Resiste firme la Casa del Teatro

La institución que acoge a actores mayores redobló los cuidados y clama por ayuda. Tuvieron que suspender la feria de ropa y los espectáculos que aportaban los fondos para la subsistencia de los 33 residentes. Linda Peretz, su directora, traza un cuadro de situación.­

Creada como protección para los artistas en su vejez, a semejanza de La Casa Verdi de Milán, idea y concreción del gran maestro; la Casa del Teatro de Buenos Aires tuvo en la prima donna del canto lírico Regina Pacini de Alvear a su hacedora y protectora.­

Actualmente, la actriz Linda Peretz está al frente de esta institución que debe enfrentarse a un nuevo desafío, la pandemia que sacude al mundo. También la Casa Verdi afrontó (y afronta) momentos terribles como la gripe española en 1918 y la epidemia de Gripe A entre 2009 y 2010. Hablamos con la directora.­

-Le toca una doble responsabilidad: estar al frente de una entidad que tuvo en ese cargo a figuras como Iris Marga, Eva Franco y Alberto Vaccarezza, y a la vez presidirla en un momento límite de nuestra historia médica. ¿Cómo vive este momento?­

-Con mucha responsabilidad. Cuidando y preservando al pensionado, que son una población de riesgo por su edad. Lo hago desde mi casa comunicándome con los pocos empleados y responsables de la salud que pueden ir a la Casa, estando pendiente de cada uno de ellos, haciendo un seguimiento continuo de la situación.­

-Actualmente, ¿a quiénes recibe la Casa del Teatro? ¿Cambió el protocolo de admisión?­

-Seguimos siempre con el mismo protocolo. Recibimos artistas desde los 65 años hasta los 80, con quince años comprobables de trabajo en el medio artístico. Deben ser autoválidos, es decir, no dependientes de ayuda para movilizarse.­

-¿Cuántos son los artistas que viven allí y de qué depende su estabilidad en el alojamiento?­

-En este momento tenemos 33 residentes. Por supuesto que deben tener conciencia de cuidar el trato, la buena convivencia y ser solidarios, así como cuidar la higiene personal y mantener buenos hábitos por su salud.­

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CUERPO Y ALMA­

-¿Cuáles son las condiciones especiales que establecieron ante el coronavirus?­

-Sabiendo que se trata de un grupo de alto riesgo, evaluamos cómo reciben las medidas y cuáles son los sentimientos que pueden ir apareciendo, teniendo a favor el hecho de que todos son amantes del arte de alguna manera, lo que los ubica en un espacio especial. Considerando que es una población vulnerable, es necesario concientizar, cuidar al máximo la higiene, mientras se preserva la ayuda al compañero. No se olvida la recreación, por cierto. En nuestro caso tiene que ver con la posibilidad de ver cine en DVD, escuchar música y practicar juegos de mesa. Por el momento suspendimos la feria de ropa, los shows en vivo y los espectáculos teatrales dentro de la Casa del Teatro (NdR: desde el último FIBA, la institución venía siendo escenario del ciclo `Teatro Bombón'). Pero este parate obligado nos deja con nulos ingresos de dinero. Necesitamos ayuda.­

-La madurez la ubica frente a un rol doblemente comprometido: la familia y el trabajo en una institución prestigiosa, fundada en 1938. ¿Cómo asume esta etapa de la vida?­

-Bienvenido sea ese doble rol. Me convirtió en una mujer muy responsable de mis actos. Debo tomar determinaciones criteriosas. El sentido común debe privilegiar el cuidado del pensionado. Mi ambición es engrandecer la Casa institucionalmente, preocuparme por la situación económica y financiera de la residencia. Admiro profundamente y agradezco de la misma manera a Regina Pacini, que generosamente haya creado la Casa del Teatro junto a su esposo, Marcelo Torcuato de Alvear. Hicieron una gran obra y me toca a mí en este momento continuarla.­