Censura en el Día de­ la Libertad de Prensa­

El documental­ "Será Venganza!!!" cuestiona los­ atropellos­ cometidos en­ los juicios­ por hechos de ­los años '70.­ Su estreno estaba previsto este jueves en la Feria del Libro, pero la Fundación El Libro decidió impedir su difusión.

La ocultación es la piedra fundamental que sostiene todo el relato sobre nuestros trágicos años '70. Es la que permite presentar todavía ese drama como la romántica sublevación de una militancia comprometida contra una dictadura despiadada. Permite esconder bajo la poética imagen de la militancia el sanguinario derrotero de los grupos guerrilleros de izquierda antes de 1976.

Sobre ese recorte de la realidad se construyó la imagen de buenos y malos. Un castillo de naipes de difícil equilibrio que no soporta demasiadas dudas. Por eso la intimidación, la descalificación de todo aquel que tenga cuestionamientos, al que se acusará de reivindicar la teoría de los "dos demonios", o peor aún, ser un "negacionista".

Ocultación e intimidación van de la mano. La estrategia se puso en marcha otra vez ayer con el documental de Andrés Paternostro titulado Será venganza!!!, cuyo estreno estaba previsto para la noche del jueves en la Feria del Libro y que fue censurado horas antes por la Fundación El Libro. Decisión que se conoció nada menos que en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

El documental cuestiona los atropellos cometidos en los juicios a integrantes de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, sacerdotes y civiles por hechos sucedidos en los años '70, y pone de relieve el pisoteo de sus derechos humanos. Pero también ilumina cómo, con un criterio ideológico, se manipularon las leyes y la Justicia en el país desde el regreso a la democracia para garantizar estas condenas y la impunidad del bando opuesto.

Los entrevistados, entre ellos el ex juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez, el constitucionalista Gregorio Badeni, abogados, médicos legistas y familiares de los detenidos, denuncian el uso interesado de la memoria histórica para ejecutar una venganza.

La censura se produjo luego de que organismos de Derechos Humanos presentaran una carta para evitar la proyección del filme, producido y auspiciado por el Centro de Estudios en Historia, Política y Derechos Humanos de Salta. El Consejo de la Fundación El Libro decidió entonces "quitar la autorización" que había concedido para el evento.

Después de haber visto el tráiler del documental, alegaron en un comunicado que "muchas de las afirmaciones contenidas están claramente fuera del acuerdo que la sociedad argentina refrendó dolorosamente en el Nunca más, informe final de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep) prologado por Ernesto Sabato".

El comunicado recuerda que dicho informe "fue ratificado en diversas instancias por el Congreso Nacional, por todas las instancias de la Justicia, incluidas acordadas de la Corte Suprema, y todos los presidentes de la democracia. Esto constituye un piso de consenso no solo legal sino ético en nuestro país".

Sin embargo, en el documental se recuerda precisamente que, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el ministro Antonio Tróccoli había prometido un Nunca más sobre la guerrilla que después nunca se llevó a cabo, lo que pone en duda ese piso de consenso ético que refiere el comunicado y refuerza en cambio la idea de una injusticia.

No puede menos que apuntarse la paradoja de unos organismos que se desinteresan de los derechos humanos de los detenidos, razón de su existencia. Y tampoco puede soslayarse el poder de intimidación que acumularon.

La rápida decisión de la Fundación El Libro invita además a reflexionar sobre la libertad de opinión y la pluraridad que dice defender la propia institución al mismo tiempo que conculca esos dos valores.

Aunque el Centro de Estudios Salta promovía un recurso de amparo para poder difundir el filme, la maniobra parece haber logrado el silencio e impedido una posibilidad de revisar nuestro pasado reciente. Eso que se reclama a veces bajo el argumento cínico de que "no se pueden tergiversar los hechos", como dice un comunicado conjunto de la CTA, de sindicatos docentes y Metrodelegados, o que no se puede ocultar "el pasado más oscuro de nuestro país", ni "restablecer la teoría de los dos demonios", como reza otro de la Conadu.

Ocultación e intimidación. Dos armas tan viejas como efectivas para apuntalar un relato endeble que puede desmoronarse.

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