Divertido pastiche sobre el nacimiento del fútbol

Crtítica de "No llores por mí Inglaterra": El absurdo y la risa conviven en este bien logrado anacronismo visual, multimedia incluida, suerte de divertido pastiche que nos representa bastante acertadamente en una realidad de Biblia y calefón.

"No llores por mí, Inglaterra" (Argentina, 2017). Dirección: Néstor Montalbano. Guión: N. Montalbano, Guillermo Hough. Actores: Gonzalo Heredia, Diego Capusotto, Laura Fidalgo, Mirta Busnelli, Luciano Cáceres, Roberto Carnaghi, Esteban Menis, Fabián Vena. Duración: 104 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años.

Las proximidades del Mundial despiertan un interés especial por el fútbol. De ahí que la llegada de esta curiosa parodia de Néstor Montalbano, el director de "Pájaros volando" y "Por un puñado de pelos", entre otras, despierta nuevas expectativas.

En el Buenos Aires Colonial, poco antes de las Invasiones Inglesas, el general Beresford arma una situación especial (es una idea en realidad de su madre, con la que vive) por la que los criollos, peligrosamente inquietos, serán distraídos mientras lleguen los refuerzos ingleses, de tal manera que olviden su descontento. El fútbol es presentado no sólo como un juego y un deporte, sino como una excusa para desarrollar la competencia, la agresividad, los insultos y un buen instrumento de olvido de la situación política presente.

Como en toda situación que se precie hay terceros que se involucran para beneficiarse. Un vivillo en desgracia, Manolete (el virrey Sobremonte se escapó con su plata), acompañado de su simpática amante, decide exacerbar los ánimos de la futura hinchada que va naciendo y logra con la intervención del pintoresco Sampedrito (Diego Capusotto) que dos clases sociales que practican el nuevo deporte, los de La Rivera y Embocadura, tensen su fanatismo y se trencen en un partido en la Plaza de Toros. Lo que viene después es inimaginable.

DIVERTIDA PARODIA

"No llores por mí, Inglaterra", con variantes dentro de la línea del humor paródico que el director Montalbano ya había probado en tevé con "Todo por dos pesos" y "Cha cha cha", crítica no sólo un momento clave de la historia argentina, sino que lo hace con apelaciones a la historia actual. Claro que sus apelaciones se mueven dentro de una línea ingenua y naif con extensiones hacia lo kitsch.

Hay una marcación acertada especialmente de algunos de sus personaje como el "director técnico" de la Selección (el inefable Capusotto), el general Beresford y su simbiótica relación con la madre (estupendos Mike Amigorena y Mirta Busnelli).

Pero lo mejor logrado es el diseño de producción y de arte con una serie de locaciones perfectamente elegidas (en Uruguay y la Argentina) y, un excelente tono visual que se eleva en los momentos de acción y de aglutinamiento de masas. Aprovechamiento de recursos, buen manejo de los efectos especiales, elaboradas maquetas y ciertos personajes reales y de peso en su trayectoria deportiva (José Chatruc, Fernando Cavenagh, Evelina Cabrera) contribuyen a asegurar el lucimiento visual.

Hay buen ritmo y la narración de Fabián Vena engancha al espectador. Bien Gonzalo Heredia como el pícaro de la historia, correctos Luciano Cáceres, Roberto Carnaghi y Laura Fidalgo, que hace el papel de la rubia no tan tonta, esta vez morena y bailarina.

El absurdo y la risa conviven en este bien logrado anacronismo visual, multimedia incluida, suerte de divertido pastiche que nos representa bastante acertadamente en una realidad de Biblia y calefón.

Calificación: Muy buena