El Regimiento de Infantería Nº 4 en los Montes Harriet y Dos Hermanas

POR GABRIEL DUFAU NARDUCCI * ­

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­El entonces Regimiento de Infantería 4 comienza a escribir este nuevo capítulo en su historia el 27 de abril de 1982, fecha en que sus hombres arriban al aeropuerto de Puerto Argentino, haciendo resonar un "¡viva la Patria!" en cada avión que aterrizaba.­

El 11 de mayo, el regimiento toma posiciones en los montes Harriet y Dos Hermanas, a unos 20 kilómetros de Puerto Argentino. A partir del 28 de mayo, el ya habitual sonido de las bombas, sobre el cual nuestros soldados aprendieron a dormir, cambia. Se escucha más fuerte, más cerca. Nuestro regimiento, que recibía fuego de hostigamiento, iba a tener a su primer herido en combate: el soldado C/62 Francisco López

A partir del 3 de junio, comenzarían a interceptar incursiones de tropas británicas, con la finalidad de obtener información que eventualmente permitiría ejecutar el ataque. Las intenciones del enemigo eran claras: para llegar a Puerto Argentino tendrían que conquistar antes las alturas que lo dominaban.­

El 7 de junio por la noche, se detectó un intento de desembarco al sur de la posición; a la mañana siguiente, pudo comprobarse que embarcaciones británicas se desplazaban en dirección a Fitz Roy. En ese momento, el Regimiento 4 fue testigo del coraje de nuestros pilotos de caza, que arremetían a escasos metros del mar para concretar sus ataques. Se dejó bien claro que el bombardeo naval no quedaría impune.­

A las 22, se lanzó el ataque en monte Harriet. El centro de gravedad estaba dirigido al sector ocupado por la sección del subteniente Jiménez Corbalán, quien ordenó iluminar el campo de combate desatando sus fuegos sobre el enemigo.­

El combate se generalizó y la sección del subteniente Llambías cruzaba sus fuegos desde el cerro Dos Hermanas con ametralladoras 12,7 mm. Luego de un arduo combate, que llegó a desarrollarse a las más cortas distancias, el 4 de Línea había obligado al enemigo a replegarse, llevándose sus muertos y heridos y abandonando numeroso material y armamento.­

Durante los días 9 y 10 de junio, los británicos aumentaron la intensidad de sus fuegos. Varios hombres morirían en sus posiciones, ante los impactos directos de la artillería.­

El día 11 aproximadamente a las 23, el servicio de seguridad informó la novedad de que el enemigo avanzaba por retaguardia y se encontraba a tiro de pistola. Esta vez, muy superior en efectivos, la sección estaba anulada para el cumplimiento de su misión. Combatiendo, algunos hombres se replegaban hacia el Puesto de Comando del Regimiento, mientras que otros caían heridos o prisioneros.­

En el Puesto Comando del Regimiento, el enemigo había avanzado por la ladera sur del monte; su artillería naval alumbraba todo el campo de combate y la de campaña inició su fuego con precisión.­

Toda la posición se encontraba en una tenaz resistencia, que por momentos parecía frenar al enemigo, forzándolo a continuar su avance por medio del abundante empleo de cohetes y ametralladoras. ­

La presión del ataque era muy fuerte y obligó a replegarse a una nueva posición. El teniente primero Echeverría, al mando de un grupo, frenaba el avance por una de las avenidas de aproximación ubicadas en las laderas, pero fue desbordado y rodeado hasta caer gravemente herido por cinco impactos de fusil en el cuerpo, en tanto el suboficial y el soldado que estaban próximos no obedecieron la orden de abandonarlo y lo protegieron hasta caer prisioneros. ­

El enemigo intimó a la rendición. Ya no era posible retroceder más; la posición del puesto comando había quedado encerrada en una herradura. El jefe de Regimiento trasladó su Puesto de Comando al del jefe de la Compañía "B". Sin embargo, la lucha continuaba con toda violencia y se resistía por pequeños grupos que combatieron hasta agotar munición. ­

Luego de más de ocho horas de combate cercano, el más antiguo en el lugar rindió lo que quedaba del Puesto de Comando.­

La Compañía "B", aferrada por el fuego, rodeada en todas direcciones y con menos de un 50 por ciento de sus efectivos, debió rendirse. No obstante, la sección del subteniente Jiménez Corbalán logró romper el cerco y, a través del campo minado que tenía a su retaguardia, se dirigió rumbo a Puerto Argentino. Su jefe de Sección, que estaba a la cabeza, quedó fuera de combate al pisar y detonar una mina.­

Monte Harriet había caído definitivamente en manos del enemigo.­

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MONTE DOS HERMANAS­

La Compañía "C" ocupaba Dos Hermanas. Esa noche, el ataque comenzó contra las posiciones del subteniente Pérez Grandi, que eran las más adelantadas hacia el norte. Con abrumadora superioridad numérica, el enemigo pasó al asalto de la posición. La Sección comenzó a combatir retardantemente, con el apoyo de fuego de la Primera y Tercera Sección. Pérez Grandi cayó gravemente herido y su tropa quedó a cargo del capitán López Patterson. El cabo Urbina, junto con dos soldados, desobedecieron la orden de replegar y rescataron al jefe de Sección herido, salvándole la vida.­

El enemigo continuó su avance sobre el sector norte. Parte de la Sección Apoyo fue desbordada y debió replegarse. El teniente Martella y el subteniente Nazer se desplazaban agazapados cuando percibieron por su cortante silbido que un proyectil venía en su dirección. Ambos se echaron cuerpo a tierra y el proyectil explotó a un par de metros.­

Intentando un nuevo cambio de posición, al querer incorporarse el teniente Martella recibió una descarga de ametralladora en pleno pecho, y perdió la vida.­

El subteniente Nazer siguió con los pocos soldados que quedaban y fue puesto fuera de combate por un proyectil de lanzacohetes, que lo dejó gravemente herido.­

El subteniente Silva se encontraba con un grupo en Goat Ridge, con la misión de evitar infiltraciones por esa avenida de aproximación. La sección del subteniente Llambías y el Grupo del subteniente Silva, al no recibir la orden de repliegue, habían quedado aisladas. El combate duró toda la noche y se rechazaron varios ataques británicos. Estas fueron las últimas fracciones en replegarse. El jefe de Sección se quedó con siete soldados, totalmente rodeados por el enemigo y aferrados en la posición.­

A punto de quedarse sin munición, el subteniente Llambías ordenó el repliegue de sus soldados y luego de rechazar dos o tres ataques más, inició el repliegue creyendo ser el último hombre. Más tarde, se comprobó que algunos soldados aislados habían continuado combatiendo desde otras posiciones. Entre estos, el soldado Pérez, que, tomado prisionero, logró matar a su captor, tomar su fusil y su boina, y replegarse.­

En pleno repliegue bajo el fuego, el subteniente Llambías se encontró con el Grupo del subteniente Silva. Mientras planeaban sus próximos movimientos, quedaron rodeados y sin caminos de repliegue. Eran aproximadamente las 7 del día 12 y una densa niebla comenzó a descender. A su amparo, lograron replegarse, cruzando por el campo minado que los separaba del monte Tumbledown. Ambos continuarían combatiendo a órdenes del Batallón de Infantería de Marina 5.­

Tres semanas después, fue reconocido el cadáver del subteniente Silva, que aún empuñaba fuertemente su fusil.­

El 12 de junio es un día muy especial en Monte Caseros, hogar del Regimiento de Infantería de Monte 4, por conmemorarse un nuevo aniversario de las batallas libradas en defensa de nuestras Islas Malvinas. Este recuerdo está marcado a fuego en la memoria de nuestros veteranos y se mantiene intacta la llama que arde en el corazón de cada uno de sus actuales integrantes, que renuevan con cada jornada su compromiso de seguir constantemente a su Bandera, hasta perder la vida si fuera necesario.­

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* Teniente. Oficial del Regimiento de Infantería 4.­