Lleva más de 50 años reparando en su clínica del barrio de Boedo muñecas de variados materiales, manteniendo vivo este antiguo oficio

Roldán, el "doctor" que cura a las muñecas

Dice que muchos clientas lloran cuando logra recuperar juguetes que marcaron sus infancias. Los ojos y el pelo es lo que más se daña. "Cuando las arreglo siento que recupero afecto para la gente", sostiene.

Julio Roldán abre la puerta de su "clínica muy particular" en Venezuela 3774, Boedo. A pocos metros de la entrada, un amplio salón alberga gran cantidad de muñecas: hay de porcelana, de pasta, antiguas y nuevas, nacionales, otras importadas. El artesano cuenta que en total debe tener más de 300. Algunas son de clientes que las traen para que Roldán las arregle.

"Hace 52 años que arreglo muñecas y recupero afecto para mis clientes" dice este hombre nacido en el pequeño pueblo de Tulumba, en Córdoba, que llegó con apenas 16 años a la ciudad de Buenos Aires, y que hoy está al frente de la clínica de muñecas Alfa.

"Eramos 11 hermanos, vivíamos en una casa con piso de tierra y techo de barro y paja. Ya de chico me gustaba armar muñecos con adobe, barro. Mis hermanos mayores me decían que tenía un don especial".

Julio vino a Buenos Aires de la mano de su tío y se instaló en el barrio de Once. "Como pasaba con los jóvenes antes, vino una vez una vecina del departamento y me dijo: "vos que sos joven y te das más maña con las cosas, podrás arreglar esta muñeca. Y así empecé".

La noticia sobre su talento para poner a nuevo a las muñecas hizo que un día golpearan la puerta de su casa: "¿Así que vos arreglas muñecas?", le dijo el maestro Betancour, quien cuenta, fue quien le confió todos los secretos del oficio.

"Era socio de Vélez y andaba en un Renault Gordini. Me pasaba a buscar y me llevaba a Lugano donde tenía su taller. Cuando entré por primera vez parecía todo como una terapia intensiva. Tenía todo ordenadito. Y me dijo: "aprendé este oficio porque chicos va a haber siempre. Y presta atención porque yo no soy de repetir mucho las cosas".

"Me vino a buscar unas diez o quince veces, -continúa- hasta que me dijo: Para mi ya estás recibido. Voy a estar agradecido de por vida a Betancour. Porque este oficio se hereda o se mama de chico, no se estudia en una facultad o un colegio. Y el me enseñó secretos que sigo aplicando en la recuperación de muñecas. Hay gente que me trae capaz una muñeca toda dañada y cuando se la entrego impecable me pregunta ¿cómo hace? pero eso es un secreto de estado".

La gran calidad y seriedad en su trabajo hizo que años atrás el maestro ventrílocuo conocido como "Chasman" confiara en él para hacer un nuevo "Chirolita" ya que el original estaba muy gastado. "Estuvimos trabajando como un año para hacer uno nuevo, lo hicimos con un muñeco de pasta alemán y Chasman quedó muy conforme".

LA PRIMERA

- ¿Recuerda cuál fue la primera muñeca que arregló con la idea ya de dedicarse al oficio?

- Claro, era una muñeca de la marca Piel Rose que hoy debe tener unos 55 años. Tenía un mecanismo en la parte de la espalda que hablaba y que iba con una pila mediana y un disquito atrás. Cuando le apretabas la pancita tenías un botón y empezaba a hablar de vuelta. Fui investigando le busqué la vuelta para que ande. Después empecé a cambiarle los ojos, los pelos, para armar las Marilú, que van con elástico por dentro, o la Mariquita Pérez, las Shirley Temple. Empecé con una o dos muñecas y hoy tengo muchas. Yo amo hacer esto, y la gente que viene a la clínica es tan linda, viene a recuperar afectos que han sido regalados por un ser querido que ya no está. Capaz que la tienen desde que empezó a caminar. La gente cuando le entrego el trabajo muchas veces termina llorando, es muy conmovedor

- Claro, hay una fuerte cuestión afectiva en esas muñecas

- Muchas clientas son hoy de abuelas o bisabuelas que me cuentan que las muñecas las trajeron en los barcos de inmigrantes cuando eran niñas y venían de Italia o España. Antes de viajar al guardar las cosas recuerdan muchas veces que le decían a la mamá "guardame la muñeca", no la querían perder.

- ¿Y cual es la más antigua o valiosa que ha arreglado?

- Hace unos ocho o diez años me tocó arreglar una autómata. Son muñecas que tienen una cuerda y mueven los brazos y la cabecita. Es una muñeca que hoy debe tener unos 150 años. Esta señora cuando me la trajo me contó que había venido dos o tres veces antes, porque quería saber si iba a dejar la muñeca en un lugar seguro. Es fuerte el afecto y no la dejan en cualquier lado. Pasa que uno tiene una seriedad, trato de arreglar las muñecas para que quedan lo más originalmente posible. No me gustan las cosas raras, los injertos, los colores que no van. A mi a veces hay gente que trae una muñeca y me dice:- Yo quiero poner este color de pelo. Y le digo, una muñeca de 70 u 80 años hay que ponerle un pelo castaño porque ya no tiene edad para un pelo rubio. Cuando la buscan después me dan la razón

OJOS Y PELO

- ¿Cuáles son las cosas que más se rompen en este tipo de muñecas?

- Lo que más se rompen son los ojos. Le meten los dedos, todo lo que se mueve llama la atención, más a los chicos. Después el pelo porque se estropea o lo lavan mal. Capaz es invierno y dejan prendida la estufa y si está cerca se achicharró todo. Y después los elásticos de las muñecas antiguas que van armadas por adentro. Pierden la elasticidad y se empieza a aflojar todo. También tiene que ver con el tiempo de la muñeca. Acá se reparan muñecas de 20 a 150 años.

- ¿Más nuevas que repara serían muñecas como las Barbie?

- No, más nuevas serían las muñecas Yolly Bell, esas arreglo. Barbie nunca arreglé, las detesto. No puedo concebir que nos metan todas esas muñecas acá en el país, que son modelos hiperflacas, y las nenas después quieren parecerse a ellas, es un problema. Una Rayito de Sol o Piel Rose o Yolly Bell son muñecas más naturales. Antes hasta se usaban como maniquíes en casas de ropa de chicos. Si se rompen no se caen. Las podes bañar, peinar. A las Barbies no se les puede hacer nada. Nosotros tenemos muy buenas marcas nacionales de muñecas. A las que nombré se le puede sumar la Mariquita Pérez de pasta, la Linda Miranda que camina y anda, la Marilú, Los Malcriados. También hay muy buenos muñecos alemanes, franceses, muñecos de celuloide japoneses o alemanes, la variedad es muy grande.

- Siempre tiene muñecas para arreglar

- Sí, siempre es muy variado. A veces me pasa que si tengo un trabajo que me complica mucho, a la noche sueño con las complicaciones que tiene la muñeca. Entonces me levanto, anoto en un papel una posible solución. Y vuelvo al negocio al otro día y justo doy con la solución. Lo lindo es que acá todo es sano, la gente que trae las muñecas trata de recuperar afecto, es gente buena.

LOS REPUESTOS

- ¿Se consiguen repuestos para las muñecas?

- Los repuestos la mayoría los tengo que fabricar yo. Solo me quedan algunos repuestos de las muñecas Rayito de Sol o Piel Rose. La fábrica cuando cerró hace 30 años me vendió a mi los repuestos. La mayoría tengo que prepararlos yo. Preparo pegamentos especiales, uso pinturas, lijas especiales

- ¿Cómo se tienen que cuidar las muñecas antiguas para que no se dañen?

- Si arreglás algo es porque tuvo un problema. Entonces tenés que tratarla con un poco de cuidado. Normalmente si una mamá o el papá va a jugar con una nena chiquita lo mejor es compartir el juego y después guardar la muñeca. Los chicos en su inocencia más cuando son chiquitos pueden romperla. Las muñecas tienen que estar lejos del calor de la estufa, no le tiene que dar mucho el sol, debe tener un cierto cuidado.

- Incluso serán distintos los cuidados en una muñeca de porcelana que una de pasta

- Una muñeca de porcelana no es bueno dársela a una criatura porque si se rompe corta como un vidrio. En cambio con una Piel Rose, Rayito de Sol, esas sí pueden jugar tranquilos. La porcelana o la pasta se rompe.

- ¿Le lleva tiempo reparar una muñeca?

- Normalmente los trabajos los tomo a 30 días. Pasa que no todos los días se puede trabajar bien. Por ejemplo un día de humedad no puedo trabajar en una muñeca de pasta. Para tener un negocio de estos hay que tener conducta.

- ¿Le gustaría enseñar el oficio a alguien, a sus hijos, para que lo continúen?

- Yo tengo dos hijos que amo, Gastón y Yanina, y capaz mi hija puede ser que siga. Pero yo le dije a mi mujer "vamos a ser pobres en la vida, pero primero el estudio de mis hijos". Me gustaría que el apellido Roldán siga estando vinculado a la clínica de muñecas.

- ¿Qué es lo más lindo que le ha dado este trabajo?

- Es haber conocido a muy buena gente.