SUPLEMENTO ANIVERSARIO. EN ENCANTO DE LA CLASE MEDIA

El lento proceso que forjó una identidad

Que todos queremos estar mejor es casi una ley natural. Esto, paradójicamente, es posibilidad de algunos, y realidad de unos muy pocos. ¿Darwinismo del más elevado? No. Sentido común, interpelado por la historia y sus vaivenes.

La clase media argentina cristaliza estos procesos. En diálogo con La Prensa, el historiador Ezequiel Adamovsky, autor del libro "Historia de la clase media argentina", echa luz sobre qué compone a esta identidad y qué tipo de lazos necesita crear, de cara a una sociedad justa.

- ¿Existe tal cosa como una definición de clase media?

- Sucede que aquello no es tanto una ?clase? sino una identidad, que no necesariamente abarca a todos quienes no son ?ni muy ricos ni muy pobres".

- ¿Y cómo nace esa identidad en la Argentina?

- Fue un proceso lento, luego de 1920. La sociedad se percibía de un modo binario: había una clase alta, por un lado; y el pueblo, por otro.

- ¿Cómo se llega, entonces, a esa percepción de ?sectores medios??

- Tuvo que ver, inicialmente, con operaciones culturales de parte de políticos e intelectuales más bien de derecha. Y, en el marco de grandes disturbios obreros, como la Semana Trágica, los que hoy llamamos sectores medios indujeron un orgullo de clase, como cuña entre trabajadores manuales y empleados.

- ¿Qué cohesiona hoy a estos sectores medios?

- No tienen un interés económico común inmediato que los traccione. Sí hay rasgos culturales, valores y narrativas que, a veces, tienen la capacidad de persuadir hacia la unidad. Pero no siempre es el caso.

- ¿Querer prosperar no puede leerse como una aspiración común?

- No es lo mismo un empleado farmacéutico que el dueño de esa farmacia; o un pequeño empresario que un profesional universitario. Todos quieren prosperar, cada cual con sus intereses económicos particulares.

- ¿Podría la identificación política actuar como aglutinadora?

- La identidad de sectores medios a veces, sólo a veces, ha generado conductas políticas más o menos unificadas. En la Argentina lo característico es que han existido movimientos políticos de gran raigambre popular, de los cuales han participado amplias secciones de los sectores medios.

- ¿El peronismo, por ejemplo?

- Sí. Pero pienso también en el yrigoyenismo. Y, luego, las organizaciones revolucionarias de los "70, o las luchas contra el neoliberalismo en los "90.

- ¿Queda corto decir que, desde la simbología, la UCR fue a los sectores medios lo que el PJ a los sectores bajos?

- En algún momento hubo una superposición casi perfecta entre identidades políticas y diferencias de clase. En 1955, cuando cae el peronismo, éste efectivamente representaba de modo abrumador a las clases populares y la UCR concentraba la lealtad de todo lo demás.

- ¿Y qué ocurre con el peronismo hoy?

- Es evidente que logró el voto de sectores medios. Al tiempo que ya no es la única fuerza con raigambre en clases populares, que están votando distinto.

"A LA EUROPEA"

- ¿Es acertado relacionar a nuestra clase media con el progreso nacional?

- Hay una narrativa que sostiene que eso que llamamos "progreso" ha venido de la mano de la clase media y que, a su vez, la clase media es descendiente de la inmigración europea.

- Como mínimo, una visión sesgada...

- Son contenidos semi ocultos de superioridad racial. Se proyecta sobre el bajo pueblo algún déficit étnico por ser mestizado, o por no ser "suficientemente europeo".

- ¿Es posible ser objetivo al hablar de percepción de clase?

- Si uno ve las encuestas de autopercepción, hoy marcan que arriba del 60% de los argentinos piensan de sí mismos que pertenecen a la clase media.

-¿Y qué dice la realidad?

- Que hay un montón de personas que tienen trabajos manuales y cobran sueldos muy bajos y, sin embargo, imaginan de sí mismas que son clase media.

- Es que a la vuelta de la clase media queda la pobreza...

- Sí. Y nadie quiere imaginarse pobre, no importa cuán bajo sea su salario.

- ¿Fue, quizás, más próspera la clase media de otros tiempos?

- Lo pongo en términos económicos. En comparación con lo que fue este país en los "50, "60 o "70, todo aquel que no es rico vive momentos más difíciles.

- ¿Qué cambios identifica como los más trascendentales?

- Antes había un imaginario sobre la movilidad ascendente y el progreso personal. Se proyectaba que los hijos de uno iban a estar mejor. Desde los "90 esto se quiebra.

- ¿Qué rol cumplía la educación?

- Desde un inicio, la Argentina -junto con Uruguay- fue uno de los países de la región con más políticas públicas de educación masiva. El saber obtuvo un lugar primordial en la vida social, convirtiéndose en canal de encuentro entre distintos sectores. Es algo que se debilitó en las últimas décadas.

- ¿Impactó esto en la noción de éxito?

- Se dan contrastes intergeneracionales. La gente de sectores medios de mayor edad, al asociar el concepto de clase media, tiende a darle mayor valor a la educación que al dinero. Entre los más jóvenes, se revierte esa tendencia.

- ¿Acompañó el Estado todos estos vaivenes sociales?

- En todas las épocas -más allá de la actual, cuando es más visible- creo que el Estado, esencialmente, se organiza para beneficiar a las clases altas. Luego tiene políticas de contención dirigidas hacia los otros sectores.

- ¿Y qué rol asumen los sectores medios en momentos de crisis?

- La historia habla de protagonismos políticos interesantes en cuanto a la solidaridad con los sectores bajos. El año 2001 no se entiende sin esos lazos.

- ¿Qué conspira contra estos mecanismos solidarios?

- Las visiones de país que imaginan salarios reducidos, menos derechos y concentración mayor de la riqueza hacia arriba. Todo lo que apunte a quebrar la solidaridad entre sectores medios y bajos atenta, en definitiva, contra los intereses de la mayoría.