Yoga en los colegios: ¿moda o beneficios?

Bajo la premisa de incentivar en los niños desde temprana edad la relajación, la meditación y el autocontrol, gana terreno esta práctica en aulas de todos los niveles educativos. Las ventajas que comprobó la ciencia y el poder menos publicitado de la oración.

Los adultos de las grandes ciudades vivimos cada vez más acelerados y, sin dudas, arrastramos en esa vorágine cotidiana a los más pequeños. Poco tiempo para desayunar, varias actividades durante el día y luego a comer y acostarse temprano para volver a empezar. A esto hay que sumarle el estímulo que implican hoy los distintos dispositivos tecnológicos que utilizan -y a los que a esta altura ya no podemos llamarles "nuevas tecnologías"-.

Ante este escenario, regido por los escasos lapsos de tiempo dedicados a cada tarea y la inmediatez a la que los tienen acostumbrados sus "gadgets", parece ser cada vez más evidente la necesidad de poner un freno. Invitar a la pausa, la reflexión e introspección... esas que los mismos adultos nos vemos privados de poner en práctica a menudo.

Por eso parece natural el éxito que están teniendo en los colegios del país dos disciplinas como el yoga y el mindfulness, celebradas tanto por padres como docentes e impartidas a chicos de todos los niveles educativos.

Como sucede en estos casos, la moda viene de la mano de diversos estudios que confirman los beneficios que estas prácticas aportan. Así, un artículo publicado por "Harvard Health" ya en 2016 analizaba el fenómeno que se extendió rápidamente en los colegios norteamericanos: una encuesta local confirmaba que en 2012 el 3% de los niños estadounidenses había hecho yoga, lo que implicaba 400.000 niños más que en 2007.

"El yoga y el mindfulness han mostrado mejorar tanto la salud física como mental de los niños en edad escolar, de 6 a 12 años. En concreto, el yoga mejora el equilibrio, la fuerza, la resistencia y la capacidad aeróbica. Tanto el yoga como el mindfulness ofrecen también beneficios psicológicos a los niños", afirma el artículo de Harvard.

"Creciente investigación ha demostrado que el yoga puede mejorar la concentración, la memoria, la autoestima, el desempeño académico, el comportamiento en clase y puede incluso reducir la ansiedad y el estrés en los niños", añade el texto titulado "Más que un juego: yoga para niños en edad escolar".
Hay estudios que también sugieren que el yoga puede ayudar a aquellos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), mediante la mejora de los síntomas típicos, como impulsividad, hiperactividad y dispersión.

Lo cierto es que se multiplicó la cantidad de colegios que incorporan el yoga y el mindfulness en los programas de educación física o durante las clases y también hay centros de yoga que sumaron cupos para los pequeños principiantes.

"El yoga es efectivo porque es muy tangible. Aprender posturas físicas fomenta la confianza y la fuerza tanto como la conexión mente-cuerpo", asegura la instructora estadounidense de yoga Jessica Mei Gershen, quien recomienda que el yoga para niños sea lúdico y divertido.

En opinión de esta instructora, los efectos del yoga van más allá del estado físico y también permiten a los niños ganar confianza y conciencia más allá del aula.

"A través del yoga, los chicos empiezan a darse cuenta que son fuertes y que pueden sacar esa fortaleza, confianza, aceptación y compasión al mundo", agrega Gershen.

El mindfulness es una práctica psicológica que consiste en dedicar atención plena al momento presente. Uno de los ejercicios centrales es la meditación. En tanto que los objetivos que se plantean consisten en aprender a "gestionar" de manera más sana las reacciones, desarrollar habilidades para afrontar desafíos, ganar autoconfianza y calma incluso ante situaciones externas conflictivas. Se trabaja también en el modo de favorecer la atención y descubrir patrones mentales que condicionan el comportamiento, tomando conciencia del estado del cuerpo.

En tanto, el yoga es una práctica que deriva de una doctrina filosófica hindú, que reúne un conjunto de técnicas de concentración que se practican para conseguir un mayor control físico y mental mediante posturas específicas.

CALIDAD DE VIDA

Un estudio más reciente, publicado en la revista "Psychology Research and Behavior Management" en abril de 2018, también analizó los efectos del mindfulness y el yoga en la calidad de vida de estudiantes de primaria y sus maestras.

Tras asignar a un grupo de 20 alumnos de tercer grado -con síntomas de ansiedad- actividades de yoga y mindfulness durante ocho semanas y a otro grupo control de 32 alumnos las actividades habituales, los autores comprobaron que la intervención estuvo asociada con mejoras significativas en términos de calidad de vida emocional y psicosocial, lo que "sugiere que el yoga y mindfulness pueden mejorar los síntomas de ansiedad entre los estudiantes", expresaron los autores del estudio.

También indicaron que estas dos prácticas pueden facilitar el control del estrés entre los alumnos de primaria y puede sumarse como complemento a las actividades de aprendizaje social y emocional.

"El estrés es un factor importante y potencialmente maleable, que incide sobre la salud de los niños", detallaron los investigadores. En ese sentido, apuntaron que los niños en edad escolar suelen relatar que tienen numerosos estresores a los que se enfrentan en su vida cotidiana, que incluyen la preocupación por el desempeño académico, la exclusión de los pares y la presión social, ser acosados psicológicamente o burlados por sus compañeros, y las tareas del colegio.

"El estrés causado por estos eventos diarios puede impactar sobre la salud de los niños y perpetuarse, conduciendo a la ansiedad y otros problemas de salud", advirtieron, al tiempo que enfatizan que "brindarles a los niños estrategias puede permitirles controlar mejor estos estresores y prevenir el impacto sobre la salud futura".

Alessandra Bazzano, del departamento de Salud Global Comunitaria de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Tulane, en Nueva Orleans, y autora principal del estudio afirmó que "más de dos décadas de evidencia apoyan la aplicación de prácticas de yoga y mindfulness para mejorar la salud mental y el bienestar de las personas, en particular contra el estrés".

Apuntó, además, que múltiples revisiones sistemáticas aportan evidencia de que el yoga es efectivo para reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo y el bienestar en los adultos y que estudios anteriores han comprobado que el mindfulness mejora el puntaje dado por los docentes en términos de comportamiento de sus alumnos.

En la investigación liderada por Bazzano, los maestros identificaron casi seis formas en las que el yoga puede ser útil en las clases, incluyendo la autorregulación de los alumnos, el ayudar a los estudiantes a calmarse, el contribuir a que el maestro también esté calmo, y mejorar el clima en el aula.

PODER DE LA ORACION

A pesar de que los beneficios de la oración religiosa comprobados por la ciencia guardan similitud con los del yoga y el mindfulness, los primeros gozan de menos "publicidad" y, sin dudas, no están de moda.
Sin embargo, un artículo publicado en 2014 en la revista "Psychology Today" enumeraba cinco beneficios de rezar, probados científicamente, que van más allá de lo espiritual y que acrecientan las razones por las que vale la pena recuperar el hábito de rezar con los niños antes de irse a dormir:

* Mejora el autocontrol. Los estudios demuestran que el autocontrol, como un músculo, se fatiga y debe ser ejercitado con regularidad para mantenerse fuerte. Por ejemplo, se ha visto que la oración puede reducir el consumo de alcohol y tiene un efecto energizante.

* Nos hace más buenos. Rezar por las personas necesitadas redujo en quienes rezaron la agresión que expresaron luego de afrontar una experiencia capaz de producir enojo.

* Mayor compasión. Las personas que rezan por las necesidades de una pareja o un amigo son más propensas a querer perdonar.

* Aumenta la confianza. Aquellos que rezan juntos experimentan sentimientos de unidad y confianza, lo que sugiere que rezar con otros puede ayudar a construir relaciones cercanas.

* Contrarresta los efectos negativos del estrés sobre la salud. Los investigadores descubrieron que las personas que rezaron por otras fueron menos vulnerables a los efectos negativos sobre la salud física asociados con el estrés por motivos económicos. Además, el concentrarse en otros pareció contribuir a aumentar los efectos de "amortiguador contra el estrés" de la oración y mejorar el sentido general de bienestar.

En la misma línea, un estudio publicado en el "American Journal of Epidemiology" en noviembre último puso de manifiesto que los niños y adolescentes que son criados con prácticas religiosas o espirituales tienden a tener mejor salud mental y física a medida que crecen.

Realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, el trabajo halló que quienes asistían a servicios religiosos al menos una vez por semana durante la infancia y adolescencia fueron alrededor de un 18% más propensos a sentir mayor felicidad al cumplir 20 años que aquellos que no asistieron a servicios religiosos. También fueron casi 30% más propensos a realizar tareas voluntarias y 33% menos proclives a consumir drogas a los 20 años.

La investigación comprobó que los beneficios no se limitaban solo a aquellos que iban a misa u otros servicios religiosos sino que también alcanzaba a quienes rezaban o meditaban a diario a solas. Este último grupo mostró mayor satisfacción con la vida, pudo procesar mejor las emociones y fueron más compasivos en comparación con aquellos que nunca rezaban ni meditaban. También fueron menos proclives a mantener relaciones sexuales a temprana edad y a tener una infección de transmisión sexual (ITS).

"Muchos niños son criados religiosamente y nuestro estudio muestra que esto puede afectar fuertemente sus comportamientos de salud, su salud mental y su felicidad y bienestar general", remarcó la autora del trabajo Ying Chen.