Un cambio en el paradigma de la adopción

Pese a la reforma del Código Civil aún persisten dificultades para conseguir adoptantes y generar un mejor vínculo. En la Argentina hay decenas de chicos mayores de ocho años que buscan cumplir su sueño de encontrar un hogar. Pero es casi imposible que sean adoptados debido a que la mayoría de las postulaciones se enfocan en menores de cuatro años.

"Mucha gente habla en las demoras en la adopción, pero hay muchos chicos que hoy están esperando ser adoptados. No es la culpa del proceso sino de los que estamos del otro lado esperando adoptar a alguien conforme a lo que uno quiere", destaco a La Prensa Lorena Bolzon, Decana Del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral.

Cada año decenas de personas se acercan para conocer el procedimiento de adopción en el país. Muchos llegan con una visión idealizadora de una situación que no siempre es real. "Hay que pensar que la adopción está establecida básicamente en función de darle al niño un hogar y no a unos padres que buscan tener un hijo según su forma de ser. Por eso, es importante reflexionar sobre qué es lo que se espera de la adopción y de lo que el adoptante busca. No siempre lo que el papá o pareja que quiere adoptar está esperando es lo que el sistema tiene para brindarle, porque no está pensado para eso sino en función de las necesidades del menor", destacó Bolzon.

Según la base de datos que administra la Dirección Nacional de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos existe una disímil situación de la disponibilidad adoptiva que presentan los postulantes inscriptos a nivel nacional, respecto de las niñas, niños y adolescentes que desean adoptar.
Así, de un total de 5.465 personas que buscan adoptar, 4.816 manifiestan voluntad de querer niñas o niños de un año. En cambio, cuando se realiza una búsqueda para niñas o niños de cuatro años surgen 3.880 legajos.

Respecto de la adopción de niñas o niños de ocho años de edad, 820 postulantes cuentan con disponibilidad y tan solo 44 expresan la voluntad de adoptar niñas o niños de 12 años en adelante.
Por otra parte, sobre la totalidad de inscripciones vigentes, 4.645 postulantes expresan la negativa de adoptar niñas, niños y adolescentes con discapacidad y/o enfermedad, mientras que 820 manifiestan que sí lo harían.

Desde el mes de abril de 2017 se implementa una nueva versión del sistema informático que permite distinguir dentro de la disponibilidad adoptiva la enfermedad y tipo de discapacidad.

HERMANOS

La posibilidad de adoptar hermanos es una iniciativa que siempre se busca instalar entre los solicitantes. Pero sobre las inscripciones vigentes sólo 2.788 interesados expresan la voluntad de adoptar hermanos y solo 274 aceptarían tres o más niñas, niños y adolescentes.

Desde los distintos organismos se procura que las hermanas o hermanos en situación de adoptabilidad sean recibidos por una misma familia. Como los adoptantes suelen encontrarse con un sistema familiar constituido, con una historia compartida y con modos de relación específicos, tendrán que comprender y contener en conjunto la llegada del niño.

Aquí el acompañamiento profesional cumple un rol fundamental en la construcción y fortalecimiento del vínculo.

"Algunos de estos chicos cuentan con una mochila pesada pese a su corta edad. Establecer un vínculo con alguien nuevo no es fácil, nos pasa en nuestra vida cotidiana y somos adultos. En el caso de un chico debería ser paulatino para ver si realmente es la familia para él. El problema que notamos es que en el Código Civil no está estipulado este paso. A veces sucede que sólo se ven en dos oportunidades y el Juez determina que ya están para vivir juntos. Y vemos que los padres están idealizados y, en algunos casos, que después ven otra realidad que quizás altera sus rutinas de una forma no prevista. Seguramente se acercaron con las mejores intenciones y con mucho amor para brindar pero si no están preparados terminan devolviendo el chico. Esas situaciones terminan siendo una doble tragedia para los menores", explicó a La Prensa Marisa Waters, Coordinadora General del Registro Unico de Aspirantes a Guarda con fines adoptivos (RUA) perteneciente al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

FLEXIBLES

"Tal vez el primer cumpleañitos que imaginan los padres adoptantes sea con un chico de dos o cuatro en una casita de fiestas y no con uno de diez o más junto a sus hermanos. Es una visión que hay que fomentar y que plantea un cambio de paradigma al actual. El deseo de ser padres tiene que estar acompañado de una visión más amplia donde se pueda dar prioridad a los chicos sobre los propios intereses", enfatizó a La Prensa la psicóloga Florencia Rodríguez, quien acompaña a padres en la etapa de adopción.

El cambio de paradigma o visualización también puede incluir a la familia biológica participando del proceso. "En la Argentina existe el sistema de adopción simple o plena. Esta última, la más común, es cuando el menor se va a vivir con una familia cortando todos los lazos que tenía con su pasado. Es decir, pasa a ser parte de la nueva familia como si hubiera nacido ahí. Se borra lo anterior y se comienza desde ahí para adelante", destacó Bolzon.

Luego agregó que "la simple, que se da en menos ocasiones, implica que hay determinados lazos o funcionalidades que siguen siendo estables. Viven con una nueva familia, pero siguen teniendo una vinculación biológica o con vecinos que desarrollaron una relación afectiva positiva en la personalidad del chico o a su formación a través del tiempo. Pero por no estar en condiciones económicas o psíquicas de mantenerlo lo han dado en adopción. Lo que hemos notado es que le hace bien al chico permanecer con este lazo. Esto se ve reflejado en la jurisprudencia en los últimos años que dio una tendencia a dar una adopción plena pero flexible, con un cierto régimen de comunicación con algunos referentes afectivos importantes".
 
CAMBIOS

La última reforma del Código Civil trajo algunos cambios en el ámbito de la adopción. Sin embargo, para muchos de los especialistas consultados el problema en el país no fueron las normas, que intentaron asegurarse de que los adoptantes proveerían un cuidado de calidad, sino su aplicación y las prácticas de los sistemas de protección administrativos y judiciales.

"Creo que el sistema de adopciones no se va a solucionar de un día para el otro. De hecho, tuvo una reforma importante en el Código Civil que puso más énfasis en los tiempos como para que el juez no se tome cinco años para decidir en un proceso para determinar si un chico esta o no en estado de adoptabilidad. Pero es difícil decidir sobre este punto en seis meses porque no es algo sencillo. A veces se busca agotar todas las instancias de que ese chico sea acogido por su propio centro de vida, de referentes afectivos que pueden ser la familia o vecinos o alguien que suma una suerte de tutor. Cuando se agotan todas estas instancias es que lo declaran en adopción", enfatizó Bolzon.

Consultada sobre la situación de un recién nacido dado en adopción por la propia madre, la especialista fue categórica al asegurar que "la obligación del Estado es de velar que no haya entregas directas porque no es un chico para unos padres sino al revés. Por eso están prohibidas ya que es necesario evaluar el mejor hogar que se le pueda dar".

En el marco de la discusión por legislar una ley entorno al aborto surgió un proyecto, presentado por el diputado demócrata cristiano Juan Brügge, que plantea la posibilidad de adoptar a alguien antes de nacer ,como una alternativa superadora para quienes plantean optar por una de las dos vidas. Según los especialistas consultados ya hubo consultas sobre el tema por partes de algunos adoptantes.

"En el país no tenemos catástrofes ambientales o guerras que expliquen por qué hay chicos sin hogares como podría ser, por ejemplo, países como Haití. No son huérfanos, pero muchos provienen de padres con problemas con el Paco o el alcohol. Chicos dejados al cuidado de gente que termina abusando de ellos y que al ser puestos en un hogar si no llegan a ser adoptados no tendrán una vida familiar. Creo que como sociedad hay que replantearse esta situación que no debería suceder. Por eso instamos a preparar a los postulantes con una visión más amplia y fuera de la clásica noción que se tenía de la adopción", concluyó Waters.

El encuentro tardío marca un alto impacto familiar

"En general cuando se piensa en adopción se piensa en un pequeño de pocos meses o años. Se supone que en esa edad, el niño aún es una criatura, que se puede modelar según el criterio de los adoptantes y está poco influenciado por su pasado", destacó a La Prensa la psicóloga Florencia Rodríguez, quien acompaña a padres en la etapa de adopción.

"Pero si el chico es mayor se piensa que con un pasado que ha influido en su formación puede generar problemas o simplemente no estar preparados para lidiar con patologías. Por eso cuando ves un caso donde se ha roto con ese prejuicio te das cuenta que son personas que realmente tienen una noción de adopción amplia, sin límites", explicó.

Los niños que no lleguen a ser adoptados estarán institucionalizados hasta los 18 años que es cuando se los libera sin haber tenido una familia, ni el suficiente afecto aun cuando en la institución haya contención y buena voluntad. Además, sin un apoyo familiar y social en el futuro estará más cercano a caer en la marginalidad.

CASOS

La adopción tardía ha sido noticia en los últimos años a través de algunos casos que resonaron por estar fuera de lo cotidiano. Tal es el caso de la familia Boccalon que fue a Misiones a adoptar a Julio, un chico de 12 años, y terminaron por adoptar al resto de sus cuatro hermanos.

Otro caso también difundido de adopción de hermanos fue el de la cantante Marcela Morelo. La artista tuvo a su cargo desde 2016 a tres hermanos, que hoy cuentan con diez, siete y cinco años y ya atravesaron la etapa de guarda y guarda pre adoptiva.

También el mundo cinematográfico se ha insertado en el abordaje del proceso complejo de la adopción tardía. La reciente película "Joel", del director Carlos Sorin retrata la vida de un niño vulnerable a la historia familiar que lo rodea. Pero todo cambia cuando una pareja que no puede tener hijos decide adentrarse en el mundo de la adopción, sin saber que su mayor desafío será educar a este niño de nueve años que carga con un pasado.