Una noble versión de Beethoven

La celebración del 50º aniversario del Coro Polifónico Nacional

Ludwig van Beethoven: "Missa Solemnis en Re mayor, opus 123" Dirección: Carlos Vieu. Dirección coral: José Maria Sciutto. Solistas: Daniela Tabernig, María Luisa Merino Ronda, Ricardo González Dorrego, Hernán Iturralde. Orquesta Sinfónica Nacional, Coro Polifónico Nacional y Coro Nacional de Jóvenes. El miércoles 4, en la Sala Sinfónica del CCK.

Un programa sinfónico-coral sumamente atractivo, con la presencia de varios de los organismos representados por sus cuerpos estables, celebró en la Sala Sinfónica del CCK el aniversario especial -cincuenta años de vida- del Coro Polifónico Nacional. Y naturalmente la elección de la célebre "Missa Solemnis" de Ludwig van Beethoven fue una oportuna muestra de la preparación y solidez de los organismos intervinientes.

Ubicados en el podio de la orquesta, los músicos de la Sinfónica Nacional, dirigidos con solvencia por Carlos Vieu, y en el alto balcón coral, el Coro Polifónico (objeto especial del homenaje), preparado por su nuevo director José Maria Sciutto (que debió viajar antes de la función para cumplimentar compromisos contraídos).

Pero, además, participó el Coro Nacional de Jóvenes que dirige Pablo Banchi. Todos, sumados, pasaban de doscientos intérpretes en escena, agregándose los cuatro solistas que tuvieron una esmerada y efectiva labor, entregando una de las obras sinfónico-corales más importantes y valiosas de toda la historia musical.

Hablamos de la Missa Solemnis en Re mayor, op.123, de Ludwig van Beethoven. Su estructura en cinco partes (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei), con una duración de alrededor de hora y media, fue compuesta entre los años 1819 y 1823. Digamos, en los años de su magistral "Novena Sinfonía".

Esta obra, dedicada al archiduque Rudolf de Austria, nombrado arzobispo, vio la luz en San Petersburgo en 1824 con el auspicio del príncipe Galitzin, mecenas de Beethoven. Tiene la particularidad, a diferencia de otras misas que le precedieron, de abrevar en el texto litúrgico con su personalismo estilo, saliendo de las intenciones litúrgicas específicas, para profundizar en la fe y las emociones. Lo remata una alegoría al arzobispo, en tiempos belicosos entonces.

GRAN MASA CORAL
Loable la versión que dirigió Vieu, invitado al efecto, con una lucida participación de los integrantes de la OSN y la gran masa coral que trascendió las ciento cincuenta voces, sumando las del CPN en su aniversario y el Coro de Jóvenes.

Se advirtió una sólida preparación general, en tanto los solistas vocales Daniela Tabernig (soprano), María Luisa Merino Ronda (mezzo), Ricardo González Dorrego (tenor) y Hernán Iturralde (bajo-barítono) se mostraron en sincronía con el frondoso clima sonoro.

Calificación: Muy bueno