El "establishment" entendió que peor sería otro gobierno de CFK

Siete días de política. Alarmado por encuestas en las que Macri baja, Cristina sube y Lavagna no aparece, el "círculo rojo" admite ahora colaborar con el gobierno. La clave de la elección estará en la inflación.

Hace 10 dáas Mauricio Macri recibió cerca de un centenar de encuestas cualitativas hechas en la provincia de Buenos Aires por Roberto Zapata, especialista que trabaja con Jaime Durán Barba. El resultado, del que se dio cuenta en estas páginas el miércoles 3, era demoledor para el presidente.

Si las elecciones fueran hoy, perdería con Cristina Kirchner. Las zonas más pobres de la provincia parecen irrecuperables. La causa es la persistente inflación que pulverizó los ingresos de los sectores medios y medios bajos que habían sido decisivos en su triunfo en 2015. Cuando se les preguntaba a los encuestados por qué querían volver a 2007, respondían: porque por lo menos con Cristina las cosas no aumentaban cada 15 días. En este escenario Roberto Lavagna no mueve el amperímetro.

La noticia de que el gobierno estaba comenzando a ingresar en el `maelstrom' final circuló rápidamente, pero es poco lo que Macri puede hacer en materia económica, encorsetado por el acuerdo con el FMI. Llamó a los radicales y les asignó el papel de `policías buenos' que piden rebajar los servicios y congelar precios. Les prometió cargos, pero no el de vicepresidente y menos al funambulesco Martín Lousteau. Ordenó también la tropa propia y apagó el rumor mediático opositor sobre la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal.

A Macri podrá condicionarlo el FMI, pero no los radicales, ni los medios. Por eso dio señales claras. Marcos Peña continúa siendo su vocero y Dante Sica casi tuvo que irse por creer erróneamente lo contrario. Una cosa es maquillar las decisiones impopulares que hay que tomar, otra, dar un golpe de timón que a esta altura sería suicida.

El "establishment" también parece haber reaccionado. Le corresponde parte no menor de la inflación, porque a pesar de la fuerte restricción monetaria y el ajuste fiscal siguió remarcando como en épocas de alto déficit y emisión descontrolada. Contribuyó alegremente a la puja distributiva y a sus efectos inflacionarios, pero está  entendiendo que agujerear el fondo del bote en el que está embarcado no es buen negocio.

Así las cerealeras comenzaron a liquidar divisas y llevaron al dólar por debajo de los $44, dándole un respiro al gobierno que también tuvo el ok del FMI, nuevos fondos frescos y mañana comezará ofrecer 60 millones diarios para calmar a los que quieren pasarse a verdes. De consolidarse la tendencia, el dóar, que es el termóetro diario con el que el grueso de los votantes mide sus calamidades económcas, ingresará en una zona de calma. Operóa la baja toda la semana, algo que no ocurrí desde octubre. Todos los que viven del negocio agropecuario ya probaron las recetas K. No quieren repetir la experiencia.

Otro tanto ocurre con los productores y vendedores de alimentos. Prometen ahora sacar el pie del acelerador con un acuerdo del tipo de precios `cuidados'. Se sumarín a la partida Pagani, Péez Companc, Coto y compañía. Sería hasta octubre.

Por su parte, los empresarios de la construcción y de la UIA o están procesados gracias a este gobierno o sólo pueden funcionar con un gobierno populista. No son competitivos ni con el 100% de devaluación. Por eso ven con inquietud como se desdibuja su candidato, Roberto Lavagna, que el miércoles concurrió al bloque de senadores del PJ. Los legisladores querían que confirmara al peronismo como su espacio de pertenencia y de paso, su candidatura. No lo hizo. Dijo que `hay tiempo' para definir candidaturas y que `cada cual hará  lo suyo', es decir, que ‚él no pertenece al PJ ni va a internas.

Al encuentro no fueron ni Carlos Caserio, que responde a Juan Scharietti, ni Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador de Salta. En suma, los peronistas querían ponerlo al tope de la boleta para que arrastrara a sus candidatos a diputados y senadores, pero Lavagna se niega. Ahora también los peronistas parecen haber perdido interés, porque no mejora en las encuestas.

En  Diputados, en tanto, Marcos Peña se peleó con los kirchneristas. Los eligió para polarizar. A poco más de 60 d¡as de la definición de las candidaturas el choque Macri-CFK sigue siendo el escenario más probable. Sólo bajo esas circunstancias Macri podría ser reelecto, pero antes debe controlar la inflación. Con o sin precios cuidados.