Belgrano y Favaloro, ejemplos a imitar

Dios, el destino, el azar o como cada uno de los lectores lo quiera llamar, nos coloca a los hombres en circunstancias especiales. La dignidad de Manuel Belgrano en su tiempo bien le cupo en el siguiente y en grado sumo al doctor René Favaloro, y quiso alguna de esas circunstancias que la Fundación de la que fuera inspirador se ubicara sobre la calle en la que naciera el prócer apenas a una docena de cuadras de distancia. 

En 1770 esa calle llamada entonces de Santo Domingo por el vecino convento era el centro de la ciudad, y donde hoy está el edificio dedicado a la salud, era un alejado suburbio apenas poblado de la parroquia de Monserrat, creada en noviembre del año anterior.

Por si fuera poco esa casualidad, Favaloro junto con el creador de la bandera y San Martín (a quien dedicó muchas páginas porque era un estudioso del Padre de la Patria), supieron compartir el podio hace un lustro en una encuesta que buscaba los diez individuos más honestos de nuestra historia. 

Y más recientemente en el 2016 el médico lo dejó al creador de la bandera en segundo lugar, -cosa que con la humildad que lo caracterizaba allá arriba se habrá excusado- para bautizar a iniciativa del contador Luis Andreotti -intendente de San Fernando- el nuevo túnel sobre la ruta 202.

EN LA PAMPA

El doctor René como se lo llamaba apenas recibido se radicó en un pueblo de la campaña en la provincia de la Pampa -Jacinto Aráuz- donde fue todo lo que podía hacer un médico como lo dejó escrito en sus Memorias, allí "su alma había sido enriquecida, había vivido intensamente y, por sobre todas las cosas, conoció la otra Argentina, la verdadera, tan lejos de la General Paz". Era el año 1950 y allí residió once años, y desde 1953 lo hizo en la compañía de su hermano Juan José graduado de cirujano.

La preocupación de Favaloro por la salud de las poblaciones alejadas de la ciudad, no le fue en zaga al general Belgrano. En medio de las urgencias de una marcha militar hacia el Paraguay, observando los primeros síntomas del terrible flagelo de la viruela en setiembre de 1810 en San Nicolás de los Arroyos, se preocupó para prestar la mayor colaboración al doctor Francisco de Paula Rivero comisario de vacunación para que cumpliera su cometido. 

La Gaceta el 18 de octubre daba cuenta del agradecimiento de los vecinos de esa localidad y otras como San Pedro y Rojas al facultativo por la propagación de la vacuna y también por haberlos atendidos de otras dolencias físicas. 

La obra del médico fue extraordinaria, desde Rosario envió al cura vicario de Coronda los útiles y materiales necesarios para la inoculación, ya que había observado los primeros síntomas de una posible epidemia. El médico observó los graves males, a causa de la viruela en distintos puntos de la campaña. De una familia de diez personas habían muerto la madre y sus cinco hijos, quedando al momento los otros cuatro en las últimas (!!!). En su campaña llegó a inocular en los pueblos a 2.512 personas, su obra con el apoyo del ejército en marcha fue realmente heroica.

AHUYENTAR LOS VICIOS

En 1798 Belgrano redactó lo que podemos considerar el primer proyecto de enseñanza estatal, gratuita y obligatoria presentado en lo que hoy es la Argentina. Para él que era imposible mejorar las costumbres y "ahuyentar los vicios sin educación", para ello proponía que los cabildos creasen y mantuviesen con sus fondos (llamados propios) escuelas "en todas las parroquias de sus respectivas jurisdicciones, y muy particularmente en la campaña". 

Y al hacerlo sostenía que era "de justicia" retribuir de este modo la contribución que, con sus impuestos, hacía la población para el sostenimiento del Estado. Desde el Correo de Comercio, poco antes de la Revolución de Mayo proponía: "¿Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el Gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos? Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la ignorancia, y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción; pero esa máxima injuriosa al género humano se proscribió como una producción de la barbarie más cruel, y nuestra sabia legislación jamás, jamás la conoció". Proponía escuelas en la campaña y hasta con rigidez agregaba "Obliguen los Jueces a los Padres a que manden sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar".

Favaloro, a su vez, en sus Memorias de un médico rural apuntaba: "Estoy convencido de que la única manera de rescatar y preservar a los hijos de la villa miseria es con escuelas hogares. ¿Qué podemos esperar de semejante promiscuidad que engendra el alcoholismo, el abuso sexual y el incesto, el robo, la riña y el asesinato? De ahí saldrán los resentidos sociales y el caldo de cultivo para doctrinas foráneas tan perjudiciales. En estos días en que tanto hablamos de la Universidad , yo creo que hemos perdido el derrotero en cuanto a prioridades en la enseñanza. Nos debería preocupar más la primaria y la secundaria -pues es en la niñez y en la pubertad cuando se forma el ciudadano del futuro- que la universitaria que si se la analizara en profundidad tendría que rendir cuentas al país por su ineficacia".

Ni que decir de Belgrano proponiendo el trabajo de la tierra desde el Consulado, y la opinión de Favaloro siglo y medio después: "Existe en el país enorme cantidad de tierra improductiva -mucha de ella fiscal- a la que hay que agregar en estos últimos años centenares de miles de hectáreas que están allí, al lado de los diques construidos desde Cabra Corral hasta El Chocón, esperando la mano del hombre para derramar el agua y traer progreso al país. Sabemos, por ejemplo, que medio millón de hectáreas bajo riego en California produce la inmensa mayoría de vegetales que consumen los 220.400.000 habitantes de Estados Unidos de América. Es fácil predecir lo que se podría hacer transformando más de dos millones de hectáreas dormidas al pie de nuestros lagos con el esfuerzo mancomunado del hombre y del Estado".

COMUNION DE IDEAS
 
El doctor Favaloro estudió la vida de San Martín y escribió documentadamente su biografía, lamentablemente no lo hizo con la de Manuel Belgrano, sin embargo a lo largo de sus escritos puede hablarse de una comunión de ideas y más que eso de ejemplar emulación en su vida pública y privada, lo que vale tanto como una biografía.

Nos ha tocado escuchar de testigos acreditados, la humanidad de Favaloro anunciándole a su paciente que mientras estaba internado había muerto su esposa, en los años en que comenzaba su labor en el Sanatorio Güemes y también poco antes de su muerte en el caso de una prima el guiño cómplice indicándome su favorable evolución, cuando la pasión historia nos había encontrado.

Felizmente el segundo decreto de este año del actual gobierno ha sido dedicar el 2020 a la figura del general Manuel Belgrano, con estas notas decidimos en La Prensa llamarlo desde noviembre Año Belgraniano, hacemos votos para que cada día el ejemplo de hombres de la talla de los que evocamos en estas líneas sean la inspiración de quienes tiene en sus manos los destinos del país. 

Seguros estamos que Belgrano compartiría esta autocrítica frase de Favaloro que a nos convoca constantemente a la superación: "Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes".

* Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.