"Echaron al mejor funcionario del Gobierno"

Javier Milei destaca la capacidad de Federico Sturzenegger y pone en duda el rol de Luis Caputo en el Banco Central. El problema no es el BCRA, sino el déficit fiscal, asegura el economista. No basta sólo con la política monetaria para que el modelo sea exitoso. Es clave desarmar el paquete de Lebac. "No quieren reconocer el fracaso del gradualismo", enfatiza.

El nuevo sacudón cambiario esta vez arrojó víctimas en las filas del Gobierno. Federico Sturzenegger dejó la presidencia del Banco Central, reemplazado por Luis Caputo, en un intento por llevar algo de calma a un mercado demasiado sensible, casi en carne viva.

"Supongamos que Argentina pierde en el Mundial 4-3. Los tres goles de Argentina los hace Messi y los cuatro del rival son en contra a manos del arquero. Y cuando termina el partido lo echamos a patadas a Messi. Es insólito. Están echando al mejor funcionario que tiene el Gobierno", ejemplifica el economista Javier Milei.

Y agrega: "Creer que el problema de Argentina es un problema en la mesa de trading del Banco Central es de un nivel de estupidez mayúsculo. El problema argentino es el desequilibrio fiscal, es el gradualismo a ritmo de tortuga embarazada, que se quedó sin financiamiento externo. Es el fracaso del gradualismo y por eso terminamos en el Fondo Monetario. El ala política del gobierno no reconoce el fracaso del gradualismo y dice que va a continuar con esa política. Es decir, más de lo mismo''.

-¿Todo seguirá igual, pese a todo?

-La política monetaria es condición necesaria para el éxito de un programa económico, pero jamás condición suficiente. Lo único que va a hacer la diferencia entre si las cosas terminan bien o terminan mal es la política fiscal. Que es lo que no se quiere arreglar. La política monetaria solamente sirve para comprar tiempos durante una transición. Y vaya qué bien que lo hizo Sturzenegger, porque ese stock de Lebacs que tanto se cuestiona es la contracara de haber evitado una hiperinflación al inicio de su gestión.

-¿Ese era el rumbo de la economía?

-Cuando Sturzenegger asumió había un money overhang de cerca de 5 puntos del PBI. Algo que pasó en el '59 y en el '75, y en esos dos casos la resolución, cuando nos quedamos sin divisas, fue una sextuplicación de la inflación. En el primer caso pasó de 20 a 120 y en el segundo, de 30 a 180%. Acá si veníamos emitiendo al 47%, con la bomba de los futuros nos íbamos a 83%, hubiéramos tenido cerca de 500% de inflación. Hubiera sido un desastre económico y social. Y a ese tipo que evitó el desastre, el primero en la historia argentina que lo logró hacer, lo echan. Es decir, ¿el problema no es el 28 de diciembre sino la mesa de trading? Vamos, dejémonos de joder.

-¿Qué marcaría como errores en la gestión Sturzenegger?

-Yo no comparto que a partir del 1 de octubre de 2016 haya pasado al sistema de metas de inflación controlando la tasa de interés. Porque el sistema de metas tiene un problema que se llama ancla nominal. Para poder determinar el nivel de precios en la economía se necesita determinar la cantidad de dinero. Si adhiriera al marco analítico general y me pongo en los zapatos de la mayoría de mis colegas, el problema es que si se fija al tasa no se puede determinar la cantidad de dinero. Entonces el ancla del modelo son las expectativas. Y según donde se coordinen las expectativas se sabe dónde va a terminar el nivel de precios. Entonces el ancla del modelo son las expectativas de la gente, pero ni Mandrake el mago puede conseguir un ancla así cuando hay un funcionario como Marcos Peña avanzando sobre la economía todo el tiempo de manera irracional. El 28 de diciembre rompió el ancla nominal y los precios quedaron a la deriva.

-¿Cómo se hace para corregir esto?

-Una forma es hacer agregados monetarios, que es la propuesta que hicimos con Diego Giacomini. Pero el problema ahora es que se desancló el modelo. Cuando se ensaya una política de agregados monetarios el resultado tarda mucho en verse. La demora es de 18 meses en la Argentina. Una vez que está la corrida no se puede utilizar agregados monetarios porque va a tardar mucho tiempo en hacer efecto. Lo que hay que hacer es ir al otro modelo de ancla, que es el tipo de cambio. Esa es un ancla muy rápida. En el '89 tuvimos una inflación del 5.000% y en el '90 una hiper de 1.300%. Vino Cavallo, fijó el tipo de cambio en abril del '91 y al año y medio éramos el país con menos inflación del mundo. Es muy poderoso el ancla que da el tipo de cambio. Entonces cuando se da una situación donde se perdió el ancla y no hay precios, hay que intervenir el mercado cambiario para sacar pesos de la cancha. Hay que ir a comprar pesos. Se lo puede pensar así, se venden dólares o se compran pesos. Como el modelo está desanclado no hay tasa que aguante eso.

FLOTACION

-La flotación cambiaria es uno de los puntos acordados con el FMI.

-Sí, pero puede haber intervenciones puntuales y puede utilizar las reservas si hace falta.

-¿Faltó timing en la intervención en la plaza cambiaria?

-Ojo porque las estrategias desarrolladas por el Banco Central están basadas en teorías de los juegos de lo m s sofisticadas. Que después el trader promedio no lo pueda entender es otro promedio. De vuelta, creer que el problema de la Argentina pasa porque tenemos malos traders es verdaderamente no entender el asunto.

-¿Cómo se debe reaccionar ante esta corrida cambiaria?

-Soy partidario de limpiar las Lebacs porque son una fuente potencial de expansión monetaria. Por eso el Fondo una de las cosas que pide es desarmar esto.

-¿Cuál es su opinión de la estrategia elaborada por el Gobierno para desarmar este paquete de Letras?

-En el Balance del Banco Central hay u$s 65.000 millones de Letras Intransferibles a una tasa ridícula, que eran los papelitos que le ponía Cristina al Banco Central para llevarse las reservas, y u$s 50.000 cash. Y además hay u$s 50.000 millones de Lebacs y otro tanto de Base Monetaria. Cuando se mira la composición de las Lebacs, la mitad est  en el sector financiero. Eso naturalmente tiene que estar ahí. Entonces lo que hay que limpiar es la parte que está en poder de los ahorristas. Por eso el Fondo dice que u$s 25.000 millones van a sanear el balance del Banco Central. El Gobierno toma en su cabeza esa cifra y la cancela contra Letras Intransferibles. La deuda del gobierno no cambia, pero cambia el acreedor. En lugar de ser el BCRA ser  el FMI, y eso le da u$s 25.000 millones cash al Central para limpiar las Lebacs. Así el balance del Central se empieza a desinflar, que es lo que se debe hacer. Se sacarían las mitad de las Lebac y eso tiene sentido.

-¿Acuerda con la idea de sacar u$s 7.500 millones del préstamo del FMI y venderlos para calmar la plaza?

-Bueno, es una forma de comprar pesos. ¿Y por qué no podía hacerlo el Banco Central con Sturzenegger? ¿Lo puede hacer mejor Caputo? El problema con la política monetaria es que requiere de fuertes conocimientos técnicos y yo no veo a Caputo en la misma Liga que Sturzenegger. En términos de pericia para manejar el Banco Central es como comparar a un peso pesado con un mini mosca.

-¿Fue un manotazo de ahogado? ¿Se pedía un sacrificio para calmar al mercado?

-Pero la cabeza que tenían que entregar era la de Marcos Peña, no la de Sturzenegger. La señal que acaban de dar es la peor de todas porque est n diciendo que acaban de ganar las bestias de la política. Y todos le cargan las tintas a Sturzenegger. Claro, pero Caputo fue parte del 28-D y era parte de los que creían que había que bajar la tasa.

-¿El proyecto de ley para que el Banco Central no financie m s al Tesoro puede ser el puntapié para que comience a bajar la inflación?

-La reforma de la Carta Orgánica es para darle independencia al Banco Central, pero ponen eso en el acuerdo y lo primero que hacen es echar al presidente del Banco Central. Era una forma de darle estabilidad a un equipo sólido técnicamente y lo primero que hizo Macri, porque no le servía políticamente, fue echarlo. La otra es dejar de emitir para financiar al fisco, dejar de emitir para comprar dólares, que el tipo de cambio sea libre. Lo que hay que hacer es limpiar el balance del Banco Central. No es trivial la diferencia entre usar esos u$s 7.500 millones para limpiar el stock de Lebacs que para salir a intervenir la plaza. ¿Cuál será  el criterio para fijar la tasa? ¿Van a controlar la cantida de dinero? ¿Cuál es el esquema? No está claro en lo más mínimo.

LA CARTA

-¿Cuál es su análisis de la Carta de Intención enviada al FMI?

-Este Gobierno a todos los que les señalamos los errores nos señaló como plateístas, liberalotes, agoreros, golpistas, desestabilizadores. Fueron todas cosas estigmatizantes. Decían que era imposible tocar el gasto. El problema es que siguen haciendo el ajuste a velocidad de tortuga embarazada, aunque ahora vayan más rápido. No es trivial la velocidad a la que se hace el ajuste. Además no es cierto que si al inicio se hacía el shock, era recesivo. La experiencia argentina dice que del '52 en adelante todos los planes de shock anduvieron bien y todos los gradualistas terminaron mal. Este terminó mal, por eso culminó en el Fondo.

-¿El ajuste lo terminó haciendo el mercado?

-Ese es el peor de los escenarios, porque es algo que se debería haber hecho ordenadamente desde el sector público y como no se hizo, lo hace de manera desordenada el mercado sobre algo que no es lo que había que tocar. Si lo hubieran hecho en el momento correcto, se podría haber hecho un ajuste fiscal enorme, bajado impuestos, y aún manteniendo el mismo déficit, como la economía habría crecido al 9% en términos per cápita, esto hubiera sido una fiesta. Ahora hay que hacerlo en medio de una crisis. El aumento de ahorro no va a tener contrapartida de inversión, con lo cual va a caer la actividad, el empleo, el salario real, habrá más pobres, más indigentes, menos consumo y aceleración inflacionaria. Miren qué chiste el gradualismo.

-Y todavía estamos a medio camino en la actualización de tarifas.

-El caso de las tarifas es otro caso emblem tico de incompetencia. El desequilibrio de origen era 15-1 en tarifas. Aranguren lo hizo gradual porque ajustó y eliminó los subsidios en un tercio. La propuesta nuestra era quitar de cuajo los subsidios, totalmente, y el incremento de tarifas en el primer año era 100%. Eran 4,5 puntos del PBI. Las cuentas públicas hubieran cambiado de manera sustancial. Todo el déficit se explicaba por los subsidios.

-¿Era aplicable socialmente?

-Sí, claro. Frente a las subas que se muestran ahora, las subas de nuestro esquema eran mucho menor. Lo que hay que hacer es equilibrar la relación económico financiera del contrato. Es como que el valor presente de los ingresos alcancen a cubrir los costos de producción, mantenimiento, impuestos, retribución del capital tanto propio como ajeno. Cuando se toca el precio, lo que se produce es una suba del ingreso. Nosotros propusimos medidas que achicaban los costos, con lo cual la suba del precio era menor.

-¿Cómo se recupera ahora la confianza?

-Lo que se ve es que le dan más poder a los que son parte del problema. Terminaron echando a los que son parte de la solución, como ocurrió cuando sacaron a Melconian por hacer bien su trabajo. Ahora le tocó a Sturzenegger. Es una falta de respeto. Esto explotó antes de lo que se pensaba.