"En 2019, una economía paralizada"

Cambiemos agravó la vulnerabilidad externa, denuncia el economista Hugo Vasques. El Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires por el peronismo cree que fue un error grave liberar de un plumazo la cuenta corriente. Aplicaron pura ideología y los resultados están a la vista, afirma.

Las preguntas que angustian a los argentinos de estos tiempos están vinculadas a la economía y hay expectativas de que se generen buenas noticias. Salvo en el Gobierno donde ven con cierto optimismo lo que pueda suceder en los primeros meses del año electoral que se avecina, la gran mayoría de los economistas piensa distinto. Avizoran que no habrá buenas noticias para comunicar durante el corto plazo. Al contrario, algunos sostienen que lo peor aún no ha llegado. ¿Será así? ¿Qué va a pasar con el dólar? 

Para responder alguno de esos interrogantes, La Prensa entrevistó al economista Hugo Vasques, quien es egresado de la Universidad de Buenos Aires, profesor de Economía de la Universidad de Flores y Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires por el peronismo. 

- ¿El Gobierno tendrá alguna buena noticia en materia económica para dar en los próximos meses?

- Lo que viene es una caída fuerte que estamos observando en la actividad desde el salto devaluatorio desde abril-mayo, que no paró hasta agosto. Allí la economía comenzó a deteriorarse fuertemente, con algunos indicadores que hasta ese momento venían con valores razonables. La actividad industrial comenzó a caer fuertemente hasta el último dato de setiembre. Ese mes fue la mayor caída de la actividad industrial pero hasta el segundo trimestre del año que viene la caída va a continuar. A ello hay que sumarle baja del consumo generalizada en todos los rubros, con picos muy concretos en algunos rubros con fuerte depresión. 

-¿Cuánto hay de mala praxis del gobierno actual y cuanto de efectos exógenos?

-El mundo cambió, es más proteccionista con el desarme de la política de expansión monetaria en Occidente y esto va a continuar. La Unión Europea empezó a recuperarse después de su peor crisis en 2008 y los Estados Unidos también. Con lo cual hay toda una tendencia a aumentar las tasas. Estas políticas de aumentos de tasas en Estados Unidos afecta a los países emergentes y al mundo en general. Va a haber una reversión de activos a mercados de mayor seguridad. Nuestro país se vio particularmente afectado. 

-¿Por qué nos pegó tan duro?

-La Argentina es en el mundo una experiencia única, como lo fue en el 2001. Y empieza a ser un caso testigo de lo que puede caer una economía emergente por su vulnerabilidad externa. Y la Argentina en el mandato de Cambiemos ha aumentado esta característica en forma dramática. Para analizar la gestión actual, toma un país con déficit fiscal muy alto del orden del 5% del PBI, pero lo cierto que lo incrementa, vía una reducción de ingresos en el Estado e incremento fenomenal de la obra pública. Ello le valió de un resultado positivo en el medio término pero profundizó los desequilibrios. Y hereda una cuenta corriente que venía administrada o pisada por la gestión de Cristina Kirchner. Es decir cuántos dólares se te van por año. El actual gobierna aplicó absoluta ideología y liberó la cuenta corriente generando un desequilibro muy fuerte que fue duplicado en dos años. 

-¿Cuál es la razón técnica del estallido de este año?

-La macroeconomía Argentina explota por los desequilibrios que se generaron en la cuenta corriente, en la balanza de pagos. No por el déficit fiscal. El Gobierno, según mi opinión, tiene un manejo irresponsable porque en el lugar de controlarlo lo profundizó al déficit fiscal. Pero lo cierto que nuestro país se quedó este año sin dólares. El resultado es una explosión macroeconómica: 100 por ciento de devaluación y 70 por ciento de interés del Banco Central para la política monetaria. Eso, para mí, es una economía explotada. Y sucedió porque acumuló desequilibrios en los años 2016 y 2017. Lo que ocasiona este problema es la cuenta corriente, sin dudas. Hubo una falta de administración del comercio exterior. No se estaba en condiciones de liberarlo. 

LA OBSESION ARGENTINA

-¿Qué va a pasar con el dólar? ¿Está bien en estos valores?

-El Gobierno se pasa de rosca con la política de estabilización del tipo de cambio. Es un error. Por supuesto, que nadie deseada que el dólar vuele. 

-¿Hoy está atrasado?

- No. Hoy es competitivo incluso en valores de 35, 36 pesos. Pero lo cierto es que en el mes de octubre, al mes de la política del nuevo presidente del Banco Central, Guido Sandleris, hubo un 13 por ciento de apreciación del peso. La verdad es que el gobierno hizo las cuentas de una fuerte reducción del déficit de cuenta corriente con un dólar a 40 pesos. Si hay algo que rescato de la ley de presupuesto no es el tipo de cambio sino el tender al equilibrio de la cuenta corriente. La Argentina necesita los dólares como agua para sostener su nivel de producción industrial. El nivel de consumo y producción argentino necesita una fuerte cantidad de dólares. 

-¿Cuál sería el efecto del un dólar por debajo de 40 pesos?

-La apreciación con inflación. Si bien el tipo de cambio de hoy es competitivo lo cierto que hay que prever que la inflación te lo desgasta día a día. Con lo cual lo que entiendo es que el Gobierno está desaprovechando la oportunidad de tener un tipo de cambio, real competitivo en línea con la inflación. El costo social y en materia de producción está asumido, por lo que volver a bajar la nominalidad del tipo de cambio no parece ser un buen camino. Se pasaron de rosca en esta baja, la política que se necesita es bajar la tasa de interés y detener la baja del dólar.

-¿Cómo ve el futuro cercano?

- La falta de horizonte de mediano plazo se agudizo fuertemente. Hoy el Gobierno ofrece a los inversores un horizonte de estabilidad macro a 13 meses, hasta que los recursos del Fondo se agoten, esto resulta insostenible para cualquier proyecto de inversión con períodos de maduración de varios años como mínimo. El cortoplacismo de la política económica se ha vuelto insostenible. En 2019 el Gobierno dejará una economía paralizada.