"Esto es tan sólo..."

Seis hermanos en busca de una identidad robada

"Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste". Dramaturgia: Pablo Bellocchio. Dirección: Gastón Cocchiarale. Escenografía y vestuario: S. López Hovhannessian. Iluminación: J. Ferro. Música original: Juan Pablo Schapira. Actores: Sebastián Bauzá, Malena López, Ulises Barzi, Tamara Liberati, Matías Leites, Bianca Vicari, Tomás Pinto Kramer, Antonela Scattolini Rossi. En el teatro El Método Kairós.


El doctor Piero Lascia ha muerto. Yace sobre la cama matrimonial a la espera del coche fúnebre que lo trasladará al cementerio. Lo velan dos familias. O una. En el comedor penan por él los cuatro hijos que tuvo en Buenos Aires. En el escritorio de la casa esperan otros dos que son fruto de una pareja que formó y luego abandonó en San Juan. Prácticamente no se conocen entre sí; tampoco al padre, del que, ahora que no está, comienzan a aflorar varios secretos.

Comedia dramática estrenada en 2013 con el formato de dos obras en continuado, "Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste" fue reconvertida ahora por el director Gastón Cocchiarale en una única pieza en dos actos, separados por una intervención musical.

El autor Pablo Bellocchio (director además de aquella puesta primigenia) toma el fallecimiento del abogado a causa de un cáncer como un disparador que lleva a los hijos a revisar sus propias vidas y a replantear el vínculo que los une. Junto con la dificultad de crecer sin una figura paterna sólida que actúe como un terreno fértil donde echar raíces (la alusión a la hidroponía es atinada en este punto), la obra refiere también a otras temáticas relevantes aunque sin profundizar. Así, las menciones al aborto, al robo de bebés durante la dictadura y a la elección sexual, que aparecen esbozadas, hubiesen merecido tal vez mayor desarrollo.

De cualquier modo, Cocchiarale (el notable David Lowenstein de "ATAV") se las ingenia para transformar un texto profuso en un relato dinámico, de tensión cambiante, capaz de plantear interrogantes a cada paso. Nadie enfrenta la muerte de un ser ¿querido? del mismo modo en que lo hace otro familiar, por muy cercanos que sean. Es esa tensión propia de una situación que los interpela la que abre otras puertas en estos hijos inseguros, acaso infelices, tan diferentes entre sí.

Un elenco de actores jóvenes y solventes respalda el trabajo de la dirección asumiendo con real convencimiento la situación que les toca jugar. Más de un espectador se verá reflejado en esos rostros.

Calificación: Muy buena