Macri desdeña a Brasil

La decisión de no asistir a la asunción de Bolsonaro es a todas luces una mala jugada de política internacional. Que tampoco viaje la vice presidenta, Gabriela Michetti, es directamente un gesto de falta de visión diplomática para con un vecino poderoso del que dependen buena parte de nuestras exportaciones.

Alojado en Villa La Angostura junto con su familia, Mauricio Macri, descansa tras un año agotador que tuvo como broche de oro la Cumbre del G20 en Buenos Aires. Allí recupera fuerzas, agotado como debe estar, y este parece ser argumento suficiente  para que haya decidido no asistir a la asunción de Jair Bolsonaro como nuevo presidente de Brasil, el principal socio comercial de la Argentina.

Desde sus primeros días de mandato, y antes también, Macri amasó el slogan político de reinsertar a la Argentina en el mundo. Hasta aquí y luego de tres años de gestión, el mundo de Cambiemos parece tener el foco puesto casi exclusivamente en Estados Unidos, Europa y China, olvidándose de que buena parte del  intercambio comercial de nuestro país se realiza a nivel regional, especialmente con Brasil.

La decisión de no asistir a la asunción de Bolsonaro es a todas luces una mala jugada de política internacional. Que tampoco viaje la vice presidenta, Gabriela Michetti, es directamente un gesto de falta de visión diplomática para con un vecino poderoso del que dependen buena parte de nuestras exportaciones.

No deja de ser extraña esta actitud del Gobierno, sobre todo cuando en los tiempos de vacas flacas uno de los principales argumentos del equipo económico ha sido que Brasil no traccionó lo suficiente en materia de ventas. Y, mirando hacia el futuro, también suelen ilusionarse con que el crecimiento de la actividad económica brasileña termine por derramar beneficios de este lado de la frontera.

Así y todo, Mauricio Macri ha decidido no estar el 1 de enero en Brasilia porque tiene vacaciones. Pero debe haber alguna otra razón de peso para semejante yerro. Hay quienes dicen que no irá porque Bolsonaro ha trazado su primera hoja de ruta en viajes internacionales con destinos en Chile y Estados Unidos, sin incluir a la Argentina. Otros comentan que intenta no pegarse a una figura polémica justo en un año electoral. Tal vez haya un poco de cada cosa, pero ya sabemos cómo son las malas lenguas.

Para poner las cosas en contexto y darse una idea cabal de la mirada corta de un gesto semejante, urge recurrir a los números. Según las cifras difundidas por la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), que conduce Marcelo Elizondo, el vínculo comercial se construye de la siguiente manera:

+ Brasil es el principal socio argentino. Por comercio emisivo y receptivo. Y también (aunque en mucho menor medida) porque hay inversiones brasileñas en Argentina y argentinas en Brasil.

+ Brasil además es un actor económico internacional. Es la 9ª mayor economía del mundo por su PBI medido en dólares (es el 5º país más poblado del planeta). Además, está ubicado en el 10º lugar en el mundo por cantidad de millonarios.

+ Brasil es el 26º principal exportador mundial y el 29º principal importador mundial.

+ Exportó en 2017 nada menos que 218 mil millones de dólares (1,2% del total de las exportaciones mundiales, mientras Argentina apenas superó 0.3% de total mundial), habiendo mostrado el año pasado crecimiento en sus exportaciones de 17% (en Argentina las exportaciones crecieron solo 1%).

+ Es el emisor de mayores cantidades de inversión internacional al resto del mundo en nuestra región, con unos 6.200 millones emitidos en 2017, pero con 12.800 millones de dólares emitidos en 2016 y 13.500 millones de dólares emitidos en 2015.

+ Brasil es sede de 33 de las principales 100 multinacionales latinoamericanas (multilatinas).

+ Es también uno de los 10 principales receptores de inversión extranjera directa en todo el mundo.

+ En 2017, último periodo anual, Brasil fue el principal destino de exportaciones para Argentina y las ventas a ese mercado llegaron a 9.316 millones de dólares, superando incluso las exportaciones de 2016.

+ La relevancia comercial de Brasil para Argentina especialmente se refiere a las exportaciones de bienes industriales (a diferencia de lo que ocurre con todos los demás principales mercados para las exportaciones argentinas, en los que los bienes de origen agropecuario son la enorme mayoría).

+ Mientras los principales mercados para los pellets de soja (principal exportación argentina a todo el mundo) son Vietnam, Indonesia y España; y los principales mercados para el maíz en grano son Vietnam, Egipto y Argelia; y para el aceite de soja son India, Egipto y Bangladesh; y para los porotos de soja China y Egipto; o para el pescado son España, China e Italia; ocurre que para las exportaciones industriales y en especial las de automotores es Brasil el mercado de relevancia excluyente.

+ Las exportaciones de bienes industriales a Brasil en 2017 superaron los 6.000 millones de dólares.

Las cifras son elocuentes y la conclusión resulta categórica: despreciar a Brasil es algo así como pegarse un tiro en el pie. Un error de grueso calibre para un gobierno que insiste en que el único camino posible es incrementar las exportaciones.