El "tanatoturismo" se afianza en la Argentina

 

"Hace 16 años que comencé con los tours que buscan recorrer destinos vinculados a leyendas urbanas y siempre los micros están llenos. Muchas de ellas están basadas en hechos reales pero se han desvirtuado en distintas versiones sobre lo que sucedió allí", dijo a La Prensa el escritor e historiador Diego Zigiotto que ha recorrido el país ofreciendo visitas guiadas para descubrir las historias de terror ocultas o trágicas detrás de grandes sucesos de la Argentina.

Su admiración por el libro "Misteriosa Buenos Aires" de Manuel Mujica Laínez fue el disparador para buscar datos pocos conocidos u olvidados en distintos puntos del país. Sus experiencias terminaron volcadas en varios libros y en la realización de las excursiones "Buenos Aires Misteriosa" en sus tres versiones sobre la temática alternativa.

"Los destinos tétricos están en distintas partes del país. No surgieron por terremotos, pero sí de la realidad histórica. Se pueden encontrar poblaciones que desde hace más de 2 décadas quedaron aisladas al cerrarse los ramales del ferrocarril y que hoy se encuentran deshabitadas. Parecen pueblos fantasmas donde se encuentra detalles de la vida que dejaron sus habitantes", enfatizó Zigiotto que también destacó que son principalmente argentinos los que eligen sus tours.

Los casos seleccionados hoy parecen alejados y cada tanto nuevos hechos criminales son analizados para sumar al recorrido. Algunos, como el de Angeles Rawson, actualmente han quedado postergados por ser demasiado recientes y generar mucha sensibilidad entre los oyentes.

"El turismo oscuro está configurado como turismo cultural y de patrimonio vinculado principalmente a la memoria. Para muchos es un tema abordado como una ficción debido a que sucedió hace mucho tiempo y parece lejano. El interés del turista responde a la necesidad de vivir experiencias únicas, impactantes, y tal vez extremas", contó a La Prensa la psicóloga Cecilia Mana que analizó el perfil de los motivos por los que las personas eligen este tipo de recorridos "alternativos".

FEMICIDIO
La Ciudad de Buenos Aires resguarda cientos de leyendas urbanas distribuidas en sus calles y edificaciones. Una de las más conocidas es la historia del femicidio más antiguo documentado que se tenga en cuenta en el país.

Felicitas Guerrero parecía tener todo: juventud y dinero para elegir un nuevo esposo luego de enviudar de Martín de Alzaga, un rico hacendado mucho mayor que ella. Luego de sus seis meses de luto, como era costumbre en esa época, Felicitas comenzó a frecuentar algunas reuniones de sociedad, y fue así que conoció, debido a un accidente con su carruaje en una noche de tormenta, a Samuel Pedro Sáenz Valiente, un hombre educado y refinado que había llegado de Europa hacia poco tiempo. Ella quedó fascinada con el joven hacendado e inmediatamente nació el amor, uno tan incontrolable que a los pocos meses los llevó a anunciar su casamiento.

Pero la tragedia se había tejido para entonces cuando Enrique Ocampo, un pretendiente que no había dejaba de cortejarla a pesar de las continuas negativas de Felicitas, supo que el estanciero Sáenz Valiente era su rival y el verdadero amor de la joven. Aquí las historias sobre cómo fueron los hechos no son claras pero una mañana Enrique Ocampo se dirigió a la quinta de los Guerrero y después de una agitada discusión enfermo de celos, le disparó a Felicitas para luego suicidarse. La bala a Felicitas le había perforado el pulmón derecho y luego de 3 días agonía terminó falleciendo el 30 de Enero de 1872. La velaron en su casa natal de la calle México donde actualmente funciona la sociedad Argentina de Escritores.

Los Guerrero mandaron construir en homenaje a su hija una Iglesia situada en la calle de Isabel la Católica 520, en el corazón de Barracas. En el interior del recinto se encuentra una estatua de mármol que representa a Felicitas con su hijo Félix, a la cual se le ha atribuido atraer la desgracia sobre aquellos que se atreven tocarla.

ASESINOS SERIALES
Otra historia que también ha generado mucho interés y controversia es la vida de Cayetano Santos Godino. Más conocido por su apodo El Petiso Orejudo, fue un joven asesino en serie, uno de los mayores sociópatas de la historia argentina, ya que a principios de 1913 fue responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.

Luego de ser descubierto, juzgado y condenado, el Petiso Orejudo terminó sus días en la Cárcel del Fin del Mundo, nombre que denominaba al Penal de Ushuaia en Tierra del Fuego. Allí, cientos de turistas son atraídos para conocer más de este asesino y de su muerte en 1944, como también, sobre la vida de los demás reclusos que la habitaron hasta su cierre en 1947.

También en el tour Buenos Aires Misteriosa se descubre la espeluznante historia de Cayetano Grossi, que sacudió a la sociedad argentina hace más de un siglo. Conocido como "el hombre de la bolsa" por el más horrible de los motivos: asesinó a sus 5 hijos recién nacidos que tuvo como fruto de las violaciones a las cual eran sometidas sus dos hijastras. 
Considerado el primer asesino serial de la historia argentina, pero opacado por la historia del Petiso Orejudo, fue condenado a muerte y se lo ejecutó por fusilamiento el 6 de abril de 1900.

ALTERNATIVOS
También en la Ciudad de Buenos Aires se tocan dos historias reales que generaron repercusión, en su momento, en la opinión pública. María de las Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como Yiya Murano, o la envenenadora de Monserrat fue un caso que repercutió a finales de la década del 70. En México 1177 vivió la celebre "amiga" que envenenó durante un té con galletitas con cianuro a tres mujeres, Nilda, Chicha y Zulema, conocidas de la asesina. El motivo principal que motivó a querer matar fue por un problema de dinero entre ellas.

Otro destino infaltable para conocer más de estas historias oscuras es el cementerio de la Recoleta. Allí se destaca la leyenda urbana entorno a la muerte de Rufina Cambacéres, de tan sólo 19 años de edad. Se dice que encontraron el interior de su ataúd arañado, con el raso roto, algo que la familia ha negado siempre. Aún así, esta historia sigue despertando interés en los turistas.

SACRIFICIO
En la provincia de Córdoba, Villa Epecuen resguarda aún lo que alguna vez fue la historia de un pueblo en crecimiento y con mucha vitalidad. Situado frente al lago homónimo, este destino fue muy elegido por las familias más acomodadas para vacacionar entre los años 20 y 70. Sus aguas altamente mineralizadas eran famosas por su similitud con las propiedades del Mar Muerto. Pero el futuro lleno de prosperidad terminó repentinamente en 1985 cuando una sudestada elevó rápidamente el agua del Lago Epecuen y el muro de contención que protegía a la villa cedió inundando sus terrenos. Sus habitantes debieron ser evacuados, en estado de shock y con mucha tristeza, dejando atrás sus hogares y comercios.

Pese a que posteriormente el agua regresó a su estado original, su fuerza arrolladora dejó a su paso los escombros y los recuerdos de lo que alguna vez fue una pequeña ciudad llena de proyectos. Actualmente dispone de varios circuitos turísticos, con señalécticas que muestran fotos de las estructuras en su época de esplendor, que permiten recorrer lo que quedó de sus estructuras como el Matadero, las ruinas de Villa Epecuen, spa termal y el Museo Regional de Adolfo Alsina.

Otro punto destacado es el Gran Hotel Viena, en Miramar en la provincia de Córdoba. Mucho se ha hablado del esplendor y el ocaso que protagonizó y en la actualidad sobreviven entre sus ruinas misterios, belleza y lujos. Además, sus orígenes se relacionan con la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, y muchos relatos afirman que fue construido con capitales nazis.
Y en Salta, se encuentra la posibilidad de admirar a los niños de Llullaico, tres menores sacrificados durante un rito Inca. Sus momias intactas son exhibidas alternadamente para conservarlas mejor y evitar que el impacto del aire y la luz las dañe.