Rap y heavy metal al estilo Dumont

"Jeannette: La infancia de Juana de Arco" (Jeannette, l"infance de Jeanne D" Arc, Francia, 2017) Dirección: Bruno Dumont. Guion: Bruno Dumont, Charles Peguy. Fotografía: Guillaume Deffontaines. Música: Gautier Serre. Actores: Aline Charles, Jeanne Voisin, Lise Leplat Prudhomme, Lucile Gauthier, Victoria Lefebvre.

Es un director de vanguardia que fluctúa entre el pasionismo de "Camille Claudel", desbordada aproximación hacia la locura, y el ascetismo de "Flandres" o el desconcierto de "Fuera Satán".

Bruno Dumont (ahora de sesenta años), director preocupado por el hombre, Dios y la religión, toma la obra de Charles Peguy (socialista convertido al catolicismo) "El misterio de la caridad de Jeanne D"Arc" y la musicaliza en la línea del pop.

Juana, campesina francesa de ocho años, manifiesta sus dudas religiosas, su preocupación por el reino ""donde la perdición nunca prevaleció tanto sobre la faz de la tierra"". Con su amiga habla de la Francia invadida por los ingleses, de la necesidad de expulsión. Lo hace mientras la Naturaleza la rodea, un cielo maravilloso deslumbra y la vegetación y el agua conviven con las ovejas que pastan y responden con balidos a las reflexiones de la niña.

Si el soliloquio adulto llama la atención en una criatura de corta edad, el asombro es mayor cuando la música se hace casi sólida en sus arabescos heavy metal, por no hablar de lo que se viene en la segunda parte, con el tío adolescente al que Jeanne le pide ayuda y el otro le contesta al más puro rap.

MONJAS Y ZAPATEOS

Juanas de Arco tuvimos muchas. Desde la de Dreyer, con la magia de su protagonista, la Falconetti (que vivió y murió en Buenos Aires); la inolvidable Ingrid Bergman en el filme de Victor Fleming; la peladita Jean Serberg en su versión Preminger. Hubo de todo pero quedaba esto, extraño, entre naif y casi ridículo (esas monjas mellizas zapateando) con encantadoras chicas como Lise Leplat Prudhomme y Jeanne Voisin, que interpretan bien pero no cantan tan bien, o el tío joven, rapeando, con poca armonía, palabras místicas.

¿Qué se quiso hacer? Simplemente una versión nueva de la que se hable como la que rompe todos los esquemas, o una aproximación religiosa a la gente joven. Una extravagancia Dumont. A los que lo admiran no les va a molestar.

Calificación: Buena