Paula Reca y Eliseo Barrionuevo analizan el mensaje y los riesgos que asumen al protagonizar "Una vez en la vida"

Una mirada distinta sobre el amor

La obra musical basada en el filme "Once" retrata la relación en Dublin de dos jóvenes desconocidos y la lucha por cumplir sus sueños. "Me conmueve encarnar a una inmigrante", dice la actriz.

Las catacumbas del teatro Metropolitan parecen un mundo aparte. Paula Reca, actriz premiada con el ACE por "Mamma Mía", observa desde la punta de uno de los pasillos. Está sentada, tomando algo que podría ser té. Elenco, productores y directores van y vienen. Se escuchan ruidos desde lejos. Enseguida aparece Eliseo Barrionuevo e invita a entrar a su camarín. Con mucha informalidad ambos actores, dos talentos del teatro porteño actual, se aprestan a dialogar con La Prensa sobre "Una vez en la vida", la obra musical premiada en Broadway que protagonizan con éxito tres noches a la semana.

Reca participó de comedias musicales como "La novicia rebelde" y logró gran repercusión en televisión con "Casi ángeles". Barrionuevo también fue actor de obras como "Tango feroz", "Franciscus" y "Despertar de primavera". Ambos dan vida a dos personajes que deben lidiar con sus deseos, aspiraciones y obligaciones en Dublin, la capital de Irlanda. Se trata de una historia de amor agridulce que tiene su origen en la bella película "Once", una revelación del cine independiente de 2007.

Cuenta la leyenda que la puesta actual en cierta manera empezó con otra revelación ¿celestial? que tuvo el joven actor en Londres hacia 2014. Barrionuevo se vio interpretando esta obra junto con Reca, siendo que apenas la conocía. "Justo ayer le decía a Pau que no quiero contar más esa anécdota -señala entre risas-. Es porque siento que no puedo transmitir lo impactante que fue para mí eso que pasó. Apenas vi la obra pensé en ella en una meditación. Casi no nos conocíamos y la llamé. Es como si hubiese visto un pedacito del futuro. Pero esto ocurrió varios años antes de que finalmente el sueño se concretara".

-La obra representa muchos desafíos para ambos: actuar, cantar y ejecutar un instrumento.
(Reca) -Muchos, sí. Para mí, dos muy importantes: tocar el piano y hacer un acento checo. Eliseo ya tocaba la guitarra, pero yo de piano, cero. Fue muy difícil y pasé muchos nervios. No saber si iba a llegar...Lo del piano fue lo más difícil, de estrés, que hice en mi vida: tenía ocho semanas para poder aprender.

-Se tendría mucha confianza.
(R) -¡No! Fue mucha inconciencia. De hecho, tuve momentos de gran frustración.
(Barrionuevo) -Para lograrlo tuvo mucho que ver la forma en que encaró todo Julio (Panno) como director. Ensayamos con intensidad antes del estreno y eso fue clave para evitar el pánico por el instrumento. No es solo tocarlo sino que se note que los personajes son músicos.
-Por momentos algunos dudan de que interpreten en vivo.
(B) -El hecho de que duden es buenísimo porque quiere decir que realmente suena muy bien.
(R) -Es en vivo todo el tiempo.

ACTORES QUE CANTAN
-¿Cómo encaran el prejuicio respecto de las comedias musicales? Algunos no las consideran teatro, obras "en serio".

(B) -Hay dos cosas. La primera es que esos prejuicios desaparecen apenas hacés un musical. Cualquiera que viene y prueba hacerlo entiende la complejidad que implica. Por otro lado, no me considero un actor de musical o Pau una actriz de musical. Es una arista más de lo que hacemos. Para mí lo más importante es ser actor o actriz, incluso en el musical. Obviamente, tenés que cantar esa partitura, pero si la persona que tiene que interpretar un papel no lo está pudiendo actuar bien, a mí como espectador ya no me importa cómo cante. Ahí es donde puedo entender el prejuicio de los que no les gustan los musicales: tenés que contar una historia pero yo no te creo nada si no sabés actuarla. Hay una decisión acertada en este musical: buscaron a un actor y a una actriz.
(R) -También creo que si muchos directores ponen más cantantes en un lugar no tanto de actuación, no es culpa del público. Acá Julio Panno eligió actores en lugar de cantantes. Yo soy mucho más actriz que cantante.
(B) -Por eso me parece que esta obra no se puede analizar desde el lugar común de un musical. Por género termina siéndolo, pero es tan distinta que creo que lo acertado fue la búsqueda de una sensibilidad actoral. Ver qué pasa entre ellos dos. Hay musicales en los que vos podés prescindir un poco de lo actoral pero no acá.

-¿Qué es lo que más los conmueve de "Una vez en la vida"?
(R) -En el mundo de hoy me conmueve hacer de una inmigrante. Me pega. Además, me parece increíble que la música la estemos haciendo nosotros, las catorce personas que actuamos. No es que hay una banda en el foso que toca. Es una sensanción rara, muy mágica, tiene mucho riesgo. Es un precipicio mágico.
(B) -Yo voy por esa línea también. El riesgo que tiene la obra es lo que más me mueve. El riesgo de que pueda salir mal algo musical y resolverlo. Por ahí agarro la guitarra y tengo que tocar tres temas y está desafinada. Y es el mismo riesgo a la hora de actuar. Además, lo que se cuenta tiene que suceder. Y el modo en que suceda es aflojando todo, no armando nada. Y que esté acá, presente, esto vincular.

LA EMPATIA
-¿De qué habla la obra para ustedes?
(B) -A mí me pasó, viéndola en Londres, el hecho de sentir que esa historia le está hablando a todo el mundo. Es real porque por más que vos no la hayas vivido, sí viviste muchas de las cosas que les ocurren a los personajes: la sensación de enamorarte de alguien pero sentir que no puede ser, tal vez que te enamorás pero armás una amistad y no sabés qué es, tener un sueño y no animarte a cumplirlo.
(R) -Son dos extraños que se conocen en la calle y una persona cree en la otra sin pedir nada a cambio. La obra tiene una mirada muy distinta del amor. Es un musical diferente y muy especial. Como dice el título, algo que pasa una vez en la vida y estamos felices de contarlo.