El dramático "Caso Lucía"

 

Por Ana Belén Mármora

Días atrás un grupo de referentes de organizaciones que militan por la legalización del aborto en la Argentina y en la región presentaron en el 167° período de sesiones ordinarias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el dramático "caso Lucía", la niña tucumana violada y madre de una bebé prematura forzada a nacer de 25 semanas a quien se llamó públicamente "Faustina".

Lejos de realizar un análisis profundo del drama de Lucía, se omitió deliberadamente ante el citado organismo internacional cómo empezó la verdadera tragedia de la niña de 11 años que fue violada por la pareja de su abuela. Un drama del que no se habló ni se habla y que deja en evidencia que lo único que buscan estas organizaciones es el aborto en sí mismo como una falsa solución. Tampoco se hizo alusión al contexto de esta tragedia: otro abuso proveniente del entorno próximo de los niños, como el que sufren más del 80 por ciento de las víctimas de este flagelo.

Durante la sesión, Nora Pulido, referente del Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia señaló: "Venimos a denunciar y visibilizar las graves vulneraciones del Estado Argentino al obstaculizar las interrupciones legales del embarazo", resultando llamativo que a lo largo de toda su intervención se esforzó por instar al Estado Argentino en la legalización de aborto, sin abordar la prevención de los abusos, contribuyendo a perpetuar la consecuencias de este drama. Aunque declaman contra la invisibilización de la violación, la única solución que plantean son incrementar el número de abortos, de manera casi compulsiva.

Fueron silenciados y desconocidos durante toda la sesión los derechos de Faustina, la niña nacida viva fruto de la cesárea practicada a Lucía. Y en ese sentido, tampoco se mencionó ante el órgano internacional que el 27 de febrero se puso en serio riesgo la vida de Faustina forzada a nacer con 25 semanas de gestación, ni que se torturó a la niña para que acepte pedir abortar cuando ella, en primera instancia, quería continuar con el embarazo.

Por eso, se torna incoherente y contradictoria su solicitud de que "se implementen políticas de niñez" ocultando la realidad del caso que deja en evidencia que aquí hay dos niñas que sufrieron violencia y desamparo.

Que a Faustina le costó su vida. Y a Lucía, una niña que ya había sido alejada de su madre por episodios de abusos a sus hermanas por parte de un padrastro y vivía con su abuela y su abusador, le dieron un aborto como solución a un drama anterior, que ningún familiar había denunciado. 

El comisionado Luis Vargas Silva, abiertamente abortista como el resto de sus pares, expresó que "El misoprostol debe ser parte de la canasta familiar" y que "esto debe resolverse a través de un enfoque de derechos, es un problema de salud pública". Pareciera ser que ante dicho organismo no han llegado los índices de pobreza de nuestro país ni las verdaderas prioridades de salud pública: la pobreza alcanzó el 35,4 por ciento, según datos oficiales del Indec y la indigencia a un poco más del 7 por ciento según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA. 

LINEA DE RETROCESO
En esa línea de retroceso en materia de derechos, el comisionado planteó que el aborto es un derecho fundamental, ultrajando gravemente el derecho a la vida protegido desde la concepción en nuestro ordenamiento jurídico local y en el Pacto Internacional San José de Costa Rica. 

De las insólitas declaraciones de la jornada, cae de maduro como ha sido utilizada una vez más Lucía para imponer una práctica abusiva que lejos de acompañar y mejorar la salud de las mujeres, las destruye y las envuelve en el espiral de violencia que genera el aborto en las víctimas de violación.
Todos los actores de este caso han sabido usufructuar con la tragedia, tal como Cecilia Ousset y José Gigena, los médicos que realizaron la cesárea, y que luego pasearon por el festival de Cannes con sus pañuelos verdes.

Y si se trata de invisibilizar, Faustina fue otra víctima más de este flagelo -y la gran ausente de la jornada- con el peor desenlace de todos: murió, paradójicamente, el 8 de marzo mientras se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, entre medio de festejos de organizaciones y reclamos de "aborto legal".

Hablar de este caso sin hablar de las dos víctimas es tan cruel como lo que distintas organizaciones plantearon ante la CIDH buscando institucionalizar, instalar y fomentar con este tipo de casos tergiversados campañas millonarias y presión ante organismos internacionales. Entre ellas: el Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia, el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (Casacidn), la Red Latinoamericana y Caribeña por la Defensa de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redlamyc), los Abogados y abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes) y el Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres Argentina (Cladem Argentina).

Necesitamos el compromiso de los Estados para erradicar la violencia sexual, con políticas efectivas para prevenir los abusos, medidas severas para los violadores y un sistema de salud respetuoso de los derechos humanos fundamentales de todos. Para trabajar en las causas y no en las consecuencias.
Para que no haya más víctimas de aborto ni víctimas de violación.