De la masonería al cristianismo

Durante su vida, Leopoldo Lugones fue dando un pronunciado giro ideológico desde la extrema izquierda, casi ácrata, hasta una derecha nacionalista muy cerrada, que todavía no se le perdona y es responsable de su actual marginación. Así lo sostiene el doctor Pedro Luis Barcia para quien, más que de un cambio, debe hablarse de una evolución, ya que fue en una dirección determinada y sin nunca volver atrás.

Barcia llama la atención sobre el hecho de que Lugones nunca ocultó sus cambios de postura y por el contrario siempre justificó públicamente su pasaje del socialismo al liberalismo y de ahí al conservadorismo.

El hecho es que, junto a esa evolución política, el escritor experimentó una búsqueda espiritual no menos sorprendente que terminaría llevándolo al cristianismo.

Barcia recuerda en ese sentido que Lugones "fue un hombre con un espíritu religioso muy sostenido. Nunca fue un ateo. Y, asociado a esto, fue un hombre que siempre expresó una condena clara de todo positivismo. Son dos constantes en toda su vida".

"El buscó la verdad, y ensayó primero con el espiritismo, que dejó de lado; luego se metió en la masonería (algo que ahora está documentado), que también abandonó, y coqueteó con las ciencias ocultas", dice el académico.

Esa búsqueda terminaría por llevarlo al cristianismo. Barcia menciona la curiosidad de que "toda su vida Lugones condenó al cristianismo porque era un dogma de obediencia, pero al final se convence culturalmente del valor del cristianismo".

EDAD MEDIA

"Lo que le permitió a él ese acercamiento al cristianismo fue el libro El ideal caballeresco, que es un conjunto de estudios que emprende sobre la literatura de la Edad Media", señala el ex presidente de la Academia Argentina de Letras.

"Es a través de esos estudios, a través del esfuerzo de la Edad Media -pese a lo hoy quiera decirse- por rescatar la tradición clásica, que él descubre toda esta coherencia cultural", afirma.

"No llego a decir que la suya fue una conversión religiosa, porque no podemos decirlo. Pero sí cultural", explica. "Soy muy prudente en esto, igual que el padre Leonardo Castellani", dice Barcia, antes de referirse a su suicidio.

"Castellani lo conoció mucho. El sostiene que Lugones da el último salto hacia el cristianismo, y lo hace culturalmente. Empieza a convertirse por lo cultural. Y posiblemente se encuentra él, dice Castellani, con que el testimonio de los cristianos no condecía con la doctrina. Entonces se siente frustrado. Es tremendo esto que dice", expresa Barcia.

Según esta interpretación, Lugones habría estado "en un momento de sensibilidad del converso, que cuando va entrando en una nueva modalidad está en el aire, porque todavía no sentó los pies en la siguiente, y entonces es un espíritu frágil a cualquier viento, a cualquier alteración. Es allí donde tomó la decisión de matarse en medio de ese tránsito que estaba haciendo".

Sobre el suicidio, el académico recuerda que hay muchas explicaciones. "Unos dicen que era porque había sido descubierto como organizador de un movimiento cívico-militar contra el gobierno; otros, porque el hijo quería denunciarlo si no abandonaba a una jovencita con la que el viejo Lugones había tenido relaciones", dice Barcia, quien recuerda que su esposa, Juana, estaba loca, lo obligaba a cambiar de domicilio hasta seis veces por año y él vivía con la obsesión de esta mujer.

ADB

Condenado por su última etapa y sepultado

La marginación de Leopoldo Lugones, el casi olvido de uno de los mayores escritores argentinos, no es una mera impresión. El doctor Pedro Luis Barcia, compilador de la obra Lugones desconocido, que recoge sus escritos inéditos, lo corrobora en diálogo con La Prensa.

"Fíjese usted que he estado dirigiendo en los últimos diez años tesis (sobre Lugones) de estudiantes de la Sorbona, de la Complutense, de la Universidad Autónoma, y ninguno es argentino", señala.

"Lugones está un poco sepultado en la Argentina, sobre todo condenado por la última etapa de él", atestigua, en relación a sus últimas tomas de posición políticas.

El ex presidente de la Academia Argentina de Letras hace notar que el próximo Congreso de la Lengua, que se desarrollará en la ciudad Córdoba, donde el escritor nació, prevé realizar una mesa apendicular sobre Lugones. "Me decía Abel Posse que tiene ganas de asistir como oyente, a pesar de que lo invitaron a participar, porque es una especie de premio consuelo para Lugones. Cuando lo natural sería que se lo exaltara".

Barcia se lamenta de esta marginación y señala que Lugones es uno de los mayores escritores de nuestro país.

"Lo dice Borges: Es el mayor escritor que nos queda. El lo llamó "señor de todas las palabras y de las pompas de la palabra".

"Borges lo apreciaba como el mayor poeta argentino y el fundador de dos grandes géneros narrativos breves, que son el cuento de ficción científica y el cuento fantástico", prosigue Barcia.

"En su momento, dice Borges, llegó a ser considerado el mayor escritor del idioma, muerto Unamuno y muerto Groussac".

ELIMINADO

"Frente a esta calificación de nuestro Borges, Lugones está condenado. En las universidades argentinas no lo incluyen en los programas, no es objeto de análisis", continúa Barcia.

"Lugones terminó en una posición política de un nacionalismo muy cerrado, de una posición asociable a Mussolini. Todo esto sirvió para que la organización que está detrás de la vida intelectual argentina lo eliminara de los ámbitos universitarios", precisa. "Si hubiera terminado en una plena izquierda, Lugones sería promovido por todo ese sector y sería considerado uno de los grandes escritores argentinos".