El poder en expectativa de CFK chocó con la realidad en Neuquén

Siete días de política. Encuestadores, políticos y medios apostaron a un voto castigo contra el gobernador que es aliado de Macri. El PJ alternativo resucitó. La ex presidenta optó por instalar a su hija a Cuba

No son los fueros como erróneamente se cree los que mantienen a Cristina Kirchner del mejor lado de las rejas. Julio De Vido los tenía, pero ocupa desde hace un año largo una celda en Ezeiza.

La ex presidenta está libre porque puede volver, al menos en teoría, a la Casa Rosada. Tiene un poder en expectativa alimentado por la fidelidad de un 25% del padrón bonaerense, el ajuste que impone el FMI y la incertidumbre sembrada diariamente por encuestadoras, medios y la mayoría de la clase política que no encuentra lugar ni en el macrismo, ni en el kirchnerismo y ve la oportunidad de cambiar su suerte.

El crudo realismo fiscal al que ha debido someterse el presidente y la animadversión del "establishment" crearon condiciones ideales para la oposición, pero persiste un problema: no aparece aún un candidato para aprovecharlas. Lo último que se le ocurrió al "círculo rojo" es la dupla Lavagna-Tinelli. Así están las cosas a apenas tres meses de la definición de las candidaturas.
Además, como quedó a la vista en las elecciones neuquinas, ni el ajuste, ni la devaluación, ni las tarifas, ni la caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones pueden hacer suficientemente atractiva a la ex presidenta que es la que mejor mide del frente antimacri. A lo que hay que añadir que, ante la falsa expectativa creada por la prensa de que un candidato K podía ganar en Neuquén, parte del voto del candidato oficialista (Quiroga) derivó hacia el gobernador provincial que le sacó una amplia ventaja al kirchnerismo.

El candidato real de Macri era el gobernador Omar Gutiérrez con el que ha tejido una pragmática relación de poder a causa de Vaca Muerta. Quiroga, un ex radical K de nivel municipal, nunca recibió ni un guiño de la Casa Rosada. Que el estratégico yacimiento de "shale" cayese en manos de un kirchnerista hubiera significado la verdadera derrota del gobierno, pero no ocurrió.

La realidad puso punto final a las operaciones con encuestas de boca de urna alentadas hasta el cierre mismo de la votación y volvió a demostrar la distancia que separa a los votantes comunes que van a las urnas cada dos años del "círculo rojo" que vota todos los días por la prensa. Este último anuncia ahora el apocalipsis, pero ha lucrado históricamente con el capitalismo prebendario, causa central de la decadencia y la pobreza.

El que más rápido interpretó la elección patagónica fue el también patagónico Miguel Pichetto, muy enfrentado con Cristina Kirchner. Aprovechó el resultado electoral para insistir con que la ex presidenta no es competitiva como pregonan sus voceros y que el peronismo de Alternativa Federal será el que tercie en la lucha con el oficialismo. Una nueva mala noticia para Sergio Massa que predicaba entre los "alternativos" la conveniencia de unirse a Cristina.

El resultado del domingo significó, sin embargo, un alivio pasajero para el gobierno. A las pocas horas el radicalismo cordobés volvió a demostrar que las viejas burocracias políticas son los adversarios naturales del presidente no importa a qué partido pertenezcan.

El intendente de Córdoba, Ramón Mestre, rompió Cambiemos al no ceder la candidatura a gobernador ante el radical preferido de Macri, el diputado Mario Negri. Mestre le hizo con esto un favor al gobernador peronista Juan Schiaretti, que ahora enfrentará a una oposición dividida.

Algunos radicales creen que Mestre le fue funcional a Schiaretti. Inquinas lugareñas. La realidad es que Mestre le ganaba la interna a Negri (que ahora va por afuera) y que Schiaretti tiene mucha chance de ganarle a la oposición, unida o separada.

Después de este traspié el radicalismo anunció junto a Macri que había acuerdo en el resto de los distritos para candidaturas de consenso. El conflicto cordobés fue entre radicales, no con Macri, que si algo desdeña son la internas de comité.

Paradójicamente después de que los radicales se encarrilaron tuvo que atender reclamos de la tropa propia. En particular de María Eugenia Vidal y de los intendentes bonaerenses que ven con alarma el costo político que pagan por el mal desempeño de la economía. En el principal distrito del país las chances de Cristina Kirchner son mucho mayores, pero el peronismo no tiene un candidato que pueda competir con Vidal a menos que la economía ingrese definitivamente en una crisis sin retorno, algo que sigue sin ocurrir a pesar de las ominosas profecías del círculo rojo.