Fue todo lo contrario. San Telmo decidió apelar a lo que mejor sabía hacer: jugar con la pelota y abrirse espacios mediante acciones colectivas. Nada de patriadas individuales. En el complemento empató Carlos Camejo definiendo cara a cara con Gatti.

El local se puso en ventaja a través de otra maniobra que incluyó varios toques hasta dejar a un atacante en posición de gol. Le tocó a Coronel, un símbolo eterno del club, estampar el 2-1 cuando faltaban poco más de cinco minutos. Boca intentó reaccionar, pero se encontró con el tercer tanto, que llegó cuando Pisapia se fue con pelota dominada y definió ante la salida del arquero.

¡3-1! ¡San Telmo 3-Boca 1! Fue el 25 de mayo de 1976. Una fecha patria que quedó en el recuerdo como un día de gloria para Quique Rodríguez y para todos los hinchas del Candombero