Melodías que llegan desde Ucrania

Orquesta de Cámara Kiev Virtuosi. Programa con obras de Henri-Gustave Casadesus, Wolfgang Amadeus Mozart, Felix Mendelssohn-Bartholdy, Alexey Shor y Edvard Grieg. Director: Dmitry Yablonsky. Solista: Hayk Kazazyan (violín). Ciclo Nuova Harmonia, el lunes 3 en el teatro Coliseo.

Una expresión bien representativa de la presencia de músicos ucranianos en la actualidad fue brindada en el teatro Coliseo que dirige Elisabetta Riva y en el marco del ciclo Nuova Harmonia, también a su cargo. Se trata de la agrupación denominada internacionalmente Kiev Virtuosi Orchestra, que se presentó con la dirección de Dmitry Yablonsky, nacido en Moscú, también violonchelista sólido como lo demostró en el concierto de apertura de la función, compuesto originalmente para viola y orquesta en Do menor, del compositor francés Henri-Gustave Casadesus (transcripto para el caso al cello), y actuando en el resto del programa en su función como director.

De ahí en más desfilaron composiciones de Mozart (el Adagio y fuga en Do menor KV.546) y una prolija ejecución de la Sinfonía para cuerdas Nº 10 en Si menor, de Mendelsshon-Bartholdy. Llegados a este punto del programa advertimos en esta orquesta de cuerdas una clara unidad conceptual y dominio instrumental en los veinte instrumentistas de la agrupación, nueve mujeres (presentadas esta vez con vestimenta roja y granate, según las secciones) y once varones, todos de negro, haciendo un contraste cromático en el escenario.

PROGRAMA ECLECTICO
La destreza del director y la incorporación, en la segunda parte, de la obra de un compositor ucraniano, Alexey Shor (nacido en 1970 en Kiev), titulada "Seascapes" ("Paisajes marinos"), dio lugar al lucimiento del violín solista Hayk Kazazyan, eficaz -sin duda- en una obra de intención programática, sobre el tema del título, y sobre la base de un lenguaje académico tradicionalista.

Completando el programa, ecléctico como se advierte por las obras escogidas, se presentó la suite en estilo antiguo "De los tiempos de Holberg", op.40, del compositor noruego Edvard Grieg, el fundador de la escuela escandinava romántica, que constituye en cierto modo una curiosidad para nuestras carteleras actuales, y que alude con su nombre al pionero de la literatura danesa. Su partitura pianística original fue llevada a orquesta de cuerdas, como se la escuchó, con buen nivel de calidad y nobleza expositiva.

En este punto, el director dijo en palabras de un correcto español "vamos ahora a algo más ligero", aludiendo a sus agregados al programa, que fueron una pieza bien veloz en temp“ del norteamericano Leroy Anderson (aquel que dio mucho aporte a la famosa Orquesta Boston Pops que dirigía Arthur Friedler) y luego al velocísimo "Vuelo del moscardón", de Nicolai Rimsky-Korsakov, en su "Zar Saltán". Aquí el director salió del escenario y dejó a sus músicos tocando solos, para convencernos del concepto de Kiev Virtuosi al que alude el título de esta orquesta de cámara. Y lo logró satisfactoriamente.

Calificación: Muy bueno