Arraigada tradición lírica y sinfónica en San Francisco

Un vistazo a la ciudad ícono de la costa oeste estadounidense, de una cultura musical rica e inesperada.

Desde San Francisco - Especial­

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­La experiencia de viaje por la costa Oeste de los Estados Unidos, más propiamente de California, sobre la que hemos volcado en estas páginas comentarios referidos a la temporada de la Opera de Los Angeles, se amplía también con la evaluación de otra ciudad cumbre y tradicional de ese estado norteamericano, San Francisco

Una ciudad cuya topografía es singular, el terreno sinuoso y los recortes de su clásica bahía han universalizado un sitio de fuerte raigambre turística y cultural, que se ve reflejada tanto en el ámbito de la ópera como de los conciertos. Ya que bien se ha dicho que la inauguración de cada temporada de la Opera repercute también en su espectro social.­

Puede señalarse que el fundador de la Opera allí, en 1923, fue el maestro napolitano Gaetano Merola, que la presidió durante treinta años, logrando en 1932, luego de nueve años de funcionamiento, la apertura de un importante teatro lírico que es el War Memorial Opera House, diseñado por el arquitecto Arthur Brown en un espíritu ecléctico de academicismo francés, mezclado con los conceptos propios de las salas estadounidenses de mucha capacidad (su aforo supera los tres mil espectadores).­

Con ese nombre conmemorativo, evocando a quienes sirvieron en la Primera Guerra Mundial, se llevó a cabo la construcción hasta 1932 cuando inauguró con `Tosca', de Puccini , dirigida por el propio Merola y con el protagonismo, nada menos, de la recordada soprano Claudia Muzio, tan querida en el mundo de la lírica y en Buenos Aires, donde se la calificaba `la divina' Claudia.­

Teatro de una tendencia de grandes contrataciones de cantantes renombrados, como Beniamino Gigli, Giovanni Martinelli, Giuseppe De Luca y tantos otros, al director Merola le sucedió el vienés Kurt Adler por un cuarto de siglo y luego continuando otros, hasta cumplimentar a la fecha la cifra de noventa y siete años de trayectoria, lo cual los acerca al centenario.­

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PASADO SINFONICO­

Ahora bien, si la ópera sigue enhiesta en esta ciudad californiana, los conciertos sinfónicos de la San Francisco Symphony (SFS según las siglas que la identifican) tienen una antigüedad aún mayor, pues su fundación se remonta a 1911, cuando el compositor y conductor estadounidense Herny Hadler la fundó con sesenta músicos y programó trece conciertos esa temporada. Allí nació el organismo, sufrió los efectos telúricos tan propios de su suelo, la acción del fuego y con los años, la llamada Gran Depresión. Pero poco a poco, rehabilitada, la orquesta vinculó al afamado Pierre Monteux por varios años y desfilaron luego en su podio Leopold Stokowski, Georg Solti, Erich Leinsdorf, George Szell, Bruno Walter, Ferenc Fricsay y Josef Krips, todos nombres virtuosos de la batuta, hasta desembocar en el destacado director norteamericano Michael Tilson Thomas, que ganó el cariño del público durante un cuarto de siglo, dejando paso luego al actual director, el finlandés Esa-Pekka Salonen.­

Cabe aclarar finalmente que esa larga trayectoria de la Sinfónica de San Francisco transcurrió arquitectónicamente en modestos auditorios al principio, hasta instalarse en la War Memorial Opera House. Recién desde 1980 dispone del moderno Davies Symphony Hall, una nueva sala de conciertos diseñada por el arquitecto italiano Pietro Belluschi, juntamente con el estudio SOM ­

Allí, la referida orquesta cumple con sus condiciones de ser una protagonista importante en el panorama musical, con directores invitados e intérpretes de lujo. Su temporada 2020, por ejemplo, incluye a solistas de relieve como Anne-Sophie Mutter, Joshua Bell, Lang Lang y Jean Yves Thibaudet, entre otros.

Como el lector desprenderá de lo expuesto, San Francisco, de acuerdo a su trayectoria, constituye un importante polo musical el área del Pacifico.