2020, AÑO BELGRANIANO

El Prócer e Italia: `Bel grano il tuo

Por esos caprichos del calendario el martes se cumplió el 74º aniversario de la República de Italia y al día siguiente los 250 años del nacimiento de Manuel Belgrano, sin duda el Padre de nuestra Patria naciente que nos vincula directamente con Italia, ya que su padre don Domingo había llegado a Buenos Aires desde su Oneglia natal, donde hoy es recordado también Manuel como un hijo dilecto de esa tierra.

También un 16 de junio de 1872 un grupo interesado en la historia y objetos del pasado, fundó el Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades, encabezado por Aurelio Prado y Rojas con el concurso de Angel J. Carranza, Carlos J. Alvarez, Julián Panelo, Ventura y José Marcó del Pont, Miguel Salas, Juan Alsina y Luis Fontana. 

Muy pronto comenzó a nombrar miembros correspondientes en otros países como el caballero italiano Juan Bautista de Crollalanza, que en la quinta entrega del boletín de la entidad publicado por la imprenta del Orden en 1874, dedicó casi 30 páginas al estudio del general Manuel Belgrano. 

Según la noticia que ofrece esa publicación y algunas otras Di Crollalanza nació en Fermo, una localidad cercana al mar Adriático un 19 de marzo de 1819 en el hogar de Pietro y de Eufrosina Ricci. Docente, historiador, genealogista y heraldista, ``vicisitudes diversas y desgracias en su familia, han hecho en diversas ocasiones amarga y difícil su peregrinación en la vida, pero no han sido bastantes fuertes para desviarle de la senda recta, ni han apagado el amor por la Patria y la ciencia, que ha sido siempre su aspiración más cara''.

Joven aún representó a la Academia Imperial y Real de Ciencias del Valle del Tíber en Toscana en un Congreso científico celebrado en Vernona en 1847, recorrió su tierra natal, Francia, Cataluña y Suiza donde abrevó en interesantes fuentes de información que le permitieron escribir Los Normandos y Daneses, sus usos y naves de guerra, Historia Militar de Francia, Juana de Arco, Historia del Condado de Chiavenna, etc. En 1873 comenzó a publicar la revista Giornale propiciada por la Academia Heráldico-Genealógica Italiana que acaba de fundar, y de la que en 1875 fue designado presidente.

En ella dio a conocer este trabajo Belgrano, que nos animamos a decir que fue el primero escrito por un italiano sobre nuestro prócer y seguro por un extranjero.

La vinculación de Aurelio Prado y Rojas fue la que lo hizo posible y como bien lo apuntó en su presentación al pie: ``Conocemos la perseverancia de nuestro amigo, y esperamos de ella obras muy estimables y numerosas. Nuestro Instituto se complace en contar en su seno tan eminente corresponsal, y nosotros, hacemos por su felicidad los más sinceros votos''. 

LA FAMILIA

Comienza el autor con estos datos sobre la familia: ``Entre las más beneméritas de la religión, la patria y las ciencias, se enumera siempre la de Belgrano". Y quizás señala lo más importante: ``No debe el ser esclarecida y gloriosa al recuerdo de castillos feudales, a la pompa de títulos vanos, a dignidades eminentes, ni a ingentes riquezas, solo a los méritos personales de sus individuos, tanto más admirables cuanto modestos son quienes la han recomendado en todo tiempo al amor y reconocimiento de sus conciudadanos''.

De acuerdo a las averiguaciones realizadas no sabía si alguna vez los Belgrano habían estado inscriptos en el libro de Oro de las ciudades ligures, ``o si habían pertenecido a la casta privilegiada de Oneglia'', pero agrega esto que quizás vale más que cualquier título o escudo: ``Solo es notorio que su familia ha sido contada siempre entre las más cultas y virtuosas''.

Hace muchos años un libro para niños que leímos en la infancia afirmaba que Manuel Filiberto duque de Saboya recorría de a caballo sus dominios, cuando vio un campo con un magnífico trigal, y a ese señor le dijo Bel grano il tuo de donde vino el apellido y el posterior escudo. Si no es cierto, lo real es que el día de nacimiento de Manuel Belgrano, es por ley el día del inmigrante italiano, con lo que se rinde honor a esas familias virtuosas que llegaron a nuestro país y trabajaron por su engrandecimiento a través de una importante migración desde su tierra natal.

Un documento fechado el 30 de diciembre de 1826 por Agustín Bacchiglieri, síndico de la ciudad de Oneglia, presidente y magistrado de Policía, certifica que ``de la ilustre familia de los Belgranos, proveniente del señor Carlos Félix y María Gentile Peri, no existe más que el señor José de profesión joyero'', hijo de Juan Agustín y nieto de Carlos Félix, por lo tanto primo del general y sus hermanos.

Nos enteramos por ese documento que José tenía a su cargo una numerosa prole, a la que mantenía de su profesión, ``por haber sido privado de las rentas y bienes de sus antepasados'' en las largas emigraciones de los franceses. El año anterior había pedido un certificado a la comuna prosigue ``comunicándonos la muerte de su amado primo Manuel, generalísimo de los Ejércitos de Buenos Aires'' y en esa ocasión ``la ciudad manifestó el deseo de honrar la memoria de tan grande héroe descendiente de una de las más antiguas e ilustres familias de esta ciudad y conservarla perpetuamente, elevando su busto con el de nuestro conciudadano Andrea Doria y otros muy distinguidos personajes de nuestra patria, para que perpetuada se tenga de ella dulce recuerdo''.

También nos enteramos que un hijo de José, llamado Carlos a causa de las necesidades de la familia había conseguido estudiar en Pisa por la munificencia del ``Teólogo Señor Barnato, su pariente'' y había obtenido el doctorado en medicina. También que hubo eclesiásticos en la familia como el caso de Tomás, canónigo en Oneglia y Blas en San Juan de Letrán en Roma. También de dos tíos abuelos por parte el abogado Juan Santiago Peri que ocupó cargos públicos y el religioso Matías Peri, vicario general de la Orden de las Escuelas Pías. Un Agustín Belgrano, había sido coronel de milicias y gobernador del castillo de Oneglia y también Rogelio Belgrano que había combatido en 1649 para expulsar a las tropas españolas al mando del capitán Paschares, cuando por sorpresa tomaron aquella ciudad.


SEMBLANZA

Continúa esta breve obra con una semblanza de Belgrano, en la que sin duda el autor consultó la obra de Mitre de 1857 y algunos otros textos que le facilitara Prado y Rojas, por el increíble detalle que tiene de documentos, incluyendo frases del discurso de la inauguración de su monumento en Buenos Aires.

Nos animamos a decir que en un futuro sería un digno homenaje a través de la Embajada de Italia, reeditar este folleto que honra a ambos países, como hace años lo hablamos con don Dionisio Petrella y que aún merece ser rescatado del olvido como el primer homenaje a un hijo de aquella tierra que fue uno de los padres de la patria en la Argentina, seguros que el interés del Embajador Giuseppe Manzo hará que tenga favorable acogida este reconocimiento.

Al evocarlo en esta fecha tan sentida para los argentinos y también para los italianos por feliz coincidencia, debemos honrarnos que la historia de la familia fuera estudiada con "una erudición poco común y una modestia aún más rara, por el distinguido señor Crollalanza" hace casi medio siglo en la ciudad de Oneglia, cuna de los Belgrano.