TEATRO: "Es necesario entender un poco"

Obra de Griselda Gambaro, con un entusiasta elenco

 

"Es necesario entender un poco", de Griselda Gambaro. Dramaturgia: Griselda Gambaro. Dirección y dispositivo escénico: Guillermo Ghio. Vestuario: Nadja Jorge Veloz. Luces: Tamara Turczyn. Actores: Liliana Moreno, Patricio Schwartz, Mucio Manchini, Pablo Turchi, Marcelo Sein, Nicolás Meradi, Leticia Cabeda. Versión escénica y Dirección General: Guillermo Ghio. Los viernes a las 21, en el Teatro Pan y Arte, Boedo 876.

Hue es un estudioso de élite en la sociedad china del siglo XVII. De escasos recursos y amplia cultura humanista enfrenta a su madre en la primera escena, planteando la necesidad de su partida hacia una suerte de""paraíso occidental", donde, según él, el mundo está más cerca de Dios. Mientras su madre con sentido común le advierte sobre el peligro de lo desconocido, puede más la relación que el muchacho entabló con un jesuita francés que lo ha convencido y con el que parte hacia Francia.
Allí se dará cuenta que los pobres son igual de pobres que en China, sólo que acostumbrados y que Dios no puede estar más cerca de tanto autoritarismo y sojuzgamiento. Terminará degradado en un loquero donde resultará ser el que aloja al marqués de Sade, que experimenta el teatro con los internos y se burla de él 

La vuelta a casa como una bestia enloquecida le hará reflexionar que los desdichados no se reconocen entre ellos y la solidaridad y el humanismo se evaporaron en la sociedad que él consideró modélica.

DERECHOS HUMANOS
Ya el hecho de tener en la cartelera porteña una obra de Griselda Gambaro es una fiesta. Mujer de la resistencia, su literatura, de marcado universalismo, apunta a la necesidad de la memoria, la crítica a la violencia, la intolerancia y la discriminación 

Con un fuerte acento en el respeto de los derechos humanos. Elementos que reaparecen en esta pieza dramática donde el contraste entre la periferia de naciones consideradas como laterales se enfrentan a otras consideradas centrales y que asumen una contradictoria relación de dependencia y falso deslumbramiento respecto de las primeras.

La puesta de Guillermo Ghío apuesta al realismo y la contundencia escénica con apoyo de elementos audiovisuales y fuerte componente escenográfico, que obliga a una ardua tarea del equipo para encastrar elementos que como un rompecabezas solucionan distintos espacios y tiempos.

Igualmente los actores reasumen distintos roles respetando los principios brechtianos, que con la asunción de la realidad, desplazan el simulacro y acentúan la racionalidad de la puesta. Hay una interesante respuesta de los actores que dentro de cierto tremendismo de las marcaciones, mantienen un justo equilibrio evitando desbordes. Se destaca particularmente, Patricio Schwartz (Hue), por su entrega al personaje, bien secundado por Mucio Manchini como el jesuita, Pablo Turchi, y el resto del elenco.

Calificación: Muy buena.