Enrique Campos, nominado por partida doble

 

En una entrevista exclusiva con "La Prensa" se refirió al gran presente que vive, donde se encentra nominado a los premios Gardel y Grammy Latino, a sus inicios y sus proyectos a futuro.

Este es el gran año de Enrique Campos, debutó como solista con su disco “Roto” y el mismo fue nominado para los Premios Gardel, en la categoría “Mejor álbum artista masculino de tango”, y los Grammy Latinos, como “Mejor álbum de Tango”.

Actualmente Campos se encuentra en etapa de producción de lo que será el sucesor del exitoso "Roto", donde seguirá mezclando los distintos tipos de géneros musicales.

Dueño de una estética que trasciende lo musical, el ex cantante de La 154 tuvo un momento en su agenda para reunirse con "La Prensa" y dialogar acerca de su exitoso presente, su comienzos y su futuro.

-Primer disco y lo nominaron a los premios Gardel y a los Latin Grammy. ¿Cómo está tomando todo esto?

-La verdad es que estoy superfeliz, pero me resulta difícil de asimilar. Claramente no era para nada algo que podía llegar a pensar como posible. Me cuesta entenderlo por momentos también. Creo que, además de la música, la cual vengo tocando hace ya varios años, hay un componente que tiene que ver con lo estético. Tanto en los shows en vivo, como en los videos promocionales y el videoclip de “Luna Nueva”, la apuesta como proyecto artístico es más amplia que lo que se está acostumbrado a ver en el tango. Y creo que eso ayudó a generar visibilidad y a llegar a un nuevo tipo de público. No digo que esto sólo generó las nominaciones, pero sí creo que puedo haber llamado más la atención.

-¿Cómo llegó al tango?

-El tango apareció tarde en mi vida en la adolescencia. Digo tarde para aclarar que no vengo de un familia, o un entorno, en el que se escuchara mucho tango. Mi abuela escuchaba a Gardel, y algo me habrá quedado quizás. Pero fue más en la adolescencia. Yo cantaba pero a la vez estudiaba teatro y escribía poesía, y el tango apareció como el medio para poder expresarme cantando canciones intensas desde lo emocional, y con letras con una riqueza tremenda. Además, al igual que en el jazz, por ejemplo, el tango es un género que valora al “intérprete”. Y hasta mucho más adelante, que me animé a componer mis propias canciones, yo era un intérprete, y el tango me dio ese lugar para desarrollarme.

-¿Cuáles fueron sus influencias?

-Mis influencias siempre fueron artistas que generaban algo fuerte en vivo. Lo escénico siempre me atrajo mucho. Desde Michael Jackson a Liza Minnelli, pasando por Aznavour, Freddie Mercury o Rodrigo Bueno; no me importa demasiado el género musical, me importa lo que me transmite. En el tango, una vez que lo conocí más, me hice más del palo del decir de Goyeneche o de Rubén Juárez, por ejemplo, que de otros quizás vocalmente más virtuosos.

VISCERAL

-¿Cómo se da esta mezcla de estética punk con el tango y cómo los relacionas ambos?

-No es una mezcla estrictamente musical, involucra también lo interpretativo, el espíritu y la intensión con la que se abordan los temas. Desde el principio, en conjunto con Pablo Di Nardo (pianista y dirección musical) y Pablo Martín (contrabajista), nos acercamos al tango con una actitud similar. Escuchábamos un tema y nos sonaba tan visceral y tan a flor de piel que nos salía una versión muy potente, casi brusca o atolondrada. Y ahí aparecen ciertos colores, o ciertos matices que tienen que ver con el punk o el rock. Y esta reacción salvaje, aunque subjetiva, ante los temas, es una parte muy importante de nuestra identidad.

-¿Por qué el nombre "Roto” a su primer CD?

-Me gusta pensar en lo “roto” como algo que está en un proceso positivo. Algo que pone las cosas a prueba, que juega con romper estructuras, con romper prejuicios, tradiciones, etc.. Me gusta romper y ver qué puedo armar después con los pedazos. Me parece un parte crucial de cualquier proceso creativo, por lo menos desde mi vivencia. No me interesa lo estático, lo establecido, y menos aún lo reverencial. Vivo mucho en ese estado de “rotura”, que aunque me genera muchas veces dolores y carencias, me es una parte necesaria de mi crecimiento y desarrollo, tanto artístico como emocional.

-¿Cómo eligió el listado de temas donde mezcla temas de Fabi Cantilo, Mercedes Sosa y de Discépolo?

-Lo mayoría de los temas estaban ya en el repertorio que tocábamos en vivo. Especialmente los tangos. La zamba también la tocamos mucho en vivo. Y después apareció un interés en meter algo distinto para

generar distintos climas. El disco está pensado como tal, no son sólo canciones ordenadas sin sentido. Hay una idea orgánica detrás, como si fuera la lista de temas para un show. Algunas más arriba, otras más íntimas, algunos temas más clásicos y algunas canciones más actuales. La búsqueda no pasa tanto por acentuar los distintos géneros, sino por generar distintos climas.

A FUTURO

-¿Grabó con María Graña, hay algún otro artista con el cual quiera o tenga pensado a trabajar?

-Lo de María Graña fue un lujo total. La invitamos sin ninguna expectativa y aceptó. Vino el segundo día que estábamos grabando -grabamos el disco en corte directo durante dos jornadas en los estudios Ion- pidió que pasemos el tema una vez, y en la primera toma quedó. Impresionante la voz, por supuesto, pero también la energía en la interpretación. Yo la tenía al lado y me vibraba el cuerpo mientras cantaba. Impresionante. A futuro tengo mil personas con las que me gustaría trabajar. Tangueros me gustaría Melingo, o Mollo, y de otros géneros ¡miles! Con algunos ya estamos hablando, por lo que prefiero no decir nada para no quemar.

-¿Qué proyectos tiene a futuro?

-Estamos en plena producción de lo que será mi próximo disco. Vamos a sacar un primer single este año, algunos otros más a principios del año que viene, y el disco entero estará para mitad de año. La idea es que la mayoría de los temas sean míos esta vez, sumando algunas colaboraciones. El tango va a estar presente, por supuesto, pero me interesa encontrar una identidad musical propia, ya no sólo como cantante, sino también como compositor.