Los misteriosos hermanos Brontë

Infernales
Por Laura Ramos
Taurus. 408 páginas

Es más o menos conocida la historia de los hermanos Brontë: criados en un paraje remoto de West Yorkshire por un padre viudo y severísimo, educados en la soledad de su hogar, diezmados por la enfermedad y la pobreza, se las ingeniaron de todos modos para escribir casi al unísono algunas de las mejores novelas del idioma inglés en el siglo XIX, o tal vez de todos los tiempos: Jane Eyre, Cumbres Borrascosas, La inquilina de Wildfell Hall, Agnes Grey, Villette. ¿Cómo lo hicieron? ¿Quiénes eran esos hermanos, de qué estaban hechos?

Laura Ramos se abocó a responder esas preguntas en el siglo XXI y desde la Argentina. Leyó todo lo que había por leer, recorrió el páramo inglés, visitó los lugares que visitan los turistas y también los otros, se dejó encantar por el ambiente y hasta por los fantasmas de esa familia tan extraña. Más de una vez asegura que lo hizo movida por una forma de "posesión", y deberíamos creerle.

En Infernales consumó una biografía grupal pensada bajo el signo del parricidio: contra su padre, el ideólogo de la izquierda nacional Jorge Abelardo Ramos, porque se dedicaría a estudiar a unos "ingleses y conservadores", pero también contra su madre, cuyas "lecturas feministas" iba a desobedecer. Además, apostó por un rasgo de estilo: su propio libro de los Brontë tendría que leerse "como si nadie antes hubiera escrito sobre ellos".

Fueron todas decisiones acertadas. La ausencia de una mirada feminista impidió que la autora -que en su vida personal sí tiene esa mirada- cayera en el anacronismo, pecado grave del historiador y del biógrafo. Su evidente inmersión en el tema y la época, y la apelación a fuentes primarias, que es predominante aunque no exclusiva, otorgaron al libro de ese aire buscado de originalidad, pese a que relata unas vidas ya recorridas por otros. Anne, Emily, Branwell (el proscripto de la cofradía, "oveja negra" y símbolo del malogrado joven "romántico") y sobre todo Charlotte, la que sobrevivió apenas unos años a los demás, resurgen en estas páginas con su timidez enfermiza, su prodigiosa capacidad creativa y sus tenues voces templadas por la ironía y una irreverencia que bordeaba la blasfemia.

Otro rasgo a agradecer es la inclusión de notas al final del volumen, junto con una bibliografía actualizada y un índice onomástico, apartados que en nuestro país, por alguna razón nunca aclarada, no suelen aparecer en las obras no académicas de ensayo o historia que publican sellos comerciales. 

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