El motor de la economía debe ser la exportación, no el mercado interno

La Argentina no crece: lastimada, rendida sin rumbo, esta lista para la expoliacion

POR IRIS SPERONI

La economía argentina, según datos del Indec, no crece significativamente desde el año 2011. 
Un crecimiento mínimo un año, se ve rápidamente compensado por una caída el año siguiente y así. Este ciclo de ya seis años abarca el último período de la presidencia anterior y la mitad de la presente. Un PBI constante no implica que todos estamos más o menos igual, sino que somos un 1% más pobres cada año, ya que todos los años nacen niños y todos los años importamos pobres. Es la misma cantidad de Producto Bruto para repartir entre más gente.

Si creciéramos, la inmigración sería un hecho despreciable. Nos reproducimos poco y la inmigración compensa la falta de natalidad. Pero al ser menos eficientes en producir riqueza que en producir niños, cada año nosotros (en promedio) somos más pobres.

¿Por qué no crecemos? Existen numerosas razones. Trataré de separar las que creo más significativas.

EL MOTOR PRIMORDIAL

La única solución de la Argentina es exportar. El motor de la Argentina debe ser la exportación, no el mercado interno. Debemos destinar todos nuestros esfuerzos a ser un gran exportador. 

Es lo único que permitirá que los salarios argentinos sean altos. Es contranatura e infame buscar el equilibrio de este sistema económico prebendario mediante la reducción del salario real. Hay pseudoempresarios prebendarios que proponen como única solución que los argentinos ganen como los brasileños o si es posible, los chinos. 

La Argentina debe volver a ser la décima economía del mundo. Esto es, un país con altas exportaciones, alta tasa de crecimiento y salarios de los más altos del mundo. Como ya hemos sido. 

CARO Y MALO

Actualmente la Argentina no puede exportar porque produce caro y de mala calidad. Tiene a la población hacinada en la capital, el Gran Buenos Aires, en el Gran Rosario. Con crecientes masas de personas que viven o de la seguridad social o de un empleo público que no es más que seguros por desempleo. Existen paradojas como la población en la Patagonia colgada del empleo público cuando es una región que permite perfectamente vivir del propio trabajo.

Hay algo que está mal estructuralmente en este sistema que sufrimos. Está mal diseñado. Sólo nos arrastra al fracaso. Básicamente, y a modo de resumen, no crecemos, porque este modelo de país se agotó. Se agotó hace rato. 

La clase política, con el único objeto de defender sus intereses -o sus quioscos-, se ha concentrado en mantener el status quo artificiosamente a como dé lugar.

En algún punto, todos saben que esto está muerto y que hay que hacer otra cosa. Pero como todavía siguen tomando de la teta, no paran. Parece que decidieron continuar hasta que vengan degollando, en lugar de intentar armar algo que funcione.

GATOPARDISMO

La decisión del Macri al asumir de endeudar al país para continuar con el festival de obra pública tan bienamada por la CAC y por él mismo como miembro de ella, los planes sociales y las secretarias hot de diputados y ministros y etcéteras debe entenderse dentro de la misma lógica: hacer todo lo que sea necesario para continuar como si nada pasara. 

Decisión no sólo de Macri cuando asumió sino también de Cristina Fernández cuando se apropió de los fondos de pensiones, cuando gastó todo lo que ingresó por retenciones a la soja, cuando nos endeudó con China a cambio de concesiones que aún desconocemos. 

Ser respetuosa de los quioscos ajenos (incluidos los de Macri) es lo que habilitó que la casta política le dejara terminar el mandato luego de perder las elecciones en 2013. Cosa que no hicieron con De la Rúa. Da para pensar.

Esa misma decisión -continuar con el circo- la renueva la casta política todos los días. Pasaron 17 años desde el 2001 y todos los quioscos intactos.

CARANCHOS CARIÑOSOS

El modelo prebendario está agotado. No vamos a crecer hasta que no lo rompamos y lo reemplacemos por otro. Si somos inteligentes los cambios se harán anunciados y previsibles; lo que permitirá acomodarse a un nuevo orden que genere prosperidad a todos los agentes:

- Inversores (incluso los prebendarios).

- La población que vive de la actividad privada.

- Los empleados públicos.

- Los sindicalistas

- Los políticos.

Si los ultraconservadores que gobiernan (el autodenominado progresismo) se sienta en la retranca a defender sus privilegios, esto continuará: emigración de los jóvenes y aptos, un Estado obligado a mantener cada vez más gente, ausencia de inversión, pobreza, corrupción, ausencia de justicia y deterioro de la educación y la salud. Eso cierra con sangre, inevitablemente.