Malena Solda: Poder elegir es un lujo

Encarna a padre e hija en el filme "Yo, mi mujer y mi mujer muerta". La artista admite que muchos productores la creen ajena al cine y advierte que por entrar a ese circuito no está dispuesta a aceptar cualquier proyecto.

 


Sólida actriz en teatro y televisión, Malena Solda incursiona nuevamente en el cine, como esas figuras que cuando se la ven en pantalla grande es porque es sabido tienen algo interesante que contar. En su nueva película, "Yo, mi mujer y mi mujer muerta", coproducción con España, interpreta a la hija del personaje de Oscar Martínez, recientemente viudo, quien se va a las playas ibéricas a cumplir el último deseo a su mujer.

En un formato de comedia ácida, al estilo de las de Santiago Segura y Alex de la Iglesia, la película dirigida por Santi Amodeo y coprotagonizada por los españoles Carlos Areces e Ingrid García-Jonsson, revela a una Solda muy sutil y perspicaz. La Prensa habló con ella sobre su agenda marcada por el cine, el Ni una menos y el paso de la juventud a la adultez, al menos en los papeles que le toca encarnar.

-En su nueva película tiene interesantes duelos actorales con Oscar Martínez. ¿Placer o desafío?
-Las dos cosas, e incluyo "orgullo". Porque si bien el director no me conocía ni yo a él, fue Oscar, que ya era parte del proyecto, quien le sugirió mi nombre para el papel de hija. Y eso que nunca habíamos trabajado juntos. Hace muchos años le llevé una obra que le gustó, pero no se dio y él me propuso hacer otra obra pero tampoco pudimos organizarnos. Y siempre quedaron esas ganas de trabajar juntos. Por suerte se cumplió, y por voluntad suya, lo cual me hace doblemente feliz.
-Tiene una gran trayectoria en televisión y teatro, pero no tanto en cine. ¿Siente que le deben un papel importante en la pantalla grande?
-No, no creo que pase por ahí. Sí que el cine es un nicho al cual es difícil acceder. Además, para el público, al igual que para muchos productores, si no estás en las películas más taquilleras es como que no pertenecés. Hice varias películas pero no tan vistas y por eso la gente cree que soy ajena a ese mundo. Es un formato que me encanta, pero que al igual que en otras áreas, elijo bien qué hacer y qué no. Por ser cine no acepto cualquier cosa.

COMEDIA Y DRAMA
-El guión de este filme es muy ecléctico. Un código que se ama a la primera lectura o que se lo repele.
-A mí el guión me encantó por lo complejo. Porque no es un dramón pero tampoco una comedieta. Entonces, en cada escena había que manejar un clima especial, trabajar con mucha sutileza y con la tensión del libro. Lo bueno de trabajar con un director que no me conocía era que no tenía preconceptos míos. No tenía el registro de mis trabajos en televisión, entonces me pedía de cero lo que necesitaba y yo intentaba llegar a lo que él pretendía de la forma más convincente.
-Es la comedia que se genera en el drama.
-Tal cual. La historia trata sobre el duelo que se hace ante un ser muy querido y que no siempre resulta ser el duelo tradicional sino que va de la mano de situaciones absurdas, de conocer nuevas personas, de descubrir facetas de la persona que se fue que se ignoraban por completo. Lejos de la nostalgia, con mucho asombro pero siempre en ese aura de desolación.

CAMBIO DE EPOCA
-Comenzó siendo muy chica, en un contexto donde el machismo imperaba en todos los rubros. ¿Nota un cambio o todavía no?
-Es un cambio muy paulatino, que va a llevar mucho tiempo y que de a poco va poniendo a la mujer en el mismo lugar que el hombre. Tal vez este año se haya logrado modificar muchas cosas con respecto al trato a la mujer, lo que pasa es que este último año no trabajé en nada puntual como para comparar, pero sí haciendo un revisionismo de mi profesión, me transporto a momentos que no deberían haber ocurrido o que hoy no podrían ocurrir bajo ningún concepto. Hoy ya no hay lugar a esos grises y lo celebro. Tampoco hay lugar a los que te citan a otras horas para hablar de trabajo, como le sucede a la mayoría de las actrices.
-¿Vivió momentos muy incómodos por ser joven, inexperta y mujer?
-Seguramente muchos menos que otras colegas, pero sí. Con un director que no voy a dar el nombre, que me citó para hablar "de mi papel". Y como yo lo paré de una, no pasó nada. El cambio tiene que venir de ambas partes, de mujeres y hombres, de padres y profesionales. Saber decir no, saber parar el carro antes que comience a andar. Antes había mucho desamparo, hoy creo que estamos todos más atentos y armados. Yo siempre trabajé con chicos, casos en los que era muy obvio que los padres los utilizaban para que lleven plata a sus casas. Hoy ya no lo noto tanto.
-En la película, hay una escena donde Oscar Martínez hace referencia al camino elegido. ¿Se reprocha algo?
-Estoy contenta con todo lo vivido. Me pongo a pensar en mi recorrido y siento que siempre pude elegir con libertad y eso es un poco el éxito, y también el trabajo que uno va logrando con los años. Mucho esfuerzo en profesionalizarse e incorporar argumentos, para seguir creciendo. En esta profesión, como en todas, poder elegir es un lujo que no cualquiera se puede dar. Y eso también hace que no tenga rencores.