El gobierno adoptó dos estrategias para enfrentar el cornonavirus: confinamiento duro y asistencia económica a los sectores más pobres que en Argentina rondan el 35%. Con la primera se buscó cortar la circulación del virus; con la segunda, mitigar la pérdida de ingresos por el brusco freno de la actividad.
Todo indica que estas medidas tienden a profundizarse. El confinamiento se prolongaría más allá del 31. Ayer la Ciudad de Buenos Aires anunció el cierre de 59 accesos y anteayer el presidente extendió el reparto de fondos fiscales a sectores no cubiertos por transferencias anteriores como el de los cuentapropistas y el de los trabajadores en negro.
La pregunta obligada es no sólo si las medidas resultarán efectivas, sino si resultarán sostenibles. La respuesta a la última duda es “no” por dos razones: a medida que pasen los días el desacato social tenderá a crecer y un estado quebrado, que no paga sus deudas, mal puede hacerse cargo de levantar los cheques de los privados. La crisis es grave para los países solventes y mucho más para los que están prácticamente en default.
En este marco el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) difundió su informe 853 en el que se observa la existencia de una relación inversa entre la cantidad de test hechos para detectar la enfermedad y el crecimiento de la pandemia a partir de tres casos: el de Corea, el de Italia y el de España.
El informe señala que “en Corea la tasa promedio diaria de nuevos casos fue de 2% y la cantidad de test realizados para detectar el coronavirus es de 6.150 x millón de habitantes. En Italia la tasa diaria de nuevos casos fue de 20% y la cantidad de test para detectar el coronavirus es de 3.500 x millón de habitantes. En España la tasa de nuevos casos fue de 36% y la cantidad de test realizados para detectar el coronavirus es de 650 x millón de habitantes”. La conclusión es que “estos datos muestran una alta correlación entre la cantidad de test para detectar el coronavirus y la desaceleración de nuevos casos reportados. Mas allá de que operan una multiplicidad de factores, la correlación no es casual. La Organización Mundial de la Salud y las sociedades científicas en epidemiología recomiendan que la estrategia más efectiva es la aplicación masiva de test de detección del coronavirus en la población”.
Si aumentan los test, es posible detectar a los portadores asintomáticos y concentrar en ellos el confinamiento, pero desde esta perspectiva la situación argentina es mala por problemas de logística y porque desde el inicio de la pandemia hubo un solo instituto para hacer las pruebas en CABA. Está recién en sus primeras etapas la tarea de extenderlas a las provincias. Concentrar la información es una cosa e ignorar la real magnitud del problema, otra. La prioridad de la acción gubernamental debería ser la de multiplicar la capacidad de testeo. Repartir fondos no carece de utilidad electoral y dar consejos por las redes puede mejorar la imagen del presidente, pero la respuesta más efectiva es otra.