Nuestro círculo del infierno

Es imprescindible para las economías regionales no sólo un tipo de cambio alto, sino un tipo de cambio estable, que permita la planificación de las unidades productivas.

¿Qué significa atrasado o competitivo? ¿Por qué los gobiernos manipulan el tipo de cambio? ¿Qué significa tipo de cambio?

Tipo de cambio es el precio de la divisa: dólar, euro, libra esterlina o yuan. Una divisa es una cosa más que se compra y se vende con moneda de curso legal, al igual que una bolsa de harina o o un ramo de fresias. El tipo de cambio es un precio, como lo es el del KWh o el salario mínimo vital y móvil.Los precios se relacionan entre sí. Se denomina precios relativos.

¿Cuántos litros de nafta súper cuesta una bolsa de harina 000 de 50 kg? ¿Cuántas garrafas de gas de 10 kg equivalen a un sueldo de vendedor categoría B del convenio colectivo de comercio? Esos son precios relativos de la economía. Con un dólar de $ 40 una caja de puré de tomates sale 0,60 dólares, con uno de $ 25, sale u$s 0,96. Es la diferencia entre exportar y no hacerlo.

Si el Estado no interfiriera en la compra venta de dólares como sí lo hace, el tipo de cambio bajaría o subiría como los otros precios. Como no es así, hemos vivido un aumento en pesos de los precios (salarios, electricidad, automóviles, peluquería) mientras el tipo de cambio -artificialmente- se mantenía fijo.

COMPETITIVO

¿Por qué le dicen competitivo? Porque permite que los productos que son exportables: maquinaria agrícola, vinos finos, algunos automotores, peras y manzanas, té, tengan un precio más bajo en dólares y por lo tanto se puedan exportar. 

El tipo de cambio alto favorece las exportaciones. Estimula al país, a su población y a sus empresarios a exportar. Genera riqueza, ya que mayores exportaciones significa mayor actividad económica y por lo tanto mayor empleo. Si es tan beneficioso ¿por qué los gobiernos se empeñan en contener el precio del dólar?

Los políticos sostienen que el precio de los alimentos está atado al dólar -no es cierto-. Consideran que si, artificiosamente, pueden sostener un precio en pesos del dólar que no represente la inflación, pueden a su vez, mantener artificiosamente bajos en pesos el precio de los alimentos. Y así evitar la renegociación salarial paritaria.

Los gobiernos necesitan controlar el valor de la divisa porque emiten sin cesar. Aumentan la cantidad de pesos disponibles y todos los precios aumentan. 

Como ya he explicado en otro artículo la mitad del precio de los alimentos está constituida por impuestos. Por lo que una medida para contrarrestar el aumento del tipo de cambio y al mismo tiempo mantener bajo el precio de los alimentos es eliminar todo impuesto a los alimentos, y todo impuesto a los combustibles, ya que los fletes son el gran componente de su costo, más aún que la materia prima.

ATRASADO

El país tiene déficit de balanza de pagos porque tiene el tipo de cambio atrasado. Los políticos aman el tipo de cambio bajo ya que favorece a la población de las grandes urbes, básicamente capital y gran Buenos Aires, La Plata, Rosario y todos sus suburbios, aún cuando saben que destroza a todas las economías regionales.

El tipo de cambio bajo constituye una transferencia de ingresos brutal desde Catamarca, Formosa, La Pampa, el interior de la provincia de Buenos Aires, a los habitantes de estas urbes. 

En realidad, el atraso cambiario genera un aumento del poder adquisitivo de las poblaciones urbanas, desde un desempleado de Florencia Varela con garrafa social, o una profesora de geografía de Ramos Mejía que viaja a Europa, mientras los bodegueros mendocinos deben exportar a pérdida para no perder los mercados. El tipo de cambio bajo es pobreza en todas las provincias.

¿Entonces por qué los políticos se empeñan en sostenerlo? Porque La Matanza tiene mayor peso electoral que Las Flores o Goya. Si la exportación de té o arroz o pacú da pérdida, o la cosecha de girasol apenas alcanza para pagar el impuesto inmobiliario, a los millones que votan en capital y gran Buenos Aires no los afecta en el corto plazo. 

Sí afecta a todo el país en el largo plazo porque destruye riqueza. Toda la gente que vive en las grandes ciudades de empleo público o de pensiones no genera riqueza: la recibe de quienes producen (las madereras de Misiones, los exportadores de maní cordobeses). Puede generar una ilusión de riqueza temporaria, pero esa misma transferencia es la que le quita rentabilidad a los negocios provinciales.

La quita de rentabilidad se traduce: a) en ausencia de reinversión -no hay ganancias para reinvertir, y por lo tanto el negocio no crece o peor aún, decrece-, b) eventualmente el cierre con su correlato de pobreza.

Finalmente, la gente deja las provincias para trasladarse a la capital a probar suerte. Nuestro círculo del infierno.

¿INVIABLES?

Existen políticos y economistas que sostienen que hay provincias inviables, refiriéndose, a las provincias del norte. Es una categorización insultante. Primero, porque esas provincias crearon la Nación que existe por su voluntad y su decisión.

Segundo porque si no son autosustentables es pura y exclusivamente por las medidas que se toman en la capital que las asfixian: i) carga tributaria, ii) destrucción de ferrocarriles y flota fluvial, iii) corredores viales prohibitivos, iv) enorme carga impositiva sobre los combustibles, v) trámites en la Aduana y SENASA que hacen imposible cualquier exportación, vi) la inestabilidad del tipo de cambio que hace imposible ganar y mantener mercados o planear inversiones a largo plazo.

El país necesita imperiosamente exportar. Y no para cubrir un faltante circunstancial sino porque el país crecerá sólo si tiene una maquinaria sólida y pujante de exportación. Exportar significa pleno empleo, salarios altos, riqueza y bienestar general.

Para ello es imprescindible no sólo un tipo de cambio alto, sino un tipo de cambio estable, que permita la planificación de las unidades productivas. No tres años de tipo de cambio alto y luego atraso cambiario. Tipo de cambio alto por las próximas décadas.

El tipo de cambio alto será beneficioso para todas las economías regionales que podrán producir y generar empleo y riqueza en el lugar de origen, lo cual debe complementarse con la caída del costo de los fletes a puerto y la eliminación de trámites de exportación.

EL QUID

¿Entonces por qué los políticos aprueban presupuestos que implican un tipo de cambio atrasado? ¿Por qué los senadores del interior no piden la remoción de todo presidente del BCRA que promueve el atraso cambiario? 

Entiendo que los políticos de la capital deseen un tipo de cambio bajo, pero no lo puedo entender de un senador de La Rioja o Chaco. 

Me permito sugerir a los señores diputados y senadores de las provincias que exijan a los burócratas, la mayor parte de ellos porteños, las siguientes medidas: en lo inmediato, un tipo de cambio alto, eliminación de todo tipo de impuesto a los alimentos, forrajes y combustibles, así como la eliminación de trabas del SENASA, AFIP y Aduana; en el mediano plazo, la recuperación de los FFCC y del transporte fluvial, para abaratar los fletes. Eso provocará un surgimiento de las economías provinciales que ningún subsidio, exención impositiva o crédito blando logrará.