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El Estado compra aceite con precio de "amigos"

Una vez más y con pocos días de diferencia, el Gobierno suma un error de importancia ante la difícil situación que vivimos. Al desastre de lanzar a la calle a miles de ancianos desprotegidos del contagio del coronavirus ahora suma una maniobra al menos sospechosa con la compra de millones de pesos en alimentos por parte del ministerio de Desarrollo Social, cuyo titular es Daniel Arroyo.

Mediante una notificación del Presupuesto que lleva la firma del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y del ministro de Economía, Martín Guzmán, se le adjudicó a esa cartera un presupuesto  de 36.688 millones de pesos para la compra de alimentos que serían repartidos en las zonas más necesitadas.

Primero llama la atención el volumen de la cifra si se la compara con la que, bajo esta misma modalidad, recibió el ministerio de Salud al que se supone más urgido en estos tiempos, que fue de 4325 millones para el programa sobre la prevención y control de enfermedades y otra partida de 2565 millones para la compra de insumos . Arroyo se encargó de las compras y consiguió pagar todos los productos con un sobre precio por encima del valor de los mismos en las góndolas de los supermercados correspondientes al listado de Precios Máximos. 

Ante la aparición de la noticia, el ministerio de Desarrollo Social salió al cruce con una justificación que suena a poco y a infantil reconociendo que se pagó por arriba de los precios máximos debido a la urgencia del tema. Aclararon también que el Estado paga a sus proveedores a 90 y 180 días.

Acaso ignoran en el ministerio que todos los supermercados pagan en esos plazos. Además el Estado pagó al precio por unidad y no por mayor ante tamaña compra. Uno de los casos más llamativos es el del aceite. A través de la resolución 150/2020 se autorizó la compra de 1.700.000 botellas de aceita mezcla en envases de un litro y medio de acuerdo al pedido de la Secretaría de Articulación de Política Social. Finalmente la compra se dividió en dos lotes de 340 mil unidades de las mismas características.

La empresa Sol Ganadera, un intermediario que podía haberse eliminado en la operación, se quedó con uno de los lotes y le compró a la empresa Tanoni Hermanos SA el acetite de marca Indigo a157,80 pesos cada botella. En los comercios ese aceite no cuesta más de cien pesos. Primero deben explicar porqué hay un intermediario en una operación que tuvo un costo total de más de 53 millones de pesos, y después deben explicar por qué le dieron la venia a Tanoni Hermanos SA. Yo se lo explico querido lector con esta breve reseña. En la primera sesión ordinaria del Consejo Deliberante de la localidad de Laprida en la provincia de Buenos Aires en enero pasado se aprobó la designación del empresario Jorge Daniel "Bocha" Tanoni que reemplazó al saliente Nicolás Di Filippo que pasó a integrar el gabinete municipal.

El "Bocha" es candidato por el peronismo y tiene muchas relaciones dentro del partido. Tanoni Hermanos SA, es una importante fábrica de aceites vegetales, en la que el "Bocha", como le dicen los compañeros, es el director. Está ubicada en la localidad de Bombal, provincia de Santa Fe.

A lo mejor es casualidad que justo el beneficiado con este negocio sea un miembro del partido del oficialismo, pero igual tienen que explicarlo o aclararlo. Otra vez la sombra de la duda de la corrupción. ¿Por qué no hicieron una licitación abierta convocando directamente a los productores sin intermediarios innecesarios? ¿Por qué no hicieron pública como dice la ley esta operación? "Hemos hecho una compra extraordinaria de alimentos, aceite, leche, azúcar, fideos, lentejas y harina. La Sigen establece los precios testigos y se convocaron a once proveedores de alimentos y a diez proveedores de leche", explicó Arroyo para justificarse.

Si fue así, por qué le adjudicaron la compra a los que tenían el precio más caro. Hagan públicas las 21 ofertas así los ciudadanos nos quedamos tranquilos. Para terminar debe saberse que los fideos que se pagaron a 85 pesos el paquete se pueden comprar por 52 en cualquier supermercado de acuerdo al precio estipulado por el propio Gobierno. Más de los mismo, improvisación, urgencias, negocios oscuros, no importa, lo que sí importa es que de esta manera el coronavirus nos asusta y el Gobierno nos decepciona.

V. CORDERO