Penoso recital de Los Violadores en el Gran Rex.

Un final con papelón para el regreso de la banda más punk

Recital de Los Violadores. Músicos: Pil, Stuka, Robert "Polako" Zelazek, Sergio Gramática. Invitados: Oriana Favaro (soprano), Ignacio Bullrich, Pablo Raffo, Pedro Carabajal, Catriel Galván, Carlos Forbes, Andres Mariuzzo, Fernando Bonanno, Fernando Carlini, Matías Tolosa Chaneto. El sábado 6, en el teatro Gran Rex.

Iba a ser una gran noche. El escenario elegido era distinto a todos los lugares en los que anteriormente habían tocado. El Gran Rex, ese teatro donde Sandro rompió récords, fue testigo mudo de una noche inédita, diferente y que terminó en una vergüenza.

Pil, Stuka, el Polako y Gramática, aquellos cuatro pioneros del punk en la Argentina, que se volvieron a reunir dos años después de su última presentación para conmemorar "Mercado indio", su disco más importante, terminaron peleándose en vivo sobre el escenario ante un público que no podía creer lo que estaba pasando.
La propuesta daba para imaginar algo diferente: Los Violadores iban a estar acompañados por Oriana Favaro, soprano del Colón, y por un cuarteto de cuerdas. La noche arrancó con "Nada ni nadie..", con Favaro y el cuarteto, a los que luego se les unieron Los Violadores. La noche ya resultaba alentadora. La frase de Stuka "se puede hacer quilombo pero sin romper" (a diferencia de su "rompan todo" del Luna) presagiaba una noche tranquila y a pura música.

Pil, por su parte, recordó los comienzos y luego de ponderar el escenario señaló que jamás "pensamos que unos piojosos íbamos a tocar acá". Le siguieron luego "Bombas a Londres" y "Más allá del bien y del mal", secundados por un público, que si bien nunca estuvo sentado ni tampoco respetó las ubicaciones, sí fue respetuoso con las instalaciones.

EL DESMADRE
Todo transcurría normalmente, Pil criticaba al Gobierno (como cuando señaló, por el caos de tránsito que había en la zona, que "los Juegos Olímpicos se inauguran en un estadio, no en la calle, basta de espejitos de colores financistas, mierdas") y las canciones como "Comunicado 166", "Dame una oportunidad" y "Juega a ganar" se sucedían una tras otra al más puro estilo Violadores.
Hasta que pasó algo que nadie entendió y que quebró la noche y el show. Pil habló de un buchón y traidor, lo que fue respondido inmediatamente por Stuka señalando que él nunca lo había buchoneado. A partir de ahí se perdió todo, se pisaban uno al otro: cuando uno hablaba el otro lo callaba y cuando Pil lo hacía, Stuka tocaba la guitarra.
La noche se iba tornando caldeada: Pil hablaba de que era la última vez que se juntaban y su voz había cambiado 180 grados. Cantaba con desgano y bronca, arrojando cosas sobre el escenario, tanto que en "Mercado indio" miró fijamente a Stuka al hablar de "traición".

INIMAGINADO
El momento límite fue cuando Pil indicó que las canciones siguientes eran "Viejos patéticos" y "Auswitch", y empezó a sonar "Represión". Una vez terminada se retiró del escenario para nunca más volver, al igual que Gramática y el Polako. Volvió Stuka, quien llamó a sus compañeros pero no recibió respuesta alguna. Tocó de forma inentendible "Viejos patéticos", para luego retirarse y no volver más, dejando a los seguidores boquiabiertos y sin entender nada.
Lo que había sido imaginado por todos como una gran noche terminó siendo un fiel reflejo de lo que siempre fueron Los Violadores y el motivo por el cual se separaron, una lucha de egos. Desgraciadamente, el que pagó las consecuencias fue el público, que no se merecía lo que ocurrió desde la mitad del show hasta el final. Desafortunadamente, después de lo del sábado será difícil que se vuelvan a juntar. Fue, al decir de un seguidor de la primera hora, ""el final más punk para la banda más punk"".

Calificación: Regular