Los cuadernos y la deconstrucción ­del "capitalismo de amigos"­

Mientras la media sanción en Diputados funcionó como un despertador para los cuadros de las iglesias (en primer lugar, la católica) que decidieron empeñarse a fondo para frenar la legalización del aborto, ­el Gobierno sigue buscando su lugar en el mundo y el escándalo de la corrupción K siembra dudas sobre la economía.

En la madrugada del jueves 9 de agosto, el Senado rechazó el proyecto que abría la puerta al "aborto legal, libre, seguro y gratuito", que llegaba con la media sanción de la Cámara de Diputados. Horas antes de que la votación de la Cámara Alta quedara consumada, ya se sabía que el No prevalecería, más allá de que los sectores favorables a la aprobación se mantuvieran movilizados y hasta convocaran en su ayuda a estrellas de Hollywood como Susan Sarandon, Felicity Huffman o Anjelica Huston.­

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HOLLYWOOD DIJO SI, EL SENADO DIJO NO­

Tres meses atrás, en esta columna se anticipaba que, pese a "la presión que supone la victoria obtenida por el frente legalizador del aborto en la Cámara Baja y la repercusión de los medios de alcance nacional que suelen reflejar amplificadamente la atmósfera dominante en Buenos Aires, donde mayoritariamente están asentados (...), es razonable suponer que el Senado, constituido con una lógica federal expresará con más volumen la negativa".­

En términos de votos en la Cámara, el No se impuso por 38 votos contra 31. Compensaron el poder de fuego mediático del sector pro-aborto-libre con la movilización (católicos y evangélicos se lanzaron a la militancia, llenaron calles y plazas tanto en provincias como en la ciudad de Buenos Aires y demostraron que grandes contingentes juveniles se encolumnan tras el pañuelo celeste).­

La media sanción en Diputados funcionó como un despertador para los cuadros de las iglesias (en primer lugar, la católica) que decidieron empeñarse a fondo para frenar la legalización del aborto.­

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MUERTES Y SALUD PUBLICA­

Lo consiguieron pero, pese a que contaron con la participación en los debates de eminentes profesionales (científicos, juristas, médicos) no pudieron neutralizar acabadamente la imagen que difundía el otro sector, que -simplificando- puede resumirse como un choque entre "el dogma" y "la libertad"; "el pasado" y "el futuro".­

El sector que apoya el aborto libre, hablando en defensa de la salud ("este es un tema de salud pública") eludió la discusión sobre si la medida que propiciaban despenalizar entraña o no la muerte deliberada de una persona (el niño por nacer que, en tal caso, no puede defenderse). No se trata de una discusión secundaria, sino de una que tiene consecuencias sobre el tipo de sociedad que se promueve en nombre de la salud, la libertad y el futuro.­

Este saldo comunicacional del debate que determinó el triunfo del No tiene importancia ante el hecho de que los derrotados en el Senado reclaman la revancha. El gobierno acaba de clausurar un escenario que pretendían para revertir la caída: una consulta popular destinada a revisar la decisión del Congreso. El Presidente no quiere una consulta (tampoco la aceptaba cuando eran sectores antiabortistas los que la reclamaban).­

En cambio, el Ejecutivo se dispone a despenalizar a las mujeres que abortan a través de una cláusula del futuro Código Penal, próximo a ser sancionado. Esa despenalización (que no legitimaría el aborto) no será resistida por el sector antiabortista. Su filosofía es análoga a la que ciertos países (Suecia, por ejemplo) aplican a la prostitución, donde se la considera delito pero no se persigue a las prostitutas, sino a los clientes y a terceros que eventualmente lucran con el hecho. Esta despenalización no será siquiera un premio consuelo para el activismo verde.­

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EL RUMBO CENTRAL DEL GOBIERNO­

Transcurrida la votación del Senado y con la revancha postergada hasta algún momento del futuro la política cierra el paréntesis y vuelve al punto donde la acción se había suspendido: primer plano para los cuadernos del sargento Centeno. Un tema que el gobierno teme por sus turbadores desafíos pese a que, si bien se mira, emerge en virtud de tendencias que también sostienen su política.­

Propenso como es a retroceder y revisar sus propias decisiones, resulta significativo observar cuáles son los puntos en los que el Presidente elige mantener la firmeza, porque esa decisión es la que mejor describe el rumbo por el que se inclina.­

* Uno, central, es la apertura al mundo. Lo planteó desde el inicio y lo impulsó decididamente - en colaboración con el peronismo no-K -, al encarar expeditivamente la resolución del pleito con los holdouts. Sostiene esa línea impulsando acuerdos comerciales con distintos países y bloques de países, alentando al Mercosur a acuerdos de ese tipo (con Unión Europea, con China) , abriendo puertas a la incorporación de inversiones externas, tratando de incoporarse al monitoreo de instituciones del capitalismo desarrollado como la OCDE

* Ha decidido convertir en programa propio el documento de compromisos con el Fondo Monetario Internacional, particularmente el capítulo referido a la reducción del déficit fiscal.­

* Se ha comprometido a no suspender la rebaja de las retenciones a la soja, pese al reclamo de gobernadores y economistas de la coalición oficialista. Parece claro que el Presidente ha decidido vincular su gestión al sector más competitivo de la economía argentina, el de la producción de alimentos. ­

Apertura, capitalismo clientelar y competencia­

Ese rumbo central es el contexto en el que se produce el escándalo de los cuadernos. La Argentina se ha desprendido de las murallas de aislamiento erigidas durante la larga década K. Ahora su comportamiento se despliega en un escenario abierto, sometido al juicio y el control de la opinión pública, la Justicia, los actores internacionales y los domésticos. El kirchnerismo no quería monitoreos del FMI porque, en general, no quería abrir ante nadie sus cuentas ni sus papeles, ni su conducta. El resultado electoral de 2015 cambió las reglas de juego: el hermetismo y el enclaustramiento panóptico dominado desde el poder central, que hacían posible el "capitalismo de amigos" de la era K, han quedado desplazados.­

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EL SARGENTO TIENE QUIEN LO LEA­

Quienquiera fuese el lector privilegiado para el que escribía sus cuadernos el sargento Centeno, en el nuevo escenario ya no hay exclusividades: los cuadernos están abiertos al escrutinio público. Y, así, las consecuencias son en principio incalculables y probablemente incontrolables.­

Sería ingenuo e irrisorio reducir la dimensión del fenómeno de los cuadernos a una maniobra u operación política. Media docena (hasta el momento) de empresarios que toman el camino del arrepentimiento y una más extensa lista de detenidos e imputados (que no se ha cerrado) están indicando algo más trascendente: un desarrollo seguramente irreversible de la deconstrucción del kirchnerismo y un golpe de gracia al capitalismo de amigos.­

Conviene, pues, sobreponerse a la fácil tentación de interpretar el escándalo por su eventual funcionalidad político-electoral (que además es prematuro determinar) y atender más bien a sus efectos de fondo sobre el funcionamiento del sistema de negocios (en particular, pero no exclusivamente) las contrataciones públicas, a las nuevas condiciones de transparencia relativa, competencia y productividad en que deberá desarrollarse.­

Golpeado fuertemente el tradicional sistema local, que jugaba desde hace muchos años con las reglas que se deducen de los cuadernos de Centeno y confirman las primeras confesiones de arrepentidos, es probable que nuevos actores -no sólo locales- cubran el espacio vacío. La apertura llama a la apertura.­

La transición entre un sistema y otro es lo que preocupa al gobierno, ansioso por conseguir a tiempo la lluvia de inversiones con que se ilusionaba en sus comienzos. A tiempo quiere decir: en la estación preelectoral.­

Si la transparencia suscitada por la irrupción de los cuadernos de Centeno determina el hundimiento de las acciones de empresas argentinas, sume a otras en la impotencia financiera y ahuyenta inversores, ¿como llegar a 2019 con una economía medianamente reactivada? En fin, ¿cómo llegar a 2019?