Los alimentos buenos para el corazón también protegen la función cerebral

Una dieta rica en frutas, verduras, moderada en consumo de nueces, pescado y alcohol y baja en carne y lácteos enteros está asociada con un mejor desempeño cognitivo en la mediana edad, según un estudio publicado en la revista científica "Neurology".

"Nuestros hallazgos indican que mantener buenas prácticas dietarias a lo largo de la adultez temprana puede ayudar a preservar la salud cerebral después de los 50 años", afirmó la autora del estudio, Claire Mc Evoy, doctora de Queen"s University, en Belfast, Irlanda del norte.

La investigación incluyó a 2.600 personas de un promedio de 25 años de edad al comienzo del estudio que fueron seguidas durante 30 años. Se les preguntó sobre su dieta al momento de iniciarse el estudio y otra vez siete y 20 años después. La función cognitiva de los participantes se testeó dos veces, a los 50 y a los 55 años.

Los patrones de alimentación de los participantes se evaluaron para observar cuánto adherían a tres "dietas cardiosaludables": la mediterránea, la de abordajes dietarios para frenar la hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés), y un puntaje de calidad dietaria diseñado como parte del estudio llamado "CARDIA Puntaje de Calidad de la Dieta A Priori" (o APDQS, por sus siglas en inglés).

La dieta mediterránea enfatiza el consumo de granos integrales, vegetales, grasas saludables no saturadas, nueces, legumbres y pescado, y limita el de carne roja, aves y lácteos enteros.

La dieta DASH privilegia la ingesta de granos, vegetales, frutas, lácteos descremados, legumbres y nueces, y limita la carne, pescado, aves, grasas totales, dulces y sodio.

La dieta APDQS hace hincapié en el consumo de frutas, vegetales, legumbres, lácteos descremados, pescado, la ingesta moderada de alcohol, y limita la de alimentos fritos, snacks salados, dulces, lácteos enteros y gaseosas azucaradas.

Los participantes del estudio se dividieron en uno de los tres grupos, según el nivel de adherencia a cada dieta: baja, media o alta adherencia.

Los investigadores hallaron que las personas que seguían la dieta mediterránea y la dieta APDQS, pero no la DASH, tuvieron un declive menor a cinco años en su función cognitiva en la mediana edad.

Las personas con alta adherencia a la dieta mediterránea fueron 46% menos propensas a tener peores habilidades cognitivas que las personas con baja adherencia a la dieta.

De las 868 personas en el grupo de alta adherencia a esta dieta, el 9 % tuvo pobres habilidades cognitivas, en comparación con el 29% de las 798 personas en el grupo de baja adherencia.

En tanto, las personas con alta adherencia a la dieta APDQS fueron 52% menos propensas a tener pobres habilidades cognitivas que las personas con baja adherencia a la dieta. De las 938 personas en el grupo de alta adherencia, 6% tuvo habilidades cognitivas escasas en comparación con el 32 por ciento de las 805 personas en el grupo de baja adherencia.

McEvoy advirtió grandes diferencias en la ingesta de frutas y vegetales entre los grupos de baja y alta adherencia a las dietas. El grupo de baja adherencia a la dieta mediterránea consumió un promedio de 2,3 porciones de fruta por día y 2,8 de vegetales, en comparación con las 4,2 porciones de fruta y 4,4 de vegetales en el grupo de alta adherencia.

El grupo de baja adherencia a la dieta APDQS comió 2,7 porciones de fruta y 4,3 de vegetales, mientras que el grupo de alta adherencia consumió 3,7 porciones de fruta y 4,4 de vegetales.

Según aclaró McEvoy, el estudio no muestra que una dieta cardiosaludable resulta en mejores habilidades cognitivas, sino solamente que existe una asociación entre los dos aspectos.

También afirmó que no queda claro por qué la dieta DASH no mostró un vínculo con mejores habilidades cognitivas. "Una posibilidad es que la dieta DASH no considera la ingesta moderada de alcohol como parte del patrón dietario, mientras que las otras dos dietas sí", sostuvo McEvoy, quien agregó que "es posible que el consumo moderado de alcohol como parte de una dieta saludable sea importante para la salud cerebral en la mediana edad, aunque son necesarios más estudios para confirmar estos hallazgos".

"Si bien no sabemos aún cuál es el patrón alimentario ideal para la salud cerebral, cambiar hacia una dieta cardiosaludable puede ser una manera relativamente fácil y efectiva de reducir el riesgo de desarrollar problemas cognitivos y de memoria a medida que envejecemos", concluyó.