Lo que viene después de la cuarentena

Casi la tercera parte de la humanidad está encerrada en sus casas esperando el fin de la cuarentena. Con estoicidad y resignación aguardan el día de poder salir a la calle liberados de soportar a hijos, esposas y suegras. Todos piensan que el día después, por una cuestión de realismo mágico en el que creemos, volveremos a una vida normal... pero nadie puede garantizar que así sea. 

Buenos Aires está rodeada de barrios humildes y villas miseria donde aún no se ha manifestado la enfermedad. ¿Se ha podido frenar la diseminación del virus? Nadie está seguro. Lo que sí se sabe es que la cuarentena no puede ser eterna, como ese barco que navega las aguas del Orinoco en "El amor en los tiempos del cólera" de García Márquez. 

Algunos aventuran que el pico de la enfermedad será en mayo/junio.

La cuarentena compró tiempo para que el sistema de salud se acomode. Necesitamos más respiradores porque éste era el cuello de botella de la sanidad. ¿Se han comprado o producido estos respiradores? ¿Llegarán a tiempo los 1.500 que el presidente le ha pedido a China? por el bien de todos, roguemos que así sea.

Pero los respiradores, son un recurso final. A la luz de una serie de estudios se ha descubierto que en China se usó una vieja droga, la hidroxicloroquina, sumada a un nuevo antibiótico (la azitromicina) como una combinación que atenúa la enfermedad y acorta su evolución (Effective treatment of COVID19 docs.google.com o el trabajo de los doctores Gautret, Lagier, Parola y colaboradores), reduciendo la carga viral con 6 días de tratamiento. 

También está en estudio un antiviral. El Favipiravir (estudio hecho por Qingxian y Lei Liu) usado solo o en combinación con Interferón que podrían ser efectivos, pero recién fue aprobado en Japón y en otros países aún está en estadio de investigación, además que el costo del tratamiento es muy superior a la hidroxicloroquina y la azitromicina, tema no menor en una pandemia. 

Pero a esta segunda línea de defensa y mientras no exista una vacuna probada (que puede demorar meses en salir), existe otra opción terapéutica utilizada que tiene más de cien años ya que fue utilizada durante la mal llamada gripe española: la utilización de suero de personas que se han curado después de sufrir la afección del coronavirus.

Este recurso ya ha sido usado en el caso del Ébola, el SARS-CoV-2 y el MERS-CoV (estas dos últimas enfermedades producidas por otra variedad de coronavirus). El Dr. Arturo Casadevall de la Universidad John Hopkins de Baltimore ha publicado su experiencia en The Journal of Clinical Investigation, y al igual que la posibilidad terapéutica de la hidroxicloroquina y azitromicina, han sido promovidos por el gobierno de los EEUU. La transfusión de suero de convalecientes no requiere otro recurso más que su conservación en frío como se hace con la sangre a transfundir. 

Siguiendo esta idea el laboratorio Takeda ha desarrollado una globulina hiperinmune policlonal (la TAK-888) que también podría ser de utilidad. 

Este recurso de suero convaleciente debe reservarse para casos de más gravedad.

¿Qué necesitamos?

Resuelto el tema de los respiradores y levantada la cuarentena, creo que el sistema de salud debe estar preparado para una avalancha de infectados. Las proyecciones más probables consideran la posibilidad de tener 250.000 infectados en los próximos meses. La opción más pesimista (y remota) considera la posibilidad de llegar a los 2.000.000.

Cabe preguntarnos, ¿tiene el gobierno en mente estas posibilidades terapéuticas? ¿Tenemos hidroxicloroquina disponible? ¿Tenemos azitromicina para abastecer este volumen de infectados?

¿Se podrá generar un banco de suero de convalecientes? Eso no es caro y debe estar a disposición. Con más de 300 infectados y 80 recuperados ya se puede hacer un banco con 40 litros que se irán incrementando a medida que más de ellos se recuperen. 

Una última consideración, Argentina es uno de los países con mayor índice de médicos per cápita del mundo. Así y todo han demostrado por años idoneidad y entrega. ¿Necesitamos 300, 700, o 1.000 cubanos para asistirnos a luchar contra esta pandemia? Cuba entró en cuarentena. ¿Sabemos si estos profesionales de la salud - vamos a llamarlos así - están libres del virus? 

Uno solo de ellos haría estragos. ¿Necesitamos hacer una campaña ideológica en plena epidemia? No es el momento de polemizar sino actuar y aportar ideas que ayuden.