Operaciones de acción psicológica

Claves de la seguridad

POR ARIEL CORBAT *

Las operaciones de acción psicológica alcanzaron su mayor desarrollo durante la Guerra Fría. El enfrentamiento ideológico entre dos grandes superpotencias que, por el terror al holocausto nuclear, no podían enfrentarse directamente, hizo que el factor psicológico estuviera en el centro del conflicto como nunca antes en la historia. 

Los Estados, a través de sus servicios de Inteligencia, crearon oficinas dedicadas al estudio, planificación y ejecución de campañas de acción psicológica, tanto defensivas como ofensivas. Desde la pacífica investigación en el claustro académico, hasta el violento combate en las periferias de aquel mundo bipolar (Argentina incluida), la idea dominante en esas operaciones era que, más importante que disparar balas a la cabeza de los enemigos era meter en sus mentes ideas equivocadas, temores, confusión, desánimo, todo aquello que hiciera inútiles las armas en sus manos. 

Los testeos que precedían a las acciones psicológicas de la Guerra Fría incluían medir la credulidad de una población, su cohesión social, la velocidad de circulación del rumor por el territorio, el grado de histeria en las reacciones, etc.; para con esas mismas y otras herramientas tanto fortalecer la conciencia y las convicciones propias como debilitar las del oponente. 

La República Argentina, siendo uno de los escenarios sangrientos de la Guerra Fría, fue blanco constante de operaciones de acción psicológica enmarcadas en esa lógica. Una de las últimas y más significativas, en el tramo final de ese período, incluyó la creación en 1987 del diario Página/12. 

En su libro, Memorias de Enrique Gorriarán Merlo De los setenta a La Tablada, (Editorial Planeta -2003- págs. 496 a 498), el bueno de Haroldo, cuenta que el Movimiento Todos por la Patria (MTP) fue el sostén financiero del proyecto que alumbró el entonces joven Jorge Lanata mientras grababa entrevistas sobre los "70 a dos joyitas del ERP: Francisco Pancho Provenzano -luego abatido en La Tablada- y Hugo Biafra Soriani. En ese contexto "comenzaron a imaginar la posibilidad de sacar un periódico de contrainformación, que diera una visión alternativa de las noticias que se publicaban en los medios tradicionales e incorporara otras que estos evitaban tratar"

Como herramienta de acción psicológica Página/12 ha sido un acierto de la inteligencia castrista, a la que reportaba Gorriarán Merlo desde su condición de agente nicaragüense. Desde allí se irradió periódicamente la mentira de los 30.000 desaparecidos, la idealización naif de los terroristas, el mito del Estado Argentino como genocida histórico y el considerar al delincuente una víctima de la sociedad. Doce años de kirchnerismo dan cuenta del éxito de Página/12 como instrumento de acción psicológica; que continúa hoy desde su absoluto alineamiento con la dictadura cubana, la defensa de Maduro y el ataque a la integridad de la Nación Argentina.

Esta descripción de hechos apunta a dejar en claro que el colapso de la URSS puso fin a la Guerra Fría pero desmintió bien pronto aquella presuntuosa idea del fin de la historia lanzada por Francis Fukuyama. Y entre otras consecuencias las acciones psicológicas, lejos de desaparecer, cobraron otro impulso conforme a la nueva realidad geopolítica y la revolución de las comunicaciones.

Entendiendo que el objetivo de la Seguridad es garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional, se comprenderá la importancia de la cultura como campo de batalla donde fortalecer esa misma conciencia y convicciones en la propia población. Y ello requiere un Estado creíble, organizado racionalmente, conforme a su deber ser y aferrado a la verdad. Por lo que la responsabilidad de la dirigencia política es ineludible, fundamental y decisiva.

UN PUEBLO DEBIL

Somos un pueblo débil frente a operaciones ofensivas de acción psicológica, porque sumando décadas de desprecio al sentido común y la verdad hemos perdido identidad, al punto de desconocer o poner en duda nuestra propia historia, como demuestran estos dos ejemplos: 

* En febrero de 2015 la página oficial del Ministerio de Cultura sostuvo que la batalla de Ayohuma tuvo lugar durante las invasiones inglesas... Ese delirio en la manipulación de la historia servía para situar a Doña María Remedios Del Valle combatiendo a los ingleses y, como era negra, justificar en la mentira el uso del Museo Malvinas para la realización de un carnaval afro. Y a muy pocos les importó la verdad.

* Este año, en proximidad del Día del Himno Nacional, desde la página oficial del Ejército Argentino, en medios periodísticos como Infobae, Clarín y en las redes sociales, sin que se pueda discernir una finalidad específica, se repitió una falacia tal que se desmiente a sí misma: que Vicente López escribió la letra del Himno en 1812. Ciertamente el Bardo de la Libertad era un tipo lúcido, pero no un adivino para escribir en 1812 sobre batallas ganadas en 1813. Y a muy pocos les importa la verdad. 

La pasividad con que, intencionadas o no, se aceptan burdas falsificaciones históricas advierte sobre la debilidad de nuestras convicciones comunes, esas que desde el acervo cultural definen la identidad nacional. La vulnerabilidad es grave porque sin historia no hay destino, ni razón de ser en el presente.

Bajo el asedio de la desmemoria, otros pueden reescribir nuestra historia instalando en su lugar el relato que mejor sirva a sus intereses. Lo mismo que cualquier mentira en el presente, lo que dejó bien demostrado el intento de imponer como verdad -y contra toda evidencia- la fantasía morbosa de la desaparición forzada en el caso Maldonado. 

Ese rasgo del factor psicológico argentino también debe ser abordado como un problema de seguridad, porque Argentina sigue siendo un teatro fácil para ejecutar operaciones ofensivas de acción psicológica.

* Periodista. El lector podrá encontrar más artículos del señor Corbat en sus dos blogs: plumaderecha.blogspot.com y unliberalquenohabladeeconomia.blogspot.