Visto y oído: Dudas en España

Hubo un notable contraste entre la recepción que Alberto Fernández tuvo en España de parte de los políticos de izquierda y la que tuvo de parte de los empresarios. En el primer caso hubo una exposición pública de apoyo. En el segundo, sólo hubo un vocero, Fernández, con declaraciones a un diario argentino que lo siguió en la gira. Según el candidato "K" la incertidumbre que tienen los empresarios españoles se limita a Mauricio Macri. A él los hombres de negocios le creerían porque saben quién es (sic). Sin embargo, en privado los empresarios dijeron otra cosa.

Dudas en España II

¿Qué dejaron trascender los españoles? Básicamente preocupación. Fernández estuvo reunido sólo 25 minutos con Ana Botin, del banco Santander. Los españoles temen que con un nuevo gobierno peronista haya problemas con el giro de utilidades que deben ser autorizados por el Banco Central. Fernández habría contestado vaguedades y que las autorizaciones de giro enfrentarían problemas. La impresión que dejó en esos círculos de poder es que todavía no tiene un plan para salir de la crisis y que no está claro el balance de poder con CFK en la interna del futuro gobierno.

Mineros

Hubo críticas a Alberto Fernández por sus declaraciones contra las multinacionales petroleras. Nadie comentó en cambio su buena predisposición para con las mineras, también multinacionales. En una reunión con representantes del sector los alentó a invertir y a no temer por el giro de utilidades a sus casa matrices. Su prédica no cayó en el vacío. El viernes el joint venture Exar anunció que a pesar de la crisis hará una inversión de 160 millones de dólares para la producción de litio. Los fondos van al desarrollo del proyecto Caucharí-Olaroz en la puna jujeña.

Lacunza aplaudido

El miércoles se reunió la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en un hotel de Retiro para recibir al presidente Mauricio Macri. El primer mandatario fue aplaudido dos veces, al comenzar y al terminar su exposición. Pero los hombres de negocios lo interrumpieron con otro aplauso cuando nombró al flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza. Llamativo reconocimiento al funcionario que dispuso el aplazamiento del pago de la deuda de corto plazo emitida por el Central y que sorprendió a poderosos empresarios que hablan de producir, pero estaban enganchados en el "carry trade".