¿Por qué es tan importante?

Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1991, su impacto cultural se explica con los alrededor de 13 millones de visitantes anuales la convierten en el edificio histórico más visitado de todo el mundo.

La Catedral de Notre Dame es una de las catedrales de estilo gótico más antiguas de todo el mundo y una de las imágenes icónicas de París. Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1991, su impacto cultural se explica con los alrededor de 13 millones de visitantes anuales la convierten en el edificio histórico más visitado de todo el mundo.

Ubicada en la pequeña isla de la Cité y rodeada por las aguas del río Sena, es un templo de culto católico edificado como homenaje a Nuestra Señora, en referencia a María, madre de Cristo.

El obispo de la ciudad Maurice de Sully decidió en 1160 construir una catedral en el estilo de la época y, respaldado por el rey Luis VII, por los notables y por múltiples corporaciones profesionales, las obras comenzaron tres años después, pero tardaron en finalizar algo más de un siglo, en 1272.

Durante un tiempo fue el edificio cristiano más grande del mundo occidental y símbolo de la riqueza y de la potencia de la capital.

Notre Dame es un templo de planta de cruz latina que presenta un gran cuerpo eclesiástico con cinco naves además de las capillas laterales. La capilla mayor esta rodeada por una girola de doble nave. Su alzado muestra tres pisos: el del primer nivel está formado por arcos formeros apuntados sobre grandes columnas; en el segundo se ubica una tribuna comunicada con la nave central mediante tres vanos envueltos por otro mayor; el tercer nivel consta de un claristorio con ventanales construidos por doble vano apuntado y uno superior de forma circular. La cripta situada en el subsuelo fue descubierta durante las excavaciones de 1965 y se abrió al público en 1980.

Ataques y remodelaciones

El aspecto de la catedral ha sido alterado notablemente a lo largo de sus ocho siglos de historia. A finales del siglo XVII, coincidiendo con el reinado de Luis XIV, resultó afectada especialmente la zona este, donde sepulcros y vidrieras fueron destruidos para ser sustituidos por elementos barrocos, más del gusto en aquella época. También durante la Revolución francesa, acabaron eliminándose más elementos de la catedral, mientras que durante los alborotos muchos de sus tesoros fueron robados y el espacio quedó limitado como un mero almacén para alimentos. Los jacobinos la convirtieron en el Templo de la Razón.

No fue hasta la llegada de la época romántica que el templo es valorado en su justa medida. Así, de las varias reformas a las que se ha visto sometido, la más importante la de mediados del siglo XIX. En dichas remodelaciones se sustituyeron los arbotantes, se insertó el rosetón sur, se reformaron las capillas y se añadieron estatuas.

Desde la parte superior de la catedral ha sido posible disfrutar de una de las más privilegiadas vistas de la ciudad, adonde se llega tras superar los 387 escalones que hay que superar para alcanzar los 69 metros de altura de sus dos torres. La emblemática catedral francesa ha acogido importantes celebraciones, como la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra.

También allí se oficiaron funerales nacionales para personalidades políticas como Charles de Gaulle y los también presidentes Georges Pompidou y François Mitterrand.

Actualmente se estaban realizando obras de restauración, con un costo estimado de 6 millones de euros, que debían prolongarse hasta 2022 y que necesitaron de la instalación de unos enormes andamios que llegaban a 100 metros de altura.