Psicología del dolor de espalda

Un especialista explica cómo influyen las emociones sobre la salud de nuestra columna. Detalla qué se puede hacer para prevenir las consecuencias de las tensiones cotidianas.

Nuestro cuerpo no escapa a las situaciones en que nos encontramos inmersos y así es que recibe constantemente las influencias de todo lo que nos rodea. "La columna vertebral es el pilar fundamental de nuestra existencia, no por su estructura, sino por lo que la misma recubre, cuida, que es nuestro sistema nervioso", advierte el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths, miembro de la Asociación Quiropráctica Argentina (AQA).

En ese sentido, el especialista señala que el concepto de "columna" refiere al soporte vertical que permite sostener el peso de una estructura. Vertebral, por otra parte, es lo perteneciente o relativo a las vértebras (los huesos cortos y articulados entre sí que forman el espinazo de los animales vertebrados). "Es el verdadero eje del cuerpo humano, que permite sostener el peso de una estructura", subraya.

Según remarca Barroso Griffiths, la espalda representa el apoyo en la vida, "es el sostén del cuerpo, el pilar de la estructura ósea y muscular; simboliza sobre todo lo que "soportamos" de los dilemas de la vida".

En esa línea, el quiropráctico hace hincapié en que existe una importante relación entre la espalda y diversas enfermedades. De hecho, menciona que se cree que el 90% de los padecimientos tienen alguna conexión con la columna vertebral: "ya sea porque pequeños desplazamientos de las vértebras oprimen los nervios que alimentan a nuestros órganos y a distintas partes del cuerpo, dañándolos indirectamente, o porque un problema en el cuerpo ocasione una tensión que termine por dañar al sistema nervioso y, en consecuencia, la columna vertebral".

TENSIONES ACUMULADAS

Por lo tanto, las emociones se guardan, enfatiza. "Acumulamos tensiones en diferentes zonas del cuerpo, especialmente en el hígado, estómago, riñones, hombros y espalda. Esta tensión deforma los órganos y el propio cuerpo, afectando de esta manera la columna vertebral en forma de tensión y músculos agarrotados", sostiene para luego añadir: "El dolor es en realidad el resumen final de una calidad de vida con deterioro. Uno no llega a padecerlo fortuitamente, sino por el acumulo de situaciones".

El experto comenta que con frecuencia observa cómo estos estados emocionales pueden repercutir en el resto del cuerpo y "sin duda alguna que a nivel de la espalda le generaran un trabajo mecánico importante, condicionando la respiración, por ejemplo al tornar nuestro tórax rígido e impedir que volúmenes de aire necesarios para nuestra vitalidad se respiren en cantidad suficiente". 

Asimismo, apunta que las situaciones de estrés van minando nuestra capacidad de funcionar correctamente y, al perder funciones, es posible advertir cómo esta pérdida se traduce en impotencias musculares, orgánicas y hasta mentales.

REFLEJO DEL ESTADO DE ANIMO

"Nuestra musculatura superior envuelve nuestros hombros y cuello, refleja nuestro estado emocional: si estamos contentos, nuestro cuello se presenta erguido, nuestro rostro distendido, relajado, sin tensiones. Pero, por el contrario, las personas tristes traducen su estado de ánimo en una mirada baja, cansina, un cuello proyectado hacia adelante, todo le pesa...", describe Barroso Griffiths.

El quiropráctico señala que además nos sentiremos cansados, cuando en realidad no hemos hecho un esfuerzo físico, sino que hemos estado funcionando mal a nivel respiratorio producto de un tórax deprimido en sus movimientos.

"Nuestras funciones orgánicas se verán indefectiblemente afectadas en una musculatura rígida. Difícilmente la circulación de sangre será eficiente: así nos dolerá la cabeza, tendremos pesadez de vista, las tensiones repercutirán sobre nuestro sistema digestivo", detalla el especialista, quien enfatiza: "Pruebe comer con bronca. Tendremos dolores, mala digestión y acidez estomacal".

Las emociones y sentimientos ocultos, reprimidos, terminan en enfermedades como la gastritis, úlcera, pero también en dolor lumbar y de la columna, insiste. "Si en toda actitud externa se esconde una actitud interna, todo problema emocional tendrá su síntoma físico: una columna alineada es clave para conservar la salud", subraya. 

Por ello, el miembro de la AQA sostiene que cuando se quiere tener éxito, desde el punto de vista terapéutico, es necesario entender el contexto en el cual está inmersa la persona. "Una profesión o terapia por sí sola carecerá de efectividad si no se observa y se atiende al ser humano en la globalidad, entendiendo a la persona no como una entidad enferma sino como el producto de los avatares diarios a los que está expuesta. Si así lo podemos ver, nuestro éxito radicará en lograr cambiar nuestro estilo de vida", argumenta.

IMPACTO POR ZONA

Asimismo, el quiropráctico detalla el vínculo entre las distintas zonas de la espalda y diversas afecciones o malestares. "En la zona lumbar impactan especialmente problemas como la depresión y el miedo. Además, es posible detectar problemas en los órganos reproductores y en la vejiga. El tratamiento quiropráctico en la zona lumbar puede ayudar contra el estreñimiento, el dolor de espalda, la irregularidad en la menstruación y las hemorroides. De esta zona también pueden provenir dolores de cabeza, hombros y debilidad ocular, debido a una falta de adecuada irrigación sanguínea", precisa.

"Las vértebras torácicas son relativamente pequeñas y fijas, aunque tienen cierto grado de flexión. Su principal función es servir de conexión para la caja torácica. Sus terminales nerviosas alimentan los principales órganos del cuerpo y están relacionadas con problemas de corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas y estómago", prosigue. 

En tanto, explica que la región torácica es donde más se perciben los efectos de daños en los órganos. "Es posible distinguir problemas como asma, baja presión, úlceras estomacales, problemas cardiacos y diabetes", asegura.

 Como contrapartida, menciona que a nivel emocional la zona de las cervicales representa la flexibilidad, por lo que "un dolor en la zona del cuello indica la negación, la inflexibilidad, la terquedad".

"Un dolor en la zona alta de la espalda puede asociarse a la falta de apoyo emocional, la sensación de no ser amado", indica y luego añade: "Un dolor en la zona media de la espalda habla de culpas, sensación de carga. Suelen ser personas que se responsabilizan en exceso por la vida de los demás".

PREVENCION 

En cuanto a cómo prevenir que las emociones repercutan negativamente sobre nuestra columna, Barroso Griffiths recomienda chequeos regulares con el quiropráctico, "una profesión sanitaria que se ocupa de las alteraciones biomecánicas de la columna vertebral y su repercusión en el sistema nervioso y en la salud".

"Se enfoca en mantener o restablecer el funcionamiento integral del cuerpo humano, del análisis, detección y corrección de las subluxaciones vertebrales", sintetiza el especialista, quien aclara que "la quiropraxia no busca sustituir la atención de la medicina sino que, por el contrario, el propósito es hallar una manera de eliminar una de las principales formas de interferencia al esfuerzo innato del cuerpo para estar bien".