Cómo proteger los ojos de las pantallas

Vivimos épocas en las que parece que nuestra vida gira en torno a una pantalla: computadoras, notebooks, tabletas y celulares inteligentes se encuentran presentes en cada faceta de nuestra vida laboral, familiar y social. Así, mientras los adultos contestan mails de trabajo en el celular o visitan sus redes sociales, los más chicos consumen los infinitos contenidos on line que existen en Netflix, You Tube, grupos de WhatsApp, aplicaciones y juegos.

En síntesis, las opciones parecen infinitas. Incluso los abuelos muchas veces se ven sumergidos en esta marea tecnológica a fin de permanecer en contacto con sus conocidos. Es muy fácil que perdamos el control del tiempo frente a una o múltiples pantallas que en simultáneo nos entretienen o que necesitamos para nuestro trabajo cotidiano.

Por ello es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones que ayuda a proteger los ojos de niños y adultos sin perder el contacto con la tecnología.

Respecto de los niños que pasan horas jugando con la computadora, cabe decir que la temática es dinámica e incluye consideraciones que exceden lo puramente visual. Hasta 2011 había un consenso general sobre el impacto negativo de las pantallas en menores de dos años y se recomendaba no exponerlos. En la actualidad, la Academia Americana de Pediatría acepta el uso de video Chat (como Skype) en menores de 18 meses ya que es una forma de interaccionar con los seres queridos y considera que no es negativo el uso de aplicaciones interactivas de calidad, siempre como una actividad en la cual también participe un adulto junto con el niño.

El tiempo máximo de exposición a pantallas en niños de entre dos y cinco años es de una hora diaria. En esta franja de edad es muy importante que sean los padres los que elijan los contenidos.

La televisión y el resto de medios digitales no deben convertirse en una "niñera" ni en un "objeto de consuelo".

Entre los 5 y los 12 años el tiempo de exposición a pantallas puede ir aumentando de 60 minutos a 90 minutos diarios en la infancia hasta la pubertad. Está demostrado que pasar demasiadas horas ante las pantallas favorece el sedentarismo y la obesidad infantil. 

El consumo de medios digitales se dispara durante la adolescencia, sin embargo, no debería sobrepasar nunca las dos horas diarias desde los 12 años en adelante. En este momento los menores hacen uso, especialmente, de las redes sociales, por lo que es aconsejable que los padres tengan conocimientos acerca de cómo funcionan.

El exceso en el uso de pantallas puede ocasionar irritación ocular al disminuir los movimientos de parpadeo que lubrican la córnea, también dolores de cabeza, principalmente cuando los niños no tienen corregidos defectos en la agudeza visual. Debido a las posturas que se adoptan durante el juego, pueden aparecer dolores musculares o vicios posturales, muy perjudiciales en un organismo en crecimiento.

PANTALLAS PEQUEÑAS

En cuanto al uso de dispositivos pequeños y sus efectos sobre la vista, vale mencionar que mirar la pantalla de una netbook, un teléfono inteligente o una tableta de pequeño tamaño durante largos períodos de tiempo no causa daños permanentes a los ojos pero sí puede ocasionar sequedad y cansancio ocular. Al mirar cualquier dispositivo electrónico pequeño, la persona acomoda (enfoca) su visión en forma constante, lo cual puede redundar en fatiga visual, sobre todo aquellos que tienen un defecto del foco como la hipermetropía y la presbicia (en mayores de 40 años).

Por otra parte, el cine en 3D fuerza a los ojos a mirar de una manera no natural. Por eso es que muchas personas, tras ver una película en 3D, pueden sentir un ligero mareo. Estas molestias se alivian tomando un descanso durante este tipo de actividades.

También pueden ser indicio de problemas con el enfoque o la percepción de profundidad. Las personas que necesitan anteojos deben usarlos por debajo de los que se dan en el cine. Cada persona puede disfrutar de esta tecnología probando su tolerancia individual y con moderación.

Aquellas personas que tienen estrabismo y muchas de las que tienen "ojo vago" (ambliopía) no pueden ver imágenes en 3D. Lo mismo le ocurre a quien, por algún motivo, sólo tiene visión en un ojo.

La visión estereoscópica es la capacidad que tiene el hombre de integrar las dos imágenes que está viendo en una sola por medio del cerebro que es el encargado de analizar estos datos y generar, en consecuencia, una imagen única tridimensional.

Asimismo, no se ha demostrado nunca que la cantidad de radiación que sale de una computadora pueda producir alguna enfermedad ocular. Un estudio de la National Library of Medicine encontró que no se produce radiación UVA o UVB medible proveniente de los monitores de la computadora.

El Programa de Protección Contra la Radiación del Massachusetts Institute of Technology (MIT) resume la actual investigación sobre la radiación de los monitores de las computadoras señalando que "no hay datos que sugieran ningún riesgo contra la salud por la exposición a los campos electromagnéticos asociados con el uso de los monitores". Tampoco hay evidencia científica de que la luz azul de los dispositivos digitales pueda causar daño a los ojos.

Dra. Betty Giselle Arteaga 
Médica del servicio de Oftalmología y profesora del Departamento de Clínica Quirúrgica del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires (M.N. 112.049)