¿Estamos preparados para una década de estricta austeridad?

El próximo gobierno deberá encarar reformas estructurales y para ello se necesita un pacto político. Hoy, el apoyo internacional es tres veces mayor al otorgado a De la Rúa en su momento. Por Ricardo López Murphy *

 

Por Ricardo López Murphy *

Para salir de la actual crisis necesitamos 10 años de una estricta disciplina fiscal y un gran acuerdo político. 
Pasando en limpio la situación, nos queda una deuda de entre 45 y 50 puntos del Producto Bruto Interno y spread en el mejor de los casos de 400 puntos. También vamos a tener que tener superávit primario de entre 2 y 2,5 puntos del PBI por muchos años. 
Finalmente, vamos a tener que colocar deuda para repagar la emergencia, así que vamos a tener que tener prestigio en el mercado para renovar deuda, que hoy no tenemos. Plata para déficit fiscal no hay más. 
La pregunta del millón es la siguiente: ¿Está nuestra clase política preparada para gobernar en estas condiciones, sea la coalición gobernante o la oposición? ¿Estamos preparados como sociedad para enfrentar esto?
Se vienen 10 años de mucha austeridad. Lo que hay que hacer en materia de reformas no se puede hacer con una minoría, el próximo gobierno debe ser mayoritario. Porque deberá encarar las reformas estructurales, y las reformas sin mayoría, no se pueden hacer. 
El programa alcanzado con el FMI requiere una reducción de subsidios marcada, donde la combinación del rezago anterior de ajustes y de movimiento de tipo de cambio lucen como muy desafiantes. El cese de transferencias a las provincias es técnicamente correcto, pero no parece haber la densidad de apoyo político necesario, al menos por ahora. 

DEPENDENCIA
El programa acordado con el Fondo Monetario parece ignorar la dependencia que tiene el ajuste de la alta tasa de inflación. Un sendero a la baja compromete seriamente la viabilidad financiera. 
La colocación necesaria de deuda del año que viene luce dificultosa hacia el comienzo del segundo semestre de 2019. En realidad, habría que haber reservado o rescatado deuda que venza en ese período. 
El objetivo de seguir bajando las Lebac, que ya están por debajo del nivel de noviembre de 2015, no parece centrar en el diseño de la política económica. La utilización de encaje no remunerado conspira contra la monetización necesaria para poder financiar domésticamente el equilibrio. 
No obstante, el nivel de deuda puede ser imprudente pero no es imposible, no va a quebrar la economía con este nivel de deuda, y el apoyo internacional es tres veces al otorgado al presidente De la Rúa en su momento, lo que debería ayudar en el proceso. 
Si se aumentara el ritmo de inversión y ahorro interno que permita igualar la tasa básica, ello también permite reducir el esfuerzo fiscal a futuro. 
El error principal del Gobierno fue tomar deuda en un nivel insoportable. Cambiemos suponía que nos iban a financiar el déficit fiscal por años. Eso no era viable. Tomar deuda de corto plazo fue otro grave error.

* Ex ministro de Economía de la Nación