VISTO Y OIDO

Razón de un viaje

El jueves pasado el gobierno anunció de manera sorpresiva que el presidente de la Nación viajaría siete días más tarde a Israel en su primer viaje oficial como jefe del Estado argentino. La comunicación fue simultáneamente a los medios y a la embajada israelí en Buenos Aires que tuvo que ponerse a trabajar a marcha redoblada para organizar la visita. Sobre lo súbito de la decisión del presidente Alberto Fernández se tejieron diversas conjeturas. No faltaron quienes la señalaron como un ejercicio de "autonomía" (por lo menos en política exterior) respecto del kirchnerismo.

Preguntas incómodas

Fernández viaja para participar de un foro internacional de conmemoración del holocausto judío. Inicialmente se señaló que sólo asistiría al foro, pero no fueron descartados contactos con otros de los mandatarios. En caso de un encuentro con el premier israelí, Benjamín Netanyahu, tampoco se descartó que el mandatario argentino reciba alguna pregunta incómoda. Por ejemplo, si su ministra de Seguridad, Sabina Frederic, contaba con su aval cuando hizo declaraciones sobre la inconveniencia para Argentina de mantener a Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas.

Solicitud incómoda

El 31 el Presidente de la Nación viajará al Vaticano para entrevistarse con el papa Francisco. Según trascendió, en esta visita se analizará la designación del nuevo embajador en la Santa Sede, ya que el candidato propuesto por el gobierno, Luis Bellando, no recibió el placet de rigor. También se espera algún intercambio sobre la cuestión del aborto. Fuentes diplomáticas no ocultaron su inquietud por un eventual pedido de Francisco para que durante su pontificado la Argentina no sancione la ley. El silencio ante el protocolo de Ginés González García parece haber sido su límite.

Mala señal

Otra hipótesis sobre el súbito viaje de Alberto Fernández a Israel es que se trató se un gesto hacia Donald Trump. En sólo 40 días Fernández ha tenido una relación oscilante con el gobierno norteamericano. El controvertido asilo a Evo Morales significó un golpe al vínculo con Washington de cuyo apoyo depende para llegar a un acuerdo con el FMI que le facilite un aplazamiento de los pagos de la deuda. En este marco se inscribe el viaje a Israel que para algunos llegó tarde: se produjo al mismo tiempo que los Estados Unidos retiraban su apoyo al ingreso de la Argentina a la OCDE.