Rosenkrantz
Ayer, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, abrió el año jurídico con un discurso que sonó a autocrítica.
El magistrado afirmó que el Poder Judicial atraviesa "una crisis de legitimidad compleja. Toda crisis de legitimidad es en parte una crisis de confianza. Los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial. Hay dudas de que nos comportemos como verdaderos jueces de una democracia republicana. La solución requiere que lo revirtamos".
Y ¿sabe qué doctor Rosenkrantz?, usted tiene razón, para la mayoría de los argentinos de bien que no ejercen la política, nuestra sistema judicial da asco.
Para empezar el supremo tribunal que usted preside da continuas muestras de enfrentamientos internos y ya parecen coincidir con el papa Francisco, fallando por sistema contra el gobierno de Cambiemos para dirimir enfrentamientos entre los miembros de la Corte.
La última perlita es el respaldo que acaban de concederle al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, sobre el que el Gobierno acaba de pedir la apertura del juicio político y que investiga una mamarrachada de causa que estaría armada entre otros por Horacio Verbitsky, un operador de Cristina Fernández.
Ustedes doctor Rosenkrantz, no reaccionaron ante el permiso de salir del país de la ex presidente que tiene nada menos que cinco pedidos confirmados de prisión preventiva y que ante su situación procesal bien puede intentar fugarse.
En claro enfrentamiento con el Gobierno la Corte no solo respaldó a Ramos Padilla, sino que le otorgó un auto y fondos para poder contratar a dos personas para sumar a su equipo de instrucción. Si eso no es una interna que venga Dios y lo desmienta.
Las causas que siguen cajoneadas como la reapertura del expediente del enriquecimiento ilícito del matrimonio Kirchner que el juez Norberto Oyarbide cerró sin siquiera recibir una auditoría.
A usted señor presidente del Tribunal Supremo lo dejaron casi solo en otras votaciones donde su par Ricardo Lorenzetti le ganó la pulseada porque tiene más cintura política.
Pero esta vez para beneficiar a un magistrado cuestionado los cinco miembros de la Corte estuvieron de acuerdo, imagino que después de haber estudiado con detalle el expediente generado por un falso abogado que pretendió inculpar al fiscal Carlos Stornelli, que usted ya sabe es el que acusa a la ex presidente de asociación ilícita en varias causas.
¿Cómo vamos a tenerle confianza a este Poder Judicial que no ha dado una sola muestra de transparencia? ¿Cómo vamos a tener confianza en los jueces federales de Comodoro Py sospechados de casi todo y aun con poder para seguir cajoneando expedientes en favor de unos y otros sin que ustedes, sus jefes naturales, les den el más mínimo llamado de atención?
¿Cómo vamos a creer en el Poder Judicial cuando una diputada y referente de Cambiemos, como Elisa Carrió no solo remarcó que sigue teniendo diferencias irreconciliables con el ministro de Justicia, Germán Garavano sino aseguró que ¿No tengo trato con imbéciles, por lo general me preservo.
Este chico no tiene la más pálida idea de la dimensión de las causas que trata.
No digo que sea malo, pero ser imbécil también es un error. Digo imbécil como lo dice la Real Academia, es decir, "falto de inteligencia".
Y usted quiere que tengamos confianza, en todo caso gánensela.
Lo dijo usted en su discurso doctor Rosenkrantz, "Para recuperar la legitimidad y la confianza debemos demostrar que somos puntillosamente respetuosos de las reglas que el pueblo de la Nación fijó para resolver los conflictos. Existe la sospecha de que respondemos a intereses que no responden al derecho; debemos demostrar que no es el caso, que somos meros instrumentos de la Constitución y de la ley".
Bueno, empiecen a trabajar para eso, demuestren que son libres y que no responden a mezquinos intereses personales ni a presiones políticas. Yo, tengo dudas.
V. CORDERO