El tsunami cultural que nos condena

Los resultados de las pruebas PISA son terroríficos. La verdad es que no falta más presupuesto. Sobran tongos y vividores en Educación.

Los sistemas educativos de la mayoría de los países del mundo son evaluados cada tres años por PISA, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Program for International Student Assessment). Los resultados de este informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) determinan el nivel alcanzado por los alumnos de 15 años en tres áreas: lectura, matemática y ciencias. En Argentina participaron 458 escuelas y 14.546 alumnos.

Si se toman en cuenta a los 79 países de todo el mundo que participaron el año 2018, Argentina ocupó el lugar 63 en lectura, 71 en matemáticas y 65 en Ciencias y quedó por debajo del resto de los países de la región. En el área de lengua 52.1% de los chicos argentinos se encuentra en el nivel 1 o incluso debajo, o sea que nuestros chicos sólo pueden hacer las tareas más simples: comprenden sólo datos explícitos. En matemática, el 69% de ellos solo pueden resolver los problemas básicos, aquellos que requieren procedimientos rutinarios. Dentro de ese porcentaje, el 40,5% está por debajo del nivel 1, es decir, sus conocimientos son menos que incipientes. En ciencias, el 53,5% de los chicos están en el nivel 1 o por debajo: apenas si reconocen términos científicos básicos y a duras penas comprenden instrucciones explícitas.

Este devastador panorama, este tsunami cultural que condena nuestro futuro es sistemáticamente minimizado por los oficialismos y utilizado electoralmente por las oposiciones. El discurso es intercambiable depende quien gobierne. La debacle es la misma. 

PAGAR DOS VECES

Huyendo de la inoperancia de la gestión educativa estatal, cada vez más familias deben pagar dos veces por la educación de sus hijos, una a través de sus impuestos para sostener una escuela pública desastrosa que nadie quiere usar y otra a través del pago a la escuela privada. Pero ojo: Si bien la escuela pública pierde alumnos a lo pavote año a año, ¡cada vez se contratan más docentes! Primera estafa al no pequeño presupuesto educativo, veamos.

Australia, Japón, Holanda y Corea del Sur tienen un promedio de 17 estudiantes por cargo docente; Rusia, el Reino Unido y Francia tienen 20 chicos por maestro y Brasil, 21. En Argentina existe un cargo docente por cada 12 alumnos, deberíamos estar muy por encima de los estándares, ¿verdad? Pero todos sabemos que esto no es real y que los maestros que realmente están al frente de las aulas tienen al menos el doble de esos alumnos: dónde están entonces los maestros contratados? Ausentismo, licencias inefables, clientelismo, vaya uno a saber. Lo que sí sabemos es que en el Estado se crea un nuevo cargo docente por cada 8 niños que dejan las escuelas estatales. Así no va a haber jamás un presupuesto que alcance… 

Actuar seriamente sobre el deterioro de educación no sirve si la gestión educativa está al servicio ideológico y económico del sistema de sindicatos que gobiernan realmente los programas y la administración educativa bajo coacciones y amenazas. La docilidad histórica del poder político frente al poder sindical parece olvidar que están cobrando un sueldo para educar a nuestros hijos y que lo están haciendo realmente muy mal. 

Quienes se llenan la boca hablando de inclusión y nuevos derechos ignoran un derecho fundamental, la educación puede lograr que quien tiene un origen desfavorable pueda ascender en el escalafón social y económico. Pero tenemos cifras récord de paros docentes desde hace más de 20 años, si sumamos los paros que acontecen a lo largo de un ciclo primario, un niño pierde casi medio año de clases en la escuela pública. No parece un método muy inclusivo que digamos.

Pero la cultura del esfuerzo, hemos de reconocer, esta un poco cascoteada. La mismísima Unesco desaconsejó este sistema meritocrático porque no fortalece mecanismo de inclusión y favorece la repitencia y el abandono prematuro (así como se lee). Prevalece la política del aprendizaje por divertimento, por sobre la de los contenidos de una formación básica y completa. Cada vez surgen más metodologías experimentales algunas de corte escenográfico como la organización de los pupitres, considerando que los niños sólo necesitan motivación para encontrar aquello que le gusta y le interesa para aprender. El estudiante empoderado es en realidad una idea más vieja que la rueda, nada más y nada menos que una deriva del hombre bueno roussoniano cuya esencia exquisita es violentada por la educación y la sociedad. 

Si nuestro sistema educativo considera a la educación formal como una manera de violentar el espíritu libre del alumno, no es extraño que en todo el sistema se entienda a la disciplina intelectual como una forma de opresión y discriminación social. En consecuencia tenemos programas que reducen los contenidos a “mínimos” para que, ya que estamos y si la situación lo requiere (en Argentina la situación siempre requiere excepciones), cortar y recortar aún más los mínimos. Tenemos una provincia con una tan obscena cantidad de paros que directamente se abolieron los contenidos y se regalará el año lectivo. Esto debería haber sido un escándalo nacional, pero la noticia tuvo menos repercusión que el reclamo salarial mafioso y electoralista que dejó a los niños sin clases durante semanas.

Si nos damos una vuelta por las marchas docentes, (hay muchas y a todas horas, no hay excusas para no hacer una incursión antropológica por semejante evento), veremos que, en el discurso docente y en el accionar de su representación sindical, se toma a la educación como instrumento para luchar contra la dominación de clase y la desigualdad, o sea adoctrinamiento e ideología puros. Lean sus consignas, escuchen lo que piden y cómo hablan quienes modelan la educación Argentina. Y con la cantinela de la desigualdad, las pedagogías que se imponen, postulan la igualación para abajo, el desprecio de la meritocracia y el método por encima de los contenidos. Sólo un sacrílego podría proponer actualmente ideas favorables a la selección y al esfuerzo individual en el aprendizaje, y sería oportuna y eficazmente lapidado en el corazón mismo del Palacio Pizzurno. 

La frondosa difusión de la meritocracia como un privilegio burgués o, peor, como una herramienta capitalista para la formación de cuadros técnicos especializados han ido extendiendo su ideología a todos los ámbitos educativos y así, nuevas generaciones educadas en la cultura del no esfuerzo, acceden a niveles superiores en la escala de formación y supervisión docente. Se convertirán en maestros ignorantes, que resienten del Estado al que demandan todo, sin tomar la menor responsabilidad por la decadencia educativa. Máquinas de pedir privilegios, presupuesto y subsidios. Por eso los Baradeles de este mundo odian las calificaciones, el presentismo, el mérito y las evaluaciones.

Algunas perlitas para entender la situación: En la Provincia de Buenos Aires 1 de cada 9 docentes está afiliado a más de un gremio. Hay un caso de película, el del SOEME, que en el 2016 fue denunciado por haber realizado más de 12 mil afiliaciones sin consentimiento. En promedio, el descuento por cuota sindical es de entre 2 y 3% del salario. No estamos hablando de monedas.

LOS NUMEROS

En CABA, UTE es el sindicato mayoritario con unos 15.000 afiliados.Luego vienen el Sindicato de Educadores de Buenos Aires (Sedeba) suma 5.500 aportantes, la Unión Docentes Argentinos (UDA) 5.000, la Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp) 5.000, Sadop 4.500, Ademys 3.000, la Asociación del Magisterio de la Enseñanza Técnica (Amet) 3.000 y Adef 2.200. El fixture se completa con otras 11 entidades menores con 200 o 50 inscriptos como la Asociación Docentes Independientes Argentinos (Adif), la Asociación de Educadores Porteños (Aep), la Asociación de Maestros Confederados (Amc) y la Asociación de Supervisores Educacionales de la Ciudad de Buenos Aires (Ased), el Centro de Profesores Diplomados (Cpd), Compromiso, Educación para el Cambio (Edupec), el Sindicato de Educadores Unidos de la Ciudad de Buenos Aires (Seduca), el Sindicato Unido de Educadores Técnicos de la República Argentina (Suetra)y siguen las firmas. 

Se trata de un verdadero franchising que suma a los aportes el negoción de los cursos de capacitación que otorga puntos a los maestros. 

No ver la complicidad entre los gobiernos y los sistemas de afiliación y capacitación docente es ignorar los pingües negociados, mil veces denunciados que se determinan desde la normativa ministerial. No sólo los alumnos son rehenes, también los son los docentes que sí quieren trabajar y estar al frente de un aula. Existen muchas propuestas para  incorporar a la educación como servicio público, prohibiendo por ende su paralización, curiosamente los partidos mayoritarios no la tienen entre sus prioridades. ¿No será que la decadencia de nuestra educación los beneficia?

¿Para cuándo una gestión que vaya en perjuicio de sectores y funcionarios ineficaces, improductivos y corruptos que se benefician con esta decadencia a costa del contribuyente que debe mantenerlos con el cuento de que defienden “la educación pública”?

Seguramente intentarán manipular los resultados de las pruebas PISA llorando recortes de presupuesto y volviendo a hacer paros para exigir más dinero. No falta presupuesto, sobran tongos y vividores cuya actividad es vivir marchando y amenazando en lugar de estar a cargo de un aula.