El caso de Daniel Santoro pone en riesgo la libertad

Se conoció la noticia que el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, ha imputado al periodista Daniel Santoro ante la duda de que sus notas constituyan el delito de acción psicológica con la intención de influir en la opinión pública, hecho que califica penalmente como extorsión. Para esto solicitó la constitución de una Comisión que deberá investigar si las sospechas del juez son atinadas.

Es de tal gravedad la imputación que el periodismo en su totalidad debería alzar su voz ante tamaña atrocidad anticonstitucional, que viola el principio de la libertad de prensa de la a "a" la "z". 

Uno, haciendo un poquito de memoria se pregunta, por qué el juez Ramos Padilla no sospechó lo mismo de los periodistas del programa entonces oficialista ?6,7,8? o de los escritos de Horacio Verbinski que hasta dio por agonizante por un cáncer al juez Claudio Bonadio. No es casualidad adivinar entonces por qué referentes del kirchnerismo hablen de la necesidad de instrumentar una CONADEP del periodismo o de revisar lo actuado por los jueces federales de Comodoro Py solo en los casos de corrupción del anterior gobierno. Cómo podría un periodista escribir un artículo de investigación sin sacar conclusiones, porque de eso se trata. Daniel Santoro está imputado por opinar, por decir lo que sabe y piensa. Atacar al periodismo no estatal, fue uno de los objetivos y obsesiones del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Hoy mismo siembran las dudas como bien lo explicó el periodistas Marcelo Longobardi en su programa de radio Mitre: 

"Esta noción del kirchnerismo respecto de que hay una intencionalidad deliberada en todo el periodismo, incluso en las elecciones porque se conecta con el fraude comunicacional,  se conecta con la noción de que la señora de Kirchner perdió las elecciones, en todo caso Scioli, como consecuencia de que la gente votó confundida al presidente Macri resultado de la acción de los medios de comunicación. Entonces el fraude no solamente es cambiar los votos sino también engañar a la gente a través de la tapa de un diario o un artículo de investigación. Ramos Padilla hace esto con Santoro bajo el argumento de la libertad de expresión".

Están jugando con fuego y lo saben, pero les importa poco. Un hombre de prensa al que no se lo puede comprar es un enemigo a batir, a perseguir, a silenciar. Creen que la libertad de prensa es solo decir lo que les sirva a su relato. Por otro lado son incapaces de dar una conferencia de prensa y responder a fondo todas las preguntas, porque tienen muchas respuestas que no pueden dar porque se incriminarían de manera riesgosa. El tema de la corrupción es un estigma que intentarán evadir sea como sea y haya que tener decenas de jueces como Ramos Padilla que habría entrado, en el terreno de la persecución.

Lo peor de todo es que ayer ni del kirchnerismo, ni del Gobierno, ni del Consejo de la Magistratura, ni de la Corte Suprema, se haya hecho pública una declaración sobre este tema y en defensa de la libertad de prensa en Argentina. Vamos a ver quiénes integran la Comisión que debe evaluar el trabajo de Daniel Santoro, pero no es difícil intuirlo. Algunos analistas ya hablan del peligro de caer en una persecución nazi, con métodos que ya suponíamos desterrados de nuestra vida política, sin embargo no podemos ni debemos bajar la guardia. Los periodistas tenemos derechos que nadie, bajo ningún concepto, puede violar y uno de esos derechos es la reserva absoluta de sus fuentes de información.

Durante la dictadura sabían cómo sacar esa información de los hombres de prensa detenidos ilegalmente. El temor es que ahora hayan sofisticado el sistema y sea el miedo a la Justicia parcial la que apure confesiones auto incriminatorias a cambio de la amenaza de la cárcel.  Así estamos y el silencio será la peor herramienta que podamos darle a quienes no quieren un periodismo independiente ni periodistas que investiguen.

V. CORDERO